Me viene bien escribir en este blog por las tardes. Me acompasa el consumo de tabaco y se me pasan las horas más amables. Dice la canción: "tú que te mereces un príncipe, un dentista/ te pones a mi lado y el mundo me parece más amable, más humano. El mundo debería ser más humano, quitarle de él toda vulgaridad. Lo insólito humano es difícil de encontrar por el mundo. Poca gente es insólita. Cuando atravesamos dificultades, se nos vuelve el interior, el alma, insólitamente humano. La gente es como una masa que consume toda ella las mismas cosas, piensa también las mismas cosas y se comporta de la misma manera, sin ningún espíritu crítico o sin ninguna altura moral. Pero lo insólito existe, lo inaudito en el ser humano. Hay que saber buscarlo.
Lo sorprendente no está en un autobús ni en una playa.
Está en el alma de las personas sufrientes o esforzadas.
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