lunes, 28 de abril de 2025

 Me va a costar escribir este blog. No quiero pedir ayuda a los poetas que tengo repartidos por la mesa en forma de libro. Los días me atrapan, me llenan de luz por las mañanas. Una luz que no sé gestionar, como se dice ahora. Las mañanas tienen su ponzoña guardada para mí hasta la hora de comer, en que, por fin, me olvido de todo y descanso. Las tardes son más amables. Puedo decidir andar o quedarme quieto como un muerto. Puedo decidir, cosa que por las mañanas me está vedado. Me he cortado el pelo. He comprado el periódico, he soñado con algo de lo que no hay y por fin, escribo esto que no vale gran cosa, pero ahí se queda. Mi cara es el espejo de mi alma. Estoy sin afeitar, estoy descuidado, estoy cansado de tanto hoy.

La mañana me despabila el alma.

La tarde me acucia las piernas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario