sábado, 31 de mayo de 2025

Esta mañana todo hacía pensar que el día sería nefasto. Pensamientos negativos acudían a mi mente. He ido a la farmacia y  me han dado todos los medicamentos. He tenido suerte. A eso de las 11:00, me he puesto a escribir los blogs y luego, a las 12:00, contrariamente a lo que cabría esperar, estaba yo muy tranquilo, muy sosegado. No sé a qué ha debido deberse pero el hecho es que estoy tranquilo a estas horas después de comer, a las 16 horas. Yo sé que va a haber días muy malos, de mucha ansiedad por el hecho de no saber ocupar las horas, horas que vendrán huérfanas de lejanía o interés. Pero me tengo que aguantar. Es mi enfermedad.

Ansiedad, ideas malas, angustia.

Lo tendré que sufrir todo como otros sufren otras cosas.

 Son las doce del mediodía. Una hora perfecta. Ya han desaparecido las tristezas de esta mañana. Mato una mañana en el fondo de mi ser. Comeremos mi hermano y yo y veremos la manera de arrinconar las horas de esta tarde. Las meteremos en vereda en cuanto den las cinco o las seis. No hay muchos sitios donde ir. No hay mucho que hacer (dos hermanos aburridos, dos hermanos que callan la semana entera). Hoy se habrán escrito unos cuantos libros. Los escritores de esos libros están contentos. Lo que pone en esos libros es perfectible, excéntrico, obnubilante.

Ya es hora de matar el tiempo.

Que el tiempo no te mate a ti.

 Para una persona con imaginación, la rutina puede ser mortal o trastornarle. Fumo un cigarrillo y el humo sale de mi boca. Los desiertos de EEUU a más de uno se han tragado en la soledad de la arena calcinada. Siberia ha sido el destino de muchos rusos que no transigían con la revolución. El pecado de no ser, de no mirarse uno la existencia se paga caro: no sabe uno qué hace en el mundo. La vida no examinada no merece la pena ser vivida. Hay que pensar qué somos alguna vez, no deslizarse siempre por las horas como tontos. El llanto de un niño es el comienzo de su duda existencial.

La existencia.

¿Acaso nunca has pensado qué eres, qué somos, qué es esto?

 Yo sigo aquí escribiendo, dando la tabarra, recordando siempre que el tiempo pasa. No sé por qué lo hago, quizás sea una manía mía. Si recuerdas a ti mismo que el tiempo pasa, a lo que te suceda no le darás mucha importancia por eso, porque va a pasar. Ni en los momentos de euforia te saldrás de tu pellejo ni tampoco en los días de tristeza. Esto lo dijo Marco Aurelio, el emperador. Hay que mantener una línea de temperamento suave y tranquilo en todo tiempo y lugar. A mí no me queda más remedio pues mi vida es harto rutinaria. A otros les costará más si su vida es un tobogán de emociones.

Arriba y abajo.

Contento y tristeza.

La bola sigue rodando. En la farmacia he dejado a unas mujeres que no hacen más que sacar de unos cajones muy grandes cajitas de medicamentos para los mayores. Uno de ellos dice: vengo a por el sinoflú y el risprasil. Y así toda la mañana. Pobres farmacéuticas. Yo he ido a por mis medicinas y las tenían todas, menos mal. La vida va pasando para los taxistas, para las farmacéuticas y para las prostitutas. También para los camioneros, las enfermeras y para los de mantenimiento del ayuntamiento. Yo me quiero morir con tanto rollo este de que dé vuelta la bola del demonio. Pero no me muero. Yo también voy dando vueltas.

Mírate a ver si tu vida no es lo que querías.

Pero quizás ya es tarde, ya es tarde para dar la vuelta.

 Ojalá junio se vaya en chubascos y tormentas y cielos grises incluso negros. Junio es el mes de noches cortas y días que se extienden hasta la extenuación. Lo notan los taxistas que rezan para que llegue el ocaso y guardar el taxi de una puta vez. Lo notan los niños que sueñan con acostarse y ven que no llega el sol a morir. Los enfermos también ven su agonía de enfermos alargarse en los hospitales. Junio es jodido porque no se llega la hora de dormir. Parece que va a ser siempre de día y el sol no deja de reinar. ¿Por qué no se cambia la hora de una puta vez para no sufrir tantas horas de luz?

Junio, 21, día de San Juan.

Día largo, largo.

Faltan 20 días para el verano. Ya hemos tenido un adelanto de calor ahora, en mayo. La radio es un buen acompañamiento para pasar horas en casa y también un buen libro lo es. El graciosillo de Manuel Vilas, en "América", su último libro, dice que Dios es barato. ¿Se puede decir eso de Dios? No lo sé. Este Manuel Vilas cree en el dinero y en la fama. América es rica en famosos y adinerados. América (la del norte) está llena de rascacielos y calles larguísimas y taxis caros. Manuel Vilas es una mota de polvo en medio de la inmensidad del universo. Manuel Vilas es barato, es muy barato y lo que escribe también lo es.

Segovia debe de estar bonito hoy.

Esos paseos por el Eresma.

 Llevo dos blogs y estoy más calmado. Debe de ser que la escritura tiene algo de terapéutico ya que, al poner los pensamientos por escrito, los racionalizas, los vas viendo materializados en frases. Lo que pasa es que se me hacen los días muy largos solo con Paco. Puedo acudir a los libros y la radio. Tengo que acostumbrarme a estar entretenido oyendo programas o música y leyendo algún libro bueno. Los meses de verano, hace algún tiempo, son mortales para mí. El calor que viene que me obliga a estar en casa metido, me mata.

He ido a la farmacia.

He traído de todo para este mes de junio.


 Iré a ver a los de Colón. En ese grupo de jubilados, hay también un amigo con trastorno bipolar. Pero es que ese amigo lo sufrió a los 45 años. Toma pastillas y eso pero su enfermedad es leve. Hablamos casi siempre de deportes: fútbol y tenis, tenis y fútbol. Es de lo que más entienden. Ayer yo metí el tema del catalán y el español y pasamos un rato hablando del nacionalismo rancio catalán. Y de que los catalanes no quieren que hables en español. Un amigo de estos estuvo en Cataluña en la empresa Riotinto y decía eso, que no hablaban español porque no les daba la gana.

Sis plau.

Vete a tomar por culo.

 Estoy agobiado. No sé si será la enfermedad o soy yo mismo, mi personalidad, la que me agobia. Pienso en pasar el verano y me siento angustiado, deprimido, ansioso. No tengo más entretenimiento que el que pueda ofrecer mi hermano Paco, mis libros y los blogs. Todo el verano en 500 metros cuadrados a la redonda. Cuando lo pienso, me da pavor. Ahora estoy más tranquilo al ir escribiendo qué me espera, pero luego la cabeza empieza a dar vueltas a ideas negativas y me asfixio un montón. Me asfixio mentalmente. Me ahogo en mis pensamientos turbios.

¿Qué pasa si tiras un pato al río?

Nada.

viernes, 30 de mayo de 2025

 Yo sigo aquí erre que erre porque afuera hace calor y porque afuera no conozco a nadie y, a los pocos que conocía, ahora los desconozco. Se está pasando mayo. Esta es una afirmación un poco obvia, pero es que no me quedan afirmaciones. Moriré por efecto del tabaco que mata. Pero poco pierdo ya si en este mundo feo no se cumple mi deseo. Me cansa escribir, me cansa divagar, me cansan las mujeres y los niños y los hombres. Quizás me guste el vuelo del águila pero solo quizás. Ya estoy acabando este texto de dolor, de pene, digo de pena y de desaceleración del ánimo.

Dijeron desacelarización.

Era una crisis como un demonio.

 Me levantaré hasta los huevos de vivir muchos días de este verano. Porque el verano no trae más que calor y días iguales para mí. Cuando llegue junio ya serán 6 meses los que hayan pasado de este año y pronto comeremos turrón otra vez. Que digo yo que por qué cojones no hay turrón en verano, que lo debería de haber, coño. Y luego de comer turrón llegarán los reyes y no me traerán nada y luego pasará enero de 2026 y vuelta otra vez el círculo maldito. Y los pueblos se despoblarán un poco más y no parecerán pueblos sino despueblos.

Haz un regalo.

Te lo devolverán gastándose 3 euros.

 Como no he encontrado en la tarde otro entretenimiento que este del blog, voy a escribir hasta que se haga lo más tarde que se pueda. Y así fumaré menos y así me estrujaré un poco el seso y así, ya digo, se pasará el ominoso tiempo del calor que viene tras la comida. Y no contaré cosas inimaginables de terror ni de monstruos, ni tan siquiera de sz o zp que son dos personas terribles y temibles, sino que hablaré del paso del tiempo. ¿No os pasa que miráis atrás en el tiempo y os da un poco de vértigo? Ya he insinuado el paso del tiempo. No hace falta más. Que cada uno redondee ese recuerdo como una albóndiga o como un moco de la nariz.

Qué asco mirar atrás en el tiempo.

Quizás lo tenía todo antes. ¿Y ahora?

 Cogí entre mis manos un poco de arena casi maternal. Seguí los pasos de los juglares antiguos que ganaban el pan cantando gestas de los héroes e historias de santos y de la virgen María. Yo escribo para pasar el rato aquí, en casa metido, con un zumito mil frutos 10 vitaminas. Iba yo a echarme a andar, todo preparadito de queso y pastillas y lo he pensado mejor. La vida se sonríe medio tonta tras el ventanal del comedor. No es lo que quiere Dios para mí. Lo que quiere Dios para mí lo sabemos Dios y yo. Me senté en una butaca, abrí un libro por la página 33 y seguí leyendo.

Dios abre un camino 

y cierra todos los demás.

