sábado, 12 de abril de 2025

 Hay que tener una moral inmensa para plantearse leer el Quijote por tercera vez en estos días de semana santa en que uno no puede viajar. Es una opción válida para los que tienen a la literatura como algo interesante y estimulante. No es del todo mi caso. Yo no me puedo abstraer del mundo en que vivo para zambullirme en una novela de mil páginas. Ojalá valiera yo para tener la paciencia de leer un clasicote como ese libro. Ni siquiera para leer las obras actuales que son más ligeras de escritura. Me gusta, sin embargo, escribir aquí lo que siento. Y lo que siento es que debo perseverar en pasarlo bien a costa de lo que sea. O creer que, escribiendo, inconscientemente, me doy ánimos y rompo la idea de compararme con esos que se han marchado. Yo puedo pasarlo bien con lo que hay.

El coche. Kilómetros.

La casa. Ese libro que leíste hace tiempo y que es válido leerlo otra vez.

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