Cuando una persona te mete el miedo en el cuerpo, ya estás sumiso a ella, a ver qué tripa se le rompe, a ver qué coño ha inventado ahora para joderte. Porque eso hacen los miserables de este mundo: meterse con los débiles, con los que no saben reaccionar. Por eso los quiero lejos, sin que rechisten, sin que se sepa que existen. Nunca les ha pasado algo que los haga estar atentos a sus propias personas y, por eso, son inconscientes al meterse en la vida de los demás. Van todos juntitos con su buena vida hasta que se hacen las víctimas o los héroes de algo que no son. Son fluctuantes, son enredadores, son mestureros, son de lo que nadie quiere. Ya digo: ojalá les pase algo que tengan que estar pendientes de ellos, que, por fin, sean ellos los protagonistas de la desgracia. A ver cómo iban a responder.
Los que no sufren, parece ser,
hacen sufrir a los demás.
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