 Abracé los metales de la distancia y quise ir lejos de la tierra que pisaban mis pies. El vehículo podría ser un coche de lujo, una moto muy potente, una bicicleta o mis propias piernas. Son las tres y media de la tarde. Si me echo a andar calculo todo el verano para ver tierras verdes. El norte ejerce su atracción de aires neblinosos. Habrá que echar pastillas y medio queso para andar el camino. Habrá que hacer paradas de avituallamiento en municipios extraños donde se hable gallego o alguna fabla antigua. Habrá que soportar ampollas y dolores de espalda. Pero llegaré a la orilla del mar llena la playa de pulgas marinas. Y diré: lo he hecho.

Viajar.

Un par de huevos para andar y andar en la misma dirección.

 No es una linterna lo que tengo sino una bronca interna como la tiene todo Dios en la Tierra. Las broncas internas pueden devenir en broncas con otros, así que no cargues mucho las tintas o no te vayas de madre porque luego esa bronca entre pares ha de volver a la normalidad. Ojalá lo que tuviéramos fuera una linterna para alumbrar a los demás. Ojalá no sintiéramos la mala ostia de la vida, el apartamiento de la dolce vita tan frecuentemente como lo sentimos. Ojalá todo fueran buenas palabras y tendernos al sol o a la sombra y que pasara el tiempo como fuere.

La bronca está ahí.

Está dentro de nosotros.

 La mano recuerda otras manos que la entrelazaron, otros personajes de la vida como tú que murieron un poco por ti. Y las manos guardan un calor de amistad que hubo entre esos compañeros, esos que hacían lo mismo que tú en un época de solidaridad. Ahora estás solo. Ya no estrechas manos de buenaventura. Ahora la mano permanece muerta, huérfana de otras manos amigas. Las manos tuyas se rebelan pero da igual porque nadie te quiere ya, nadie llamará un día a decir qué tal estás, que tal si tomamos algo, que tal si vives contento en mi presencia. Y no hay un derrotero que seguir. Solo una mano triste al final del brazo

El brazo sostiene una mano.

Siempre sola, siempre la misma mano olvidada.

 Dice un poeta gaucho: los placeres se disfrutan cuando palpitan. Pero en muchas ocasiones, los placeres han de aparcarse, han de olvidarse. La vida no está hecha de placeres y sí de renuncia. Creo que hay que renunciar a pasarlo bien. Hoy me ha sorprendido un tipo que estaba contento. Yo escribo estas cosas en este blog y no estoy contento. Ayer veía a los seres humanos como hechos de paja y hoy me he levantado mal. Ce est la vie. No tiene vuelta de hoja. A ver si el día de hoy me muestra otra cara, otra mirada buena de las cosas. No sé si hoy remontaré el ánimo o me perderé en pensamientos tristes y repetitivos. En fin. La vida no está hecha para ser mordida sino para ser soportada.

No sé qué poner aquí.

Pondré un verso: en tanto que de rosa y azucena.


 Estaba lloviendo un pequeño aguacero. Paco y yo nos refugiamos de la lluvia bajo los arcos de Moncloa. Y hubo unas palabras entre los dos y Paco llegó a decir: ya hemos dado muchas vueltas en la vida, ya nos podemos morir. No sé si dijo esta última frase. Daba igual. Se sobreentendía de las frases anteriores. Somos dos almas luchadoras Paco y yo. Otros lo han tenido más fácil que nosotros y no han hecho en la vida nada más que derrochar y vivir una vida aparentemente de lujo, aparentemente, de rico. Con el dinero de papá, claro. Pero son unos ignorantes de tomo y lomo que no han tenido una enfermedad como la nuestra. Bueno. La gente o sabe de Lope de Vega o solo sabe de dinero.

La enfermedad no ha impedido el trabajo.

Trabajo bueno siempre, que ensalza a la persona.

 Ayer la gente me parecía vacía, era una sensación extraña. La gente que se me cruzaba en la calle era como de cartón, la gente que vi por las calles me hizo dudar de la existencia de Dios. Era penoso verla, a la gente y como yo soy gente, me miraba por dentro y también veía un trozo de papel por alma. Yo he dado muchas vueltas. He estado en 17 institutos pero no dudé en ellos de la carnalidad de la gente. Ayer sí, ayer no creía que la gente pudiera llevar prendido un espíritu, algo que la hiciera creíble. Ayer dudaba de la gente y del mundo y esperé a la noche, a la cama y al sueño para que todo desapareciera de mi vista.

No hay nada dentro de ellos.

Hay un vacío escalofriante.

jueves, 29 de mayo de 2025

 Ahora voy a escribir por escribir: hoy he soñado que estaba en otoño, las hojas de fuego iban cayendo, los álamos del río me abrían paso a un futuro sin hijos de puta. La luna salió por la tarde y anunció la morería española tan básica y tribal. Y salió también la estrella de la tarde, a la que llamamos Venus y comió de mi mano la paloma, ya echados del patio todos los almuérdagos asquerosos. Y el otoño fue dorándose por un sol tibio y melancólico y me salían versos y líneas que contaban. Después, un súbito beso de amigo surgió no sé dónde y la paz y la ventura llegó a mi corazón y me sentí libre y amigo de la vida otra vez. Sé feliz, es la mejor manera de estar en el mundo.

La vida surge sobre la muerte.

Incluso puede que surja después.

 Y ahora, voy a escribir por escribir: hemos olvidado los caminos de nuestra patria por culpa de facinerosos varios. España es España más encogida, más cutre, más llena de mierda. Y poco o poco, este país enfermo, este país abusado, este país torpe, sin embargo, avanza. La luna sale y se cuela en el corazón de los que escriben poemas y largas narraciones de gente que triunfa en la vida. La luna sale y la gente que quiere el bien no descansa ante la ruina que traen estos almuérdagos, estos chulos de putas, estos ladrones de la patria que no quieren ver la bandera. El futuro está dañado hoy mismo, por los que no quieren al futuro. Solo quieren su medro, su cartera llena, su dinero público que no es de nadie. Sé feliz, nadie puede impedírtelo.

La pena del español

siempre viene de sus dirigentes.


 En la tele salen muchas tontadas y muchos anuncios. Y cuentos y mentiras. Y sale el presidente de vez en cuando. Corre una brisa de mañana. Suena la sirena de la policía. El mundo está pendiente de Ucrania y de Gaza. Bueno, el que esté pendiente. La literatura ya me harta un poco, eso de contar historias. Me da mucha pereza ponerme a contar historias. El otro día vi unas casetas de libros. Los libros, hoy día, se venden como churros, da igual lo que lleven dentro. Los libros, hoy día, son historias repetidas hasta la saciedad. Sale un protagonista al que le pasan cosas que ya le han pasado en miles de libros. Yo ya estoy cansado de las líneas. Me gustaría pisar con los neumáticos un poco de carretera. Sé feliz metido en casa. Ya vendrá el tiempo bueno otra vez.

Ayer un camión reventó las ruedas y se accidentó.

Me parece que no hubo muertos.

 Hoy me he levantado tarde. Para lo que tengo que hacer me sobran horas. Hubo dos llamadas. Y luego se hizo el silencio. Una semana entera de silencio. El verano quizás se me haga largo, pero como dijo el médico: un verano en esta ciudad no está mal del todo. Pondrán cine de verano y están los amiguetes para charlar. Cuando llegue el verano, todo el mundo se olvidará de este sucio gobierno corrupto. Pobres y ricos cogerán la carretera y atestarán las playas de este país lleno de playas. Yo haré muchas ensaladas con verduras y legumbres. El tiempo pasará y lo que quiero es que mi hermano esté bien. Quizás seas más feliz ahora que en navidad. Quizás los días te den muchas horas para aburrirte y hacer cosas impensadas.

Los días son muy largos ahora.

Hazlos cortos pasándotelo bien.

 Que si el clima ha cambiado. Claro que ha cambiado. Mayo solía ser un mes de primavera con temperaturas más o menos suaves. Ahora mayo es adelanto de un verano fuerte de calor. Hacen 35 o 40 grados en la calle, no se puede salir a ella hasta las 7. Es penosa esta situación. Yo bajo todas las persianas hasta abajo del todo y la casa está en penumbra todo el día. Hablando de otro tema, hoy voy a hacer carne guisada. Ya tengo la carne troceada, kilo y medio, y las verduras para cortarlas y echarlas a la olla. Espero que me salga bien el guiso. La vida da para poco últimamente. No sé si será la mala compañía, el temor al futuro o el tedio que provoca.

Hoy no me sudan las manos.

Hoy no hay ansiedad.

 Temo un futuro sin gente pero también temo un futuro con gente equivocada y que me haga equivocarme. No ha habido una llamada, qué tal estás y si te pasa algo en toda la semana. La gente va a su bola así que cada uno ha de ir a su bola para no darse un trastazo. Es mejor solo que mal acompañado. Siempre tendré la compañía de mi hermano. Hoy diré que me duele mucho la cabeza, que no quiero salir después de la siesta. En fin, diré que no encajo yo en tanto egoísmo. Y total, por un par de días a la semana, el jueves y quizás el sábado no merece la pena tanto esperar días y días. Me acuerdo de Juan el de las Matas, que va solo a todos los lados. Me acuerdo de Miguel, el del Escorial, que también está solo como la una. Me acuerdo de gente que rehúye casarse con nadie porque no renta, como se dice ahora.

Los amigos son amigos todos los días.

Los amigos llaman a ver si estás bien.

miércoles, 28 de mayo de 2025

 ¿No os habéis dado cuenta de que ya no se habla de feminismo, de LGTBI, trans y todos esos asuntos promovidos por Podemos ahora Sumar? Y es que en eso estaba el gobierno, en poner multas por decir un piropo a una señora o a hacer la ley de la libertad sexual. También querían abolir la prostitución. Ellos, precisamente, unos salidos. ¿Y ahora en que están? Ya se han gastado la pasta de Delcy, de las mascarillas, de todo ese jaleo y se tienen que defender. Ya no están con las gilipolleces del sexo, de la guerra de los sexos, de que si una mujer, por el hecho de ser mujer, está oprimida. ¿Y ahora qué? Intentando que su fango, no el que inventaron ellos, no salpique más, pero es difícil porque hay medios que sí hablan de ese fango. Y la ultraderecha no es sino un invento. Y los de Paiporta que le tiraron un palo a Sz no eran "ultraderecha organizada". Eran vecinos de Paiporta. Y este gobierno ya no sabe a quién echar la culpa. Funciona como una mafia que destroza instituciones pero también se cree que los españoles somos tontos o algo así. Ojalá desaparezca el psoe de la faz de la Tierra.

 Dejamos encima del mar que la luna se suicide ella sola sin ayuda. La luna está cansada de salir por la noche. La acompañan dos estrellas pero esas dos estrellas son un poco maliciosas, casquivanas y de chiste fácil. Quizá la lotería está aguardando a la luna y un café en el bar del chino. Al fondo del local, la luna sufre, la luna se ve desprestigiada pero quiere pertenecer al grupo insomne de la noche. La luna está angustiada y pobre, la luna lo pasa mal porque no sabe que esas dos estrellas son muy amigas, muy locas, muy poderosas en su soliloquio de estrellas nocturnas. A lo mejor eres más feliz ahora en mayo que en navidad. Pero los calores vuelven la cabeza loca.

Aspirantes a luna solitaria hay muchos.

Pero todo el mundo quiere pertenecer a un grupo de lo que sea.

 Fumaban distantes e impasibles en los bungalós. El cine era una sábana blanca y un proyector muy viejo que escupía carreras de caballos y diligencias destartaladas que corrían al oeste. El hombrecillo que miraba a la sábana estaba cansado de vivir pero la vio pasar a ella y ahora ya vuelve a sonreír. En los bungalós se mataba el tiempo como se podía pero nunca iban los del bungaló al cine de las sábanas blancas porque eso pertenecía al pueblo, al analfabeto pueblo que no sabía ni de vocales ni de consonantes. La dictadura y la posguerra no dejó a los del cine de la sábana blanca prosperar siquiera un poco en el conocimiento de las letras. A mí me hubiera gustado enseñar a mis padres palabras que vienen del latín, pero no lo hice y ahora lo lamento.

Ya no me sudan las manos.

He hablado con mi hermano.

 Aunque he dormido de un tirón  y estoy bien, tengo un punto de ansiedad y no sé de dónde viene. Me sudan las manos. Estoy como preocupado por unas amistades. No sé si me llamarán esas amistades para tomar un café o no. Mi deseo de pertenencia al grupo está en entredicho. Otro rollo es que Paco ayer se puso irritado. Está, como se dice en psicología, descompensado. Fuimos a cambiar unos zapatos a un centro comercial y, al venir me comentó que había tenido algo que entre nosotros llamamos auditorio imaginario, que es charlar con alguien en la mente. Estuvo un tanto bronco en casa. Espero que se le pase. Me siguen sudando las manos. Hay que pensar que otros están mucho peor de la azotea.

Pasar ansiedad es feo de vivir.

Ha llegado el chatarrero.

 Ya estoy un poco harto de la cultura, de los libros, de la creación literaria. A ver si viene un día en que pueda sustituir el asfalto por un bosque de pinos. No es difícil perderse en el bosque, está relativamente cerca, pero nunca voy. Me falta voluntad. Lo voy dejando, dejando como aquella mujer que mató a su marido a los 70 años. Ya sabe, señor juez, se va dejando, se va dejando, decía. El volumen de libros que se escriben rebajan el valor de los mismos. Cualquier exposición a lo público para una persona pasa por escribir un libro. Todo el mundo habla de su libro. Políticos, periodistas, deportistas, etc. escriben su autobiografía que consiste siempre en una superación de obstáculos para disfrutar de la fama. Todo pasa. No pasan solo sus libros, pasan ellos y su orgullo. Sabina dijo: pasándolo bien.

Pasando de bodas, pasando de modas.

Hoy quiero pasarlo bien.

martes, 27 de mayo de 2025

 Yo ya estudié en su día las revoluciones políticas que hubo en occidente: la revolución francesa y la rusa. Al final, hay mucha violencia. La revolución más cercana que hemos tenido en España es la de los independentistas, que acabó con un golpe a la nación española como está entendida en las leyes de España. Hubo violencia. No parece que hubo ningún muerto en ninguno de los bandos que se formaron. A mí me gustan las revoluciones silenciosas, en las que no hay violencia. En la revolución industrial que empezó en Inglaterra hubo muchísimos abusos a una población explotada y analfabeta. Yo llamaría a la revolución silenciosa y pacífica la revolución del alfabeto y de las tablas de multiplicar, la revolución de la educación. No solo es que no habría violencia en esa revolución, sino que habría solidaridad y buenos modales. Para ello es esencial que padres y profesores den buen ejemplo y el primer ejemplo que deben dar es la puntualidad, Cuando suene el timbre de empezar las clases, ya estar allí. Ser honesto con la asignatura que da el profesor. Y los padres, ser honestos con su papel de padre. Al final, esta revolución que a mí me gustaría sería la del teatro: que se cumpliera bien nuestro papel de padres y de profesores Y de hijos y de alumnos. Sería la revolución edcacional.

El blanco de la tiza resonó en la pizarra.

La clase había empezado siempre para bien.

 Este blog y el siguiente no tienen otro cometido que entretenerme para que pase el tiempo, para que pase el tiempo y me pueda fumar otro cigarrillo. Voy a cigarrillo por hora. Afuera, hace frío, viento, nubarrones que van volando por encima de la ciudad, aúlla el viento en la ventana como en las películas de miedo y está ya todo oscuro como boca de lobo. En fin, escribiré de lo que salga. Un día, la profesora de Literatura preguntó si el paisaje de Castilla es monótono. Yo dije que no, que no lo es. Los autores del 98 españoles: Unamuno, Machado, Baroja tenían predilección por el paisaje castellano por su austeridad. La verdad es que Machado con sus caminos, Unamuno con el cielo y la tierra y Baroja con sus personajes tan cutres, eran muy austeros en su expresión literaria, no le daban a los cisnes y las princesas como hizo su contemporáneo Rubén Darío. Pero quiero decir que yo he vivido mucho tiempo en un pueblo de Castilla y no es monótono el paisaje: hay ríos, hay montes, hay alamedas, hay pueblecillos que rompen la monotonía del campo, etc. Lo que pasa es que esos autores se alinearon con Castilla por representar la esencia de España sin colorines ni fanfarrias ni destellos de luz. Eran unos señores muy serios, como Azorín lo fue y no les iba nada la vanidad de lo bonito en literatura. Por eso eligieron Castilla para fijarse en lo profundo, en lo interno de España.

 

 El 70% del cuerpo de un ser humano es agua. Así que, cuando la luna mueva las mareas, nos está moviendo a nosotros internamente. Tampoco es lo mismo vivir en una zona calcárea que en una zona granítica. Tampoco es lo mismo meterse todos los días dos anises que dos coca colas. Comer bien es importante pero si comes muy a menudo grasas y poco vegetal, el cuerpo acuoso en el que vives, también lo nota. La interacción con animales también nos cambia un tanto la vida. Ellos nos quieren y nosotros vivimos más relajados con ellos hasta que tu gato se escapa o el perro destroza el sofá. A mí se me escapó un periquito al que tenía que limpiar casi constantemente. Me vino bien. Ahora tengo un poto, que no da guerra.

Somos agua, hay que beber agua.

El agua es el origen de lo creado.

 Las personas somos muy complejas. Estamos influidos por unos padres o crecemos huérfanos, estamos condicionados por nuestra clase social. En la escuela, también nos moldean o hacemos caso omiso de los maestros. Podemos llegar a hacer una carrera universitaria, que define nuestra vocación. Mi vocación, por ejemplo, son las letras. Pero ante todas estas cosas, como dijo Freud, también nos guiamos por pulsaciones inconscientes que no se sabe muy bien de dónde salen. No se puede entender del todo a un ser humano. Somos el culmen de la Creación o del darwinismo. Hemos hecho proezas magníficas, hemos sido los actores de aberraciones sin número y claramente repudiables. Y seguiremos haciendo hazañas y desmanes allá donde vayamos. Ojalá el hombre llegue a conquistar las estrellas. Aunque siga habiendo crímenes en Marte en un futuro. El hombre, su mente, es prodigiosa. La ciencia debe avanzar pero también debe avanzar nuestra conciencia moral y religiosa.

No sé que poner.

Pongo que la mañana avanza.

 Cuando ves a un niño o varios durante una hora o dos, hablo de niños de tres o cuatro años, hacen mucha gracia y todo eso, pero si tienes que estar todos los días con ellos, ya no ves su gracia, sino que los padres desean su mejor educación a través del ejemplo. Si son padres entregados, seguro que esos niños serán buenos elementos de civilización en un futuro. Mi sobrino Carlos dice que sus niños son la "avaricia pura". Creo que querrá decir que necesitan una atención casi exclusiva, egoísta. Los niños pequeños de ahora precisan mucho cuidado, mucha compra, muchos requisitos. Hasta que vea mi sobrino por qué tendencia vocacional vayan sus hijos pasará todavía mucho tiempo. Y la avaricia, como él la llama, y no es si no una atención plena, dejará de existir pues el niño, como dijo otro amigo, ya sabrá lo que tiene que hacer en el mundo.

Los niños pequeños dan alegrías porque son graciosos.

Pero día tras día, sorben mucha energía.













 Cuando vas por la calle y todo te afecta, las conversaciones y los niños y los grandes y estás irritado y nervioso, te tienes que tomar una tila. Y después, no ver a aquellos que te han causado ese estado de nervios. Pero ellos no tienen la culpa, ellos van a su bola y no saben que afectan. Es que tú tienes una enfermedad. Eso es realmente lo que te afecta. Y lo quieres explicar pero quizás no estén atentos a eso que tú tienes en la mente, a esa explicación que quieres dar. Tú tienes un trastorno bipolar y puedes sufrir angustia, ansiedad o depresión o manía. Y de eso no tiene la culpa nadie. Pero no lo entenderán, tú crees, y te dirán que qué rollos son esos.

La enfermedad mental se manifiesta de varias maneras.

Puede confundirse con una conducta asocial.

 Si la noche te pilla despierto mucho rato, la noche del lunes al martes, por ejemplo, la noche da mucho susto. No se oye nada. Solo te oyes tú a ti mismo, un rumor interior que dice que deberías estar dormido. No quieres beber ni comer. Solo quieres dormir y no lo consigues. La locura puede venir por el insomnio. Ves la tele y no tienes sueño. Así estás una hora. Tomas un medicamento y te tumbas y das vueltas en la cama. La almohada es tu tortura, te abrazas a ella, la pones en su sitio varias veces. Sigues sin sueño. Al cabo de un tiempo, no sabes cómo, te quedas dormido. Solo una hora ha sido hurtada al letargo, menos mal.

La noche oscura te deja desnudo.

Porque no duermes.

Un pobre se me acerca y me pide dinero para comer. Unas chicas preparan enredos. La familia está encendida por la noche. La máquina del numerito quizás no funcione y me atoro. Me dan pastillas que no son las verdaderas. Yo zozobro como una barca en alta mar. Una tarde no me conocía. Líos con el móvil, líos con las tremendas ganas de ver algo de realidad tras la mentira. Todos mienten y yo me miento a mí mismo con todas estas historias de gentes con las que me cruzo. El pobre ya no le veo por la calle, la familia ya no se enciende, las chicas han desaparecido. La máquina del numerito funcionó. Conseguí pastillas buenas. Pude dormir.

El sueño va llegando poco a poco.

Los demás van cambiando poco a poco.

 Los que tienen miedo de sus propias entrañas no descansan en esta vida, ven amenazas, ven extrañas cosas en los demás. Pero, ¿y los demás? ¿No cometieron de obra y palabra contra aquellos que tienen miedo de su entrañas? Nos quedaremos quietos los que tememos a ver si a esos que deseaban entrar en mi casa, que deseaban no sé qué de nosotros, los que conspiraban a nuestras espaldas han decidido ya dejarnos en paz. Por eso ya no tomamos medidas los que tememos o los que temíamos. Quizás esas ideas raras de esa gente demente hayan desaparecido. No hay que alarmarse ya, creo, porque la mar parece que ha reestablecido su calma.

Gente que hace cosas malas y preocupa.

Gente víctima de las cosas malas.

lunes, 26 de mayo de 2025

 Cuando voy a Salud Mental de Majadahonda (llevo toda la vida yendo), el alma se me cae un poco a los pies. Secretarias que ponen una cara de mala ostia por sistema, mucha gente esperando en unas sillas unas contra otras. No ofrecen un servicio de psicología para que pudieras hablar de tus problemas. El psiquiatra de turno y listos. Y el mío no me hace ninguna pregunta. Solo me manda análisis y ya está. es una burocracia psiquiátrica la que hay allí que te despacha en menos de cuarto de hora. No hay gente que atienda tus problemas psicológicos. Como dice mi hermano, es una psiquiatría farmacológica la que hay. Y que no te toque el psiquiatra malo, como le tocó a mi hermano porque te hace polvo. No nos quejamos ni los familiares ni los enfermos de esta situación. Solo ver lo estrechito del local, ya da asco. ya casi es verano. Quizás puedas ser más feliz que en navidad.

Los psiquiatras, los maniáticos, los depresivos.

Qué dolor.


 Hemos acordado mi hermano y yo que le hacemos una llamada a mi padre a ver qué tal está. Mi hermano le llama a las 11:30 de la mañana y yo le llamo a las 21:00. Mi padre es un ser alegre. Le gusta la vida, se nota un montón. No cree que después de muerto vaya a resucitar en el cielo (dicen tantas cosas, me dice). Por eso apura aquí en la Tierra sus pasos lentos. No conoce la prisa mi padre o la conoce poco. Va con una parsimonia que a veces me impacienta, pues yo soy casi al revés, yo soy muy impaciente. Eso me ha enseñado mi padre, a andar despacio, a esperar que el tiempo serene los ánimos, a mantenerse firme y tranquilo ante las circunstancias. Rezaré una oración por mi padre y por mi hermano, que son mucho más templados de ánimo que yo.

Antes, escribía en libretas asuntos narrativos.

Ya me he cansado de las libretas.

 El tabaco es el único producto del que no sabes de qué está hecho. No pone los ingredientes. Se supone que un cigarrillo contiene nicotina y alquitrán y otras muchas porquerías para que estés adicto a él. Los que fabrican tabaco son gente hipócrita porque, a lo mejor, no fuman al saber ellos qué contiene el tabaco. Me parece que le echan al tabaco amoniaco para que te ensanche el pulmón y desees fumar otro al poco rato. Yo tengo un relato en el que se queman estancos al revolucionarse los fumadores. Es un relato muy curioso en que antiguos fumadores llenan estadios de fútbol con gente que ha dejado de fumar. Y es tanto follón el que arman los fumadores, que el Estado tiene que declarar el estado de excepción. Yo fumo. Me gusta fumar, no lo niego. Pero mi conciencia a veces se pelea conmigo por eso, porque fumo.

Un cigarrillo me marca el tiempo.

Pero sigo sin saber qué fumo.

 Los romanos hacían: ñi, ñi, ñi y bajaban el pulgar para que muriera el gladiador de turno. Qué crueles los romanos. Hacían esclavos por todo el Mediterráneo pues la cultura romana era una cultura esclavista. Los esclavos no eran personas, eran cosas. Como decía mi profesora de Historia, eran como electrodomésticos. Se los podía matar sin ningún problema. Había esclavos que podían comprar su libertad. Había esclavos que gruñían de sus señores, como nos los pinta Plauto y Terencio en su teatro. En la Edad Media había siervos pero era la misma mierda. La Edad Media es una cultura teocéntrica, Dios manda sobre todos los humanos. No se concebía en esta época un ateo. Umberto Eco, en "El nombre de la rosa" describe un monasterio. Empecé esa novela pero no la acabé. La risa, según Eco, mata a Dios. La risa tiene un poder maravilloso. La risa oxigena el cerebro. La risa es muy muy recomendable. No me cuente rollos, por favor.

Esclavos, siervos, proletarios.

¿De qué nos quejamos? Lo malo de esta época es que trae estrés a las gentes.

 Por los letreros me dirijo al sur, adonde no va nadie, ni siquiera Víctor Manuel y Ana Belén. Me dirijo al sur con la mente pues yo estuve en el sur algunas veces a dar clases de latín a una rubia compañera de universidad. Compraba en el kiosco, a la salida de su casa, un cigarrillo suelto y me dirigía, en pleno agosto, al autobús que me traía otra vez al norte, a ese norte de cuatro pisos. No entendía ni las declinaciones ni los adverbios pero se lo pasaba bien conmigo. Ella, rubicunda como el trigo, decía: yo me parto. Y yo le decía: no te partas que luego hay que juntarte. Con el dinero ganado por horas le quería yo invitar a una comida y ella dijo que no. Malditas clases de latín clásico en Aluche.

Yo he andado por ahí bastante.

Y de los lugares se aprende como de los libros.

 Ayer fue un día memorable: mi padre cumplió 95 años. Grandes y chicos nos juntamos para celebrarlo. Aunque comimos a las 4, estuvo bien. Nos reímos mucho. Los sobrinitos andaban de acá para allá y pintaban. Los mayores hablábamos del pueblo y no de política ni de cosas feas. Hablábamos de la comida que nos estaban sirviendo. No sé muy bien de qué hablábamos pero nos provocaba risa todo ello. Yo me imaginaba la comida de manera catastrófica, es mi manera de ser, pero, al final, fue todo muy bonito. La Lola reía y me hacía reír. Angelito andaba con pinturines y Marco, cuando despertó, lo hizo con mal humor, belicoso, despertando una sonrisa agridulce también en los grandes. Mi sobrino Carlos me preguntó qué es la 5ª edición de un libro. Quiere decir que se han agotado 5 tiradas de un número de ejemplares, yo le dije 50.000 pero podría ser otra cifra. Y así, que si jugábamos al escondite, que si me echaba un codiciado cigarrillo y que si le cantamos el cumpleaños feliz, que no le cantamos, nos fuimos a casa, yo muy contento a ver pasar la tarde. Pondré una vela a San Antonio y otra a San Pancracio y rezaré un par de padrenuestros por la salud y felicidad de la familia.

Nunca sé qué poner aquí.

Así que no pongo nada.


domingo, 25 de mayo de 2025

 Su mirada dice que es impenetrable, que no quiere preguntas. Solo habla con los aturdidos tontos. El dinero es su ley. No hay para él nada más bonito que el dinero, más bonito que tú, que el Real Madrid y que la plaza de los viejos. Es un ser altanero, fijo en sus ideas. Todo lo que le digas vale menos que la manta de un pobre. Él tampoco habla mucho pero hace valer su mala ostia. Es una mala ostia suave que va calando con los minutos que pasan. Duerme casi de pie, porque siempre está alerta y mata a los enfermos y dice eso de a lo mejor y anda tras los bancos del parque para robarlos un día y llevarlos a su jardín de invierno. Qué pena da este hombre. Siempre mirando, mirando la manera de no decir nada.

Los hay que se meten en sí mismos y no salen.

Allá ellos.

 Hay una luna artificial, hay un cielo de basalto, hay los hombres y las mujeres que pueblan el planeta y que, ineludiblemente, van a morir. Mejor estar callado, no meterse en líos. La población mundial anda loca, anda desorientada. Las palabras traen algo de alivio. Me gustaría estar en un patio cordobés, yo solo, destilando tranquilidad y buen humor. La calle se ofrece a los que buscan seres parecidos a uno. Pero están detrás de puertas impenetrables: la política, la clase social, que nos define, la cultura que se tiene o no se tiene. En fin: hallo puertas, me hallo con los tontos, me hallo solo por no haber en este puto mundo alguien que sea sincero, sencillo y un pelín romántico.

El aislamiento es beneficioso

si lo que encuentras es un ir y venir de gente majareta o impenetrable.

 Andan sospechando. Llaman cuando te sale una llaga en el brazo, a ver si es grave. Llama su retoño, que nunca llama y quizás desee que sea grave, que sea mortal. Luego, cuando ya estás curado, se olvidan de ti para cuando te vuelva a salir otra llaga. Y vuelven a llamar. Pero nunca ayudan, eso no va con ellos. No visitan encarcelados ni enfermos. No hacen favores porque, simplemente, no saben. Se fijan en tus zapatos porque no son de verano y en una mancha que tienes en el pantalón. Ellos nunca enferman, nunca son débiles. Pero andan por la calle como seres inermes, estrafalarios, con un mohín en la cara que ahuyenta al más valiente.

No te ofrecen su coche, no te ofrecen su tiempo.

Pero llaman a ver si te estás muriendo.

 Tienen el alma de cobre, como el material de las monedas. Nunca han dicho qué te pasa, qué tal andas. Viven en soledad porque nadie acepta sus criterios tan firmes, tan categóricos. Van por la calle en grupo minoritario. Creo que no saben hacer amigos por esa cara de mala ostia constante. Vienen, van. Encuentran acomodo en la pintura de las paredes y en los azulejos del cuarto de baño tan bien elegidos y renovados. Comen solos. La gente ya los ha calado hace mucho tiempo porque no se gastan un duro. Se los ve en las gasolineras y a la puerta de misa dando pena. Se tragan el ferrocarril y luego eructan un eructo metálico.

No están tan lejos. No son ellos.

Son sus sombras que nadie entiende.

 Con el deseo azul del viento que corre a tu falda y a tu blusa, yo querría hacer un monumento a tu cuerpo. Un monumento de viento efímero. Un decir aquí estás y me gustas. Un bullicio de vientre de hombre que te requiere. Las mujeres tienen algo que remueven a los hombres al placer. Las espaldas de las mujeres embrutecen a los hombres poderosamente. Las manos de las mujeres son delicados arco iris de delicias. Los brazos de las mujeres también incitan a los hombres a cogerlos, tenderlos como un arco, aprisionarlos fuerte. Y los cabellos, cuando bajan como cortinas por el cuello femenino. Y los ojos y los labios. Y  la frente y el cuello. Todo dice en la mujer: soy tu deseo.

La mujer.

Las mujeres.

 Acabo de escribir una carta en papel para darme de baja de un seguro de mi lavadora. Me he puesto incluso nervioso. Hacía mucho que no escribía con un boli. Lo he hecho de modo expone y solicita, como las solicitudes de antes. Espero que me hagan caso y me den de baja. No sé cómo pude caer en la trampa de hacerme este seguro un tanto inútil, estaría yo en horas bajas. En fin. Solo queda echar la carta al buzón. Hoy es domingo y los domingos se hace uno un poco el oso o el zángano o el ganso, según las horas del día. De Majadahonda mucha gente se larga y esto se queda despoblado, se nota en los huecos de los aparcamientos de las calles. A ver si pongo una velita a San Pancracio para que me libre de todo mal.

No esperes nada de nadie

porque ese alguien nunca te ha demostrado nada. O peor, te ha hecho algún mal.

sábado, 24 de mayo de 2025

 Iba andando por la calle muy irritado. Toda conversación de la gente le dolía moralmente. Pensaba que la gente era mala. Miraba aquí y allá y todo le disgustaba: los anuncios, la casa de la cultura, le dolía hasta la acera que pisaba. Y llegó a casa y le dijo a su hermano que estaba mal. Lo hablaron. Le dijo su hermano: yo ya he visto que andabas mal con esas dos, que estabas raro. Me dijo también: tómate una tila si estás nervioso. Después de tomarla, se sintió mejor. Luego, siguieron hablando y hablando. Y le dijo su hermano también esto: bloquéalas. Y las bloqueó del móvil. Ese día iban a echar la lotería. Ya no fue, se quedó en casa. Y se sintió mejor. Y al día siguiente, dieron un paseo el hermano y él. Un eterno paseo que le pasmó el corazón paso por paso.

Las emociones malas hay que atajarlas.

La irritación es una de ellas.

 Soy una persona bastante sociable, me gusta estar con la gente. Pero hay gente perniciosa. Hay gente que me hunde mi salud mental. Y entonces, tengo que alejarme de esa gente. La gente mala o que tiene un vicio muy  metido en sus huesos, resulta peligrosa. Así me ha pasado con dos chicas que son buenas las dos, tienen buen fondo pero que tienen tantos problemas como si fueran mujeres fatales. Y me he tenido que escabullir de su trato. Las he bloqueado en el móvil y no sé si las volveré a ver. Si las veo será de casualidad, como a otros que veo por la calle. Las veré y les diré quizás adiós, ni siquiera hola. Porque se comportaban de un modo muy raro.

Hay mujeres muy raras.

Hay mujeres de tormenta, como las nubes de marzo.

 En los institutos había este procedimiento: poner un parte. Si un alumno se comportaba mal, le ponías un parte. Había que parar la clase y escribir qué había hecho ese alumno, ese chico, ese aprendiz de adulto. Ponías: "Fulano de tal me ha insultado" o "fulano de tal ha roto el ritmo de la clase". En fin. Yo no sabía qué ponía. Me daban asco los partes porque no iban a ninguna parte. A mí, una profesora del instituto "Santa Eugenia", me llamaba constantemente crack. Que yo era un crack. No me lo creía. Al revés, pensaba que lo estaba haciendo mal. Siempre pensaba que lo estaba haciendo un poco mal, que mis clases eran un tanto desastrosas. Bueno, luego me largué de ese instituto y di con mis huesos en otro y en otro. Y las velas a la virgen se iban consumiendo.

Los alumnos me han dado mi razón de ser por un tiempo.

Ya no hay alumnos hace mucho tiempo.

 En esta vida hay ratos festivos, ratos penosos y ratos de ver pasar el tiempo. Los más, estos últimos. Ya decía un poeta medieval que pensar en el tiempo ido da dolor. No es un dolor físico, es un dolor así como que se mete en la médula de los huesos. Necesitamos matar ese dolor y por eso hacemos cosas. Nos vamos a la calle como huidos, llamamos por teléfono a alguien y charlamos. No sé. Hacemos cualquier cosa para que ese dolor desaparezca. El dolor del paso del tiempo, que de pronto son años. La plaza del pueblo sigue ahí y acoge nuestro cuerpo que fue. Miramos tan atrás que da miedo. No conseguimos quitárnoslo. Qué agobio. Da más miedo que Frankenstein, que Drácula, que los zombis.

Andan las horas persiguiéndose.

Hay que hacer cosas.

viernes, 23 de mayo de 2025

 En una familia, si un miembro anda mal, lo deberían ayudar. Hay muchas trampas en la vida: alcoholismo, consumismo compulsivo, derroche, aparentar, vivir más allá de las posibilidades. Estas cosas conducen a la ruina personal y familiar. Y casi nadie se da cuenta. Se va dejando correr los años y nadie habla las cosas claras. Al freír de los huevos, se ve la podredumbre que había. No había dinero para tantas botellas, para tantas cremas, para tantos viajes. Y llega el colapso. "La de Bringas", de Benito Pérez Galdós, lo cuenta muy bien: tanto carruaje, tanto teatro, tanto exponerse al dispendio... La gente no se da cuenta de su relación con el dinero y así les va.

Cómo viste ese.

Así el armario, así las deudas.


 La calle nos hace solitarios. Vamos y saludamos a unos conocidos, a unos que no harían nada por nosotros si un hermano sufre alucinaciones y delirios. Saludamos en ocasiones de fiesta a unos familiares. Son como los conocidos pero tienen nuestra sangre. Son como advenedizos también ellos. Luego conoces gente y te juntas con ella y sabes que no te conviene. Y tienes que saltar de la barca en marcha. La calle nos hace solitarios por no sufrir males mayores. Hay un rumor en la calle. Un rumor de jetas despectivas que van diciendo: si pudiera, te mataba o todo lo tuyo es mío. Un familiar me dio unas voces en la playa. No me pidió perdón. Pasé bochorno. La vida está llena de gente que te echa a la calle solitaria.

Soledad.

Bien mirado, mejor que la gente que no te quiere.

 He caído otra vez en las garras del hastío. Fastidium, lo llamaban los romanos. La mujeres fastidiosas son las que se quejan de todo, ponen mala cara a todo, no quieren colaborar, están asqueadas y no tienen un mínimo de educación. Las vemos por todas partes. No sé si serán feministas o masculinistas pero dan asco. Suena el afilador, que dice mi hermano Paco que da buena suerte. Quiero la paz ipso facto. Aquí la tienes. La paz es muy aburrida. Vete a la guerra. El teatro de Arrabal no es político y, no siéndolo, habla mucho de política. Anda fresco en la calle. Las estaciones de tren chupan las horas como si de un regaliz se trataran. Alba dies venita est. Petra alba in calendarium.

Cuando procedes de la miseria, 

que no te pidan educación.

Me despertaron del invierno dos urracas. Las he callado ahuyentándolas con el mango de un cepillo de barrer. La vida ya transcurre en sumo aburrimiento, mejor que en ese vaivén de graznidos. Creo que he sido discreto, muy  discreto. La vida ya se ciñe a unas horas tranquilas. Ya no pasearé por la calle lamentándome de mí mismo. Estas dos urracas me desasosegaban, me hacían pensar en cosas malas y me llenaban los bolsillos de cosas feas. Pero ya he descansado, ya vino la revuelta, ya el camino es más llano. Quizás me acerque a la iglesia y ponga una velita a San Antonio, allá en mi pueblo.

Hoy he dormido muy bien.

Mis espaldas crujen de placer.

jueves, 22 de mayo de 2025

 Palabras gruesas que casi no caben por la puerta. Legiones de monedas burladas. Cansancio de niñitas enfadadas. Ya no hay tiempo para el perdón. Ocultan mucho, hablan poco y no se sabe ni adónde van ni de dónde vienen. Voy a cambiar de tono otra vez: las hormiguitas son muy monas y disciplinadas. Los saltamontes brincan cuando vas a cogerlos. Hice un foto a una flor malva y a un pasadizo lleno de lilas. El camino quizás sea la paz, no hacernos daño. Mi padre tiene compaña pero yo, ¿tendré compaña? La vida será más difícil con el paso de las horas.

A la gente que no es clara no hay quién la entienda.

Yo me haré oscuro como ellos.

 La paz nocturna del nido allá en lo alto se rompió con las urracas blanquinegras que anunciaban desgracias. Yo me vi enlazado a las terminaciones que llegan a la carne y al corazón que late. Pronto, sin darme cuenta, mi adivinanza de la mentira hizo que me diera cuenta de que tanto el que vivía lejos y no llamaba como los que vivían cerca pero me ignoraban, eran falsos. Bueno. Voy a aligerar este tono melodramático y a hablar de otras cosas: los automóviles van rodando y rodando. Me llegan ruidos, siempre me llegan ruidos. La pena del corazón no se arregla con una laña. Y ya está. No escribo más. Me cansa la altura de los aviones en que no viajo.

Mira qué cosa tan linda.

Que quiere bailar.

 Una constante sensación de peligro: las mujeres y los hombres son malos. Un excederse en el trato. Una exposición continua al pecado y al exceso y a la mentira. Hay gente muy retorcida por el mundo. De la falsedad hacen su modo de vida. Roban. No se dan cuenta de que roban. Se creen que los demás son dinero. La gente esta más vale tenerla lejos. La vida se vuelve bronca con ellas y con ellos. Enfados y rabietas injustificados. Es que a mí me pasa, dicen. Y luego hablas tú y ni caso. Yo viviré mi vida al margen de gente que arma rollos difíciles de entender. Se enfadan y no saben por qué. Bueno. Yo sé por qué. Porque han abusado de los demás durante mucho tiempo.

No tienen ni un mínimo de empatía.

Solo dicen: a mí me pasa, a mí me pasa.

 Los elefantes arraigados en el sueño de nunca jamás aterrizan hoy en Heathrow para seguir jugando a los perros huidizos. La pareja que forman las urracas parlanchinas dicen: hoy te toca pagar a ti. Y ni saludan por la mañana ni por la tarde. De putas están hechos los peristilos del amor loco que cantó el arcipreste. Y yo aquí, en medio de tanta salvajada de informaciones fuertes que me llegaban al oído en forma de babosas espirituales. No gustan los putones en la zona horaria de las 3 y media. Yo ya me despido hasta más ver. Si te veo diré hola e, inmediatamente después, adiós.

Las hojaldrinas de navidad se acabaron.

Una inmensa pena me sacude estos días de presión sutil.

 La aventura ya ha acabado. Me siento bien. Ayer vine de la calle un tanto confuso y nervioso. Me tomé una infusión y cerré la comunicación. Ya estaba bien de locuras y abusos ajenos. Me di un paseo y me sentí mal, triste, cansado de todo y al llegar a casa, Paco tuvo la solución. Luego hablamos de esta relación tóxica, de esta manera de vivir la vida tan loca, de los defectos que tenía esta forma de andar por la vida. No se puede por la mañana vocear una cosa y por la tarde, otra. Y además, es cosa de pijería, de gente bien que no entiende más que de lo material. No me convenía tal trato y he cortado por lo sano. Muerto el perro, etc.

El lazarillo se juntó con un pintor.

Y lo dejó pronto.

miércoles, 21 de mayo de 2025

 Ayer me acabé "La vuelta al mundo en 80 días", de Julio Verne. Es muy buena y las páginas han pasado rápidas. Hace menos de un mes que lo compré. Phileas Fogg hace esa apuesta y se pone a montar en barcos, trenes y elefantes con su criado Picaporte y llega a Suez, la India, Japón, América del norte y Liverpool. Y gana un día por ir hacia el este. Julio Verne tenía una inventiva genial. Se aprende mucho con sus novelas de física, de mecánica, etc. Todo va saliendo bien en este libro. En el siglo XIX se creía que la Humanidad seguiría un progreso continuo, pero todo eso se rompió con la Primera Guerra Mundial.

No tengo trabajo.

Tengo un blog.

 Los minutos pasan lentos esta mañana. Es la cuenta atrás de algo que ni yo mismo sé qué es. El sol ha ganado a los nubarrones, pero yo sigo queriendo que llueva. La lluvia me calma y luego el suelo huele a fresco, a tierra. Los rosales de mi urbanización ya dan flores. El agudo piar de los pájaros me cansa. En Segovia quizás hoy será un día tranquilo porque las capitales de provincia así lo son. Aquí, en la ciudad, ladran demasiados perros, pían y graznan demasiados pájaros. Si yo hubiera nacido en Móstoles, ¿me creería pobre? Me imagino un piso 15 en los barrios del sur y no sé qué siento. No sé si es impotencia o ganas de mejorar o, simplemente, vértigo. Mi prima la de Segovia vive también en un bloque de pisos. En Majadahonda, la altura es de cuatro pisos. ¿Soy un privilegiado? No sé. Seguro que en Móstoles la vida es más comunitaria y solidaria. Creo que a mí, ciertas personas me consideran rico por vivir en Majadahonda. Rico, yo creo, es el que es grande por dentro.

Rico, pobre, buen pasar, pensionista.

Yo no sería pensionista si no fuera un enfermo crónico.


 Así que pasas de los 50, la vida pasa a tener una forma redondeada de días tranquilos pues ya no estás para muchas aventuras. Practicas hobbies tranquilos: fotografía, dibujo y pintura, sillón ball. Y eso pasa, que te haces acomodaticio y vago. Y cualquier trayecto que dure un día entero te sobresalta. No puedo seguir con este razonamiento que he empezado, así que seguiré con otro. Las montañas ya no tienen nieve. Nevó muy tarde este año, allá por marzo. Los seres queridos que ya no están nos avisan desde el cielo y nos dicen: sed buenos para que nos podamos ver en la gloria. La gloria del cielo, ¿para quién es? Para esas personas que son las últimas en este perro mundo.

Un blog raro me ha salido.

Pero lo publico.

 Ayer fuimos a San Lorenzo. Cogimos con el coche la carretera que baja más allá de la estación de autobuses. Lo aparcamos en una calle a la derecha que no tiene salida. Subimos otra vez la calle en dirección a la estación de autobuses y nos encontramos en mitad de camino con un hotel restaurante donde tomamos una cerveza sin alcohol y un agua mineral. Paco y yo no s sentamos en unas sillas al resguardo del sol, dentro del hotel. Es un hotel escueto, sencillo, muy accesible. Me sentí en la gloria allí, mirando las robustas puertas de entrada al hotel, las sombras que hacía la poca luz que entraba. En fin. Me recompuse en el silencio de ese local de unos días de mucho tole-tole que había pasado días atrás. Si me acerco al Bernabeu, quizás vea las copas que ha ganado el Real Madrid.

Parece mentira dónde está la paz en estos días.

Quizás escondida, quizás olvidada

martes, 20 de mayo de 2025

 Ya llevo con este cuatro blogs. Ya no voy a escribir más. La atención que me prestan los lectores no se ve reflejada en un mísero café con leche, ya no digo en una invitación a comer. Yo me rompo la cabeza para poner en estos textos algo aparente y no veo recompensa por ningún lado. Se cansa uno de mirar libros de poetas, de filósofos, de refranes para educar al posible lector y el lector no precia en un higo todo mi esfuerzo. Así qué no escribo más. Hay un barrio en Madrid que se llama el barrio de las letras. Que vayan allí y que las cojan (las letras) y que no se les caigan, como le pasó al gitano. En fin, que ya no escribo más por hoy. Ya está bien de trabajo gratuito.

Se creen que es fácil escribir.

Todo tiene su dificultad.

 Me tocaron clases de teatro en los institutos tres veces: la primera, en el instituto "María Guerrero", de Villalba. La segunda, en el instituto "Miguel Delibes" del barrio de las Rosas. La tercera, en el instituto "Leonardo da Vinci" de Majadahonda. No salí muy satisfecho de la experiencia. Yo no tengo formación teatral más allá de aprender títulos de obras de teatro. Di un curso de teatro de una semana que no me valió para nada. Fueron tres aventuras académicas sin saber yo ni cómo hacer títeres. Los alumnos de Villalba, me pedían cigarrillos que yo no les di en ningún momento. Ensayábamos una obra en la que iban unos en una barca. No les gustaba. En Majadahonda sí hubo un público pero no gustó mucho la obra. Era una adaptación de un cuento de "El Conde Lucanor" de Don Juan Manuel. Era de un profesor que tenía dolores intestinales que va a cagar al barrio de las putas y pierde todo el respeto de los alumnos. Era tan breve, que lo tuvimos que representar un par de veces. Los ensayos fueron un poco caóticos. Los alumnos no ayudaban. Hice lo que pude.

El teatro.

Qué artificioso

 Un profesor que conocí en un instituto de Majadahonda, me hizo el siguiente truco. Le vi en la biblioteca. Hablamos un poco en voz baja. Me despedí y le dije: ya te llamaré. Y me dijo él: espera a que te llame yo. Han pasado dos años y no ha llamado. Le veo por la calle y se hace el ganso cuando me ve. Me da igual. Que le den morcillas. Otro amigo, al que conocí en la carrera de Filología, le iba a ver a su puesto de trabajo y comíamos juntos. Luego ya me puso no sé qué excusa para que no volviera. Otro amigo que he perdido. En fin. Los amigos verdaderos son los que perduran. Me quedé de amigo con mi antigua novia y esa exnovia se ha echado una amiga. Son las dos muy majas. Pero me lían la cabeza. 

Amigos.

Los verdaderos son pocos, la verdad.

 Me despierta un número de propaganda que empieza en 34. Ayer mismo estuve en Movistar y me dijeron que había que bloquearlos uno por uno. Estoy como cansado, cansueto, como decía mi primo Perico que en paz descanse. La mañana se me va a hacer larga pero no iré a la calle más que por el pan. El 25, domingo, cumple mi padre 95 años, algo que parece un poco prodigioso. Hoy va a haber para comer lacón con patatas cocidas con su pimentón y su aceite. No sé qué hacer con estas amigas que me han salido tan raras. Las dejaré de ver un tiempo, a ver qué pasa. Quizás se olviden de mí. Suena un motor; en esta ciudad, siempre está sonando algo. Me parece que están limpiando los garajes de la urbanización de al lado. ¿Qué será el dormir que se parece al morir? Moriremos sin soñar. Morir es irse de aquí.

La ciudad tiene sus gentes, sus afanes, sus circunstancias.

La ciudad es rica en aconteceres.

lunes, 19 de mayo de 2025

 Yo no entiendo mucho de dinero ni de bancos pero no piso una sucursal ni en broma. Los bancos no traen más que engañifas a la gente, como las hipotecas basura: le gente hacía chistes con aquellos que iban al banco y se hipotecaban en un piso, en un coche, en una moto y en unas vacaciones a Cancún (ya de paso). Conozco una persona que debe de tener algo de dinero y no hace más que ir de banco en banco a pedir que le den algo más por su dinero. A mi hermano le engañaron (sí, le engañaron) con una tarjeta de crédito que luego no podía sacársela de encima. La gente esa que capta en los bancos son como de una secta. Iban a robar un banco y era el de un parque.

Bancos:

mejor ni pisarlos.

 Cuando he leído novelas, lo he hecho quizás en situaciones desfavorables como en un vagón de cercanías, con más hambre y disgusto que otra cosa. O en los institutos en horas libres en el departamento de lengua. Yo corregía dictados de los alumnos a mansalva. Podría dictar: "la habitación bella del huésped nuevo daba a la selva de abedules nobles". Y así, trabajar la b y la v. Se lo ponía difícil para que aprendieran. Y luego, leía. Y me da mucha rabia que ahora no me acuerdo de nada de lo que leí. Sobre todo, leía a Galdós. Y me fastidia no saber nada de la trama de esas novelas porque las leí en unas condiciones casi duras de llevar entre alumnos y oposiciones y las clases. No sé ni cómo conseguía leer algo entre tanto fragor académico. Había una profesora en Santa Eugenia que me decía que yo era un crack. El verdadero crack era ella, que imponía un orden en sus clases que yo envidiaba enormemente.

Las clases, los chavales, el profesorado...

qué locura.

 No sé por qué llora el río Charles si no tiene motivo. El esfuerzo diario por vivir y por dar cariño cansa. Los otros, a veces, no ayudan a ser queridos. Sea por un carácter un tanto avieso, sea por una enfermedad de la mente, sea por otras causas, el estado anímico de los que tienes a tu alrededor, cambia. Los fines de semana a veces son un poco asquerosos porque la exposición a los que tienes alrededor es muy grande. Y cansan todos ellos. Entonces, coges la bici y te largas un rato a dar una vuelta a ver si el humor de tu mujer ha cambiado o tu hermano está ya más normal. Pero no: queda mucho domingo por delante y el ser que te rodea sigue irritado, pesado, cansino. Y solo puedes hacer que aguantar lo que hay.

No todo el mundo tiene un carácter estable.

Las mujeres, por ejemplo, son muy inestables anímicamente.

 La fresca gala de una flor que es fotografiada por un fotógrafo nuevo tiene su mérito. Unos azulados reflejos, la amarilla rosa, la flor lila de las malvas, el geranio un tanto vulgar. El mundo de las flores es un mundo de significados naturales que capta la cámara como un reservorio para los días aburridos de las tardes frías, de las mañanas en que el tiempo no avanza. También el fotógrafo aficionado capta la arboleda que se instala en la ciudad y a los conductores lejanos que llegan a un ceda el paso y miran a su izquierda y las galerías del paseo y una hormiga y un saltamontes. La hormiga negrísima y el saltamontes tan simpático él con sus patas impulsoras y un niño que anda con su padre y un perro, allá a lo lejos y una barrendera con una coleta rubia muy bonita. Y el sol en lo alto batiendo el calorcillo de la primavera.

El domingo paseamos bastante.

Los pasos, las horas, el atardecer que atrapa el sentimiento.

 Juntos de la mano se les ve por el jardín. Es un verso de una canción de Víctor Manuel. Los seres humanos deseamos cariño sincero, mucho cariño sincero. Para eso, los que nos quieren no deben defraudarnos. Los que nos quieren han de hacerlo de verdad y eso es muy difícil. Los egoísmos en el ser humano cunden: yo quiero esto y va en contra de ti, pero lo sigo queriendo. Y a lo mejor, lo que quiero te hace daño, pero lo sigo queriendo. Los sentimientos heridos son duros de llevar, la gente no se acostumbra a las cornadas que da el que te quiere. Pero las da a veces y es muy doloroso.

Te quiero, me quieres, sí.

Pero hay que hacer un esfuerzo de la voluntad para querer.

 Cuando uno hace un favor, que no espere ser recompensado. Mi padre dice mucho: haz bien y no mires a quién. Es un refrán muy bonito. Las hormigas se apoyan unas a otras y así, prosperan, se agigantan en número, hacen hormigueros enormes y durante el verano guardan para el invierno. Los animales nos dan muchas lecciones de solidaridad. Apliquémoslas a la Humanidad. Si gana tu semejante, ganas tú. Una organización como la ONCE, se basa en eso: win win: tú ganas, los ciegos y discapacitados ganan. La sociedad gana. La política, sin embargo, se basa demasiado en echarse la zancadilla unos a otros y descalificarse unos a otros. Por eso no me gusta la política: no funciona como un hormiguero sino como un panda de arribistas y poderosos. El líder se da a sus compañeros, es el que más debe servir, no el que más debe mandar. Y la política no sirve al ciudadano. Sirve a los intereses de su partido. Muera la mala política.

Hoy la mañana se va a hacer larga.

Como un día sin pan, como un domingo sin dinero.

 Hoy me he levantado pronto. Me ha despertado el soplador del jardinero. El sol ya estaba en el aire preparado para perfeccionarse a mediodía. Los gatos maúllan con tilde en la u. Pocas cosas me gustan tanto como una buena conversación. Ayer podría haber ido al Alto del León pero no fui por quedarme con Paco, que hubiera estado muy solo toda la santísima tarde. Por cierto, ayer por la tarde, Paco se mostró un tanto irritado, alzando la voz y como mosqueado conmigo. No sé lo que le pasaría. El caso es que cogió pronto el sueño a las 10:30, la hora en que pactamos en que nos iríamos a la cama. Llamé a Pura, esa gran amiga y a Rosa. No me contestaron.

Sucesión de días y noches. Gran interrogante esto de los días que pasan uno detrás de otro.

¿Qué será la noche? La Tierra gira sobre sí misma. Ya.


domingo, 18 de mayo de 2025

 La batalla del Ebro fue decisiva para que las tropas franquistas entraran en Cataluña. La batalla de Brunete, muy sangrienta y cruel, no sirvió para mucho. Los republicanos querían llegar no sé si a Toledo o a Segovia tomando Navalcarnero pero los pueblos como El Pardillo, Villafranca del Castillo o Villanueva de la Cañada pararon el avance. Pueblos como Majadahonda o Las Rozas, quedaron en medio de ese empeño de generales rusos y españoles por avanzar por esa zona de Madrid. No sé qué papel desempeñó la aviación en esta batalla pero sé que el colegio de Brunete se llama, precisamente, "Batalla de Brunete". Brunete es un pueblo muy tranquilo. No se oye ni una mosca. Allí vivió una escritora. No me acuerdo de su nombre. He estado en la biblioteca de Brunete, muy bonita. Los pueblos y ciudades sufrieron la guerra civil. Bombardeos, obuses, intentos de asalto como en Teruel, donde el frío fue el mayor enemigo, etcétera. Los generales republicanos como el Campesino, Líster y Durruti venían de un extracción social baja, creo. Los generales sublevados como Mola u Onésimo Redondo llevaron la crueldad a la guerra. Una guerra civil es un pésimo y catastrófico resultado de la mala política que no sabe aunar ideas para el avance de un país. No nos politicemos los ciudadanos de pie. No peleemos por ideología. Busquemos siempre la paz y el desarrollo de la nación. Seamos amigos a pesar de nuestras ideas. Más bonita es la amistad que ser de izquierdas o de derechas.

Si la Humanidad se entiende,

la Humanidad progresa.

 El perro ladra. El lunes acecha detrás del domingo. Las palabras se escuchan o se leen. La gente anda por la calle, por el campo, quizás por las aguas como Cristo. La segunda oportunidad está ahí, esperando a que la caguemos. No podemos pelear con nuestra pareja, con nuestro amigo, con nuestro yo. Las lunas se suceden como monedas de plata de la noche. Los amigos del céntimo bien harían en invitar al escritor que escribe estos textos ¿para deleite? de sus lectores. Hay gente que no se gasta una perra. No hay nada como ser mozo, un duro en la faldriquera, vas al bar cuando quieras y contigo no hay quien pueda. La fabada se va haciendo, haciendo por el efecto del agua hirviendo.

La vida agrada, la vida cansa, la vida mata.

Es así.

 El sueño es fundamental para una persona. Hay personas que, en cuanto caen en la cama, se quedan dormidos. A otros, nos cuesta caer dormidos. Dicen que en el sueño se produce el REM (rapid eye movement), en el que estamos en una profunda inconsciencia. Nunca ha habido tantos medicamentos para dormir pues en esta sociedad se lucha en el trabajo, se lucha en la familia con algunos familiares que tensan la cuerda de la cordura, se lucha con uno mismo al querer adelgazar, ser más guapo, ser más eficiente, con una exigencia en todos los ámbitos personales, laborales, familiares y económicos. Lo mejor es vivir una vida natural como el agua. Ya lo decía Bruce Lee: "be water my friend".

Hay que dormir bien.

Es una de las mayores necesidades del ser humano.

 Aunque algunos lo aparenten, no se puede estar todo el tiempo al cien por cien. Es bueno delegar en la gente las cosas que no puedes hacer. Si no hubiera sido por mi hermano en estas crisis que he pasado con las pastillas, yo no sé qué hubiera hecho yo. Él me ha dado ideas de ir por las farmacias, me ha llevado en coche, etcétera. Una unión de personas hace que uno se pueda relajar un poco y pasar a depender del otro. Como en el cuidado de hijos, como en el trabajo, en el que un compañero te puede sacar de un aprieto, como en las amistades, que si metes la pata, otro amigo puede dar la cara por ti. En fin, hay que delegar, de eso se trata cuando se va en conjunto.

No todo lo puedes.

Hay que saber dejarte ayudar.

 Llevo unos días en que mi salud mental ha sufrido. Ha habido días en que no he dormido bien, días de mucha actividad mental y conatos de euforia. Creo que ya todo pasó. Ayer por la tarde me tiré todas las horas en casa con mi hermano. Me aburrí, como en otoño e invierno, y me vino bien. He conocido gente nueva que me ha quitado de la rutina que llevaba en invierno. Esta gente nueva es muy activa, dan vueltas y vueltas y, en esas vueltas yo me pierdo un poco, descabalgo de mi normalidad mental y lo paso mal. Encima, estos días me dieron un genérico en vez de las pastillas que tomaba yo habitualmente y se han juntado el hambre con las ganas de comer o de dormir.

La salud mental:

 o deprimido por la rutina o alterado por pastillas y conocimientos.


sábado, 17 de mayo de 2025

 La indigencia mental es casi peor que la indigencia económica. Quiero decir con indigencia mental que no se está bien de la cabeza. Lo malo es que la indigencia económica a veces conduce a la indigencia mental. O sea, los mendigos se vuelven locos porque ni tienen dinero ni tienen afectos. Un mendigo está solo. No solo sino que a veces tiene que pelear con otro mendigo por un puesto o porque estaban borrachos. Los mendigos, para soportar su día a día, se alcoholizan. Los mendigos no tienen a nadie a quién contar sus problemas. Sus problemas es que han llegado adonde están por una mala suerte que te cagas y porque no han sabido gestionar su vida económica. Se lo han gastado todo. Y se han arruinado. Y nadie les ha ayudado en su momento.

Una mala gestión de nuestro patrimonio

lleva a la ruina.

 El amante se queda enredado en un súbito otoño, dice, más o menos, Luis Cernuda. Yo continúo el verso con algunas palabras no tan buenas y claras como el poeta andaluz. Voy guiando mi pensamiento poético sin la lucidez del poeta homosexual. Yo no tengo amantes enredados ni mujeres a las que amar. Yo no soy homosexual. La vida trae y lleva como una canción de amigo portuguesa o gallega. Yo tomo pastillas para mi enfermedad que me dejan el sexo indiferente a las mujeres. Elijo entre una erección o volverme loco. Prefiero no volverme loco si dejo las pastillas. La gente no entiende mi enfermedad. Hay poco conocimiento de la misma. Solo deseo que ni mi hermano ni yo enfermemos.

Qué buena está esa.

Ya, pero intocable.

 Luis Cernuda fue un poeta de la generación del 27 que se exilió en Norteamérica por causa de la guerra civil. Nadie quiere una guerra civil pero la hubo. Ya es historia. Sé que Cernuda era homosexual pero eso da igual. Escribió versos muy bonitos y profundos como este: "Si el morir fuera esto, un tranquilo recordar de la vida". Si morir fuera como un cine al que estás invitado para ver tu película, si morir fuera una luz que te acoge y te quiere. Si morir fuera casi mejor que el vivir, una fuerza más grande. Ojalá morir fuera entrar en un reino, el reino de Dios que nos quiere a todos y se apiada de todos. Pero el morir a nuestros ojos es quedarse vacío, es quedarse muy quieto, sin sentidos ni vida.

Apreciamos la vida.

Nada sabemos de la muerte.

 Madura la mañana, viniste aquí, a escribir de cosas inventadas. Y te salió bien la historia que contabas o la poesía que pensabas o el pensamiento que fabricabas con palabras. Y te sentiste bien porque pusiste en término párrafos que decían. Supones que la gente lo leyó y no quisiste fama de esos escritos. Solo lo hacías por pasar el tiempo, un tiempo de alegría o de consumación. Y venías dando vueltas con la época que te tocó vivir, esta época de locos al poder y sinvergüenzas corruptos asquerosos. Y vino el apagón de la electricidad y los políticos ineptos. Pero eso es ya mezclar cosas distintas. Porque tu narración puede más que la política.

Me gusta escribir y me gusta rezar.

Y me gusta caer dormido en la cama antes de las 12.

 Ahora resulta que cualquiera ha escrito un libro y quiere hablar de él. Pero no todo lo que se escribe es literatura. Hay verdaderos bodrios. Cambiando de tema, el dolor informe de la vida nos envuelve a veces con fuerza. Nos llena de tristeza pues no sabemos cómo lidiar con ese dolor. Es informe porque no sabemos de dónde proviene y no tiene forma alguna, es intangible e incierto. El dolor de la vida está siempre ahí, esperándonos cuando reflexionamos o cuando pensamos que el tiempo pasa o cuando somos conscientes de que vamos a morir. También sufrimos por los otros, por los seres queridos, por la tierra que está contaminada, por las guerras... En fin, el dolor de la vida no tiene aristas ni término medio.

Al final,

es mejor no pensar que vivimos.

viernes, 16 de mayo de 2025

 Se habla mucho de la juventud que no sabe nada. ¡Joder con que no sabe nada! Los que se meten en vicios y en fiestas sin fin, esos no saben nada pero los que de verdad hacen por la vida se meten a trabajar como locos y van haciendo ya su fortuna. El que no corre, vuela, dice el refrán. La inteligencia hay que usarla para caso práctico; resumidamente: para ganarse uno la vida. Y los jóvenes se la ganan, vaya si se la ganan. Habrá gente que venda droga o esté viciado por un sexo fuerte y obsesivo pues están en la edad, pero a los jóvenes les bulle la sangre, quieren comerse el mundo. Y se lo comen.

Los jóvenes son listos y trabajadores.

También conocen sus derechos.

 Lo ajeno de la mañana se nos reproduce en el café con su porrita. La plaza se llena de mujeres y hombres con desigual formación y pretensiones. La formación gramatical de los españoles deja mucho que desear. No se sabe nada de la ortografía, de la sintaxis, de la morfología de las palabras, de la pronunciación del inglés hablado. Y eso que el inglés es lingua franca en el mundo en que vivimos. Vaya, que si te vas a un país extranjero, a lo mejor necesitado, no dominas la lengua que se usa en todo el mundo mundial. Un día dijo mi sobrino Carlos en el bar de mi pueblo: teen agers. Y acertó. Y un señor que dominaba el inglés, le felicitó. Mi sobrino Carlos esconde un tesoro de sabiduría que ni él mismo sabe. Pondré una vela a san Isidro si me acerco por la iglesia un día de estos.

No sabes que sabes:

suele pasar.

 Mientras busco el silencio de la almohada, voy pensando en ellas. Son dos chicas chipiriflaúticas, como decían los payasos de la tele. Pero también son peligrosas, cuentan historias sin parar y muy complicadas de amoríos y perros que cagan negro. Una llora por su perrilla y otra llora por el amante del norte. Van y vienen como verdaderos obuses de la guerra civil española. Si te pillan desprevenido te endosan un rollo. Andan como rayos, andan como animales silvestres. Pondré una vela a san Pancracio aquí en la repisa de mi casa para que me traiga suerte.

No te fíes de las mujeres:

son todas seres imprevistos.

 Tu alma tibia, con el dolor de Apolo detenido en la sien, no me dice nada todavía. Eres un caos de persona que se duerme viendo programas estúpidos de televisión, que tiene que estudiar hasta los fines de semana, que se da caminatas agotadoras, que se echa siestas de cuatro horas. Pierdes el móvil, pierdes la cabeza y no sabes dónde la has puesto, gastas sin control alguno. ¿Adónde llegarás con tanto desorden en tu vida? Un día te pasará algo grave, no como el cagar de tu perrita y no sabrás qué hacer. No volveré a llamar a tu caos nunca más. No seré yo quien te ofrezca compañía para romper tu soledad de laberinto.

Como dijo Ghandi:

Me lavo la cara. Me seco. No encuentro las gafas. Eso es desorden.

 Oyó ruido más allá de la plaza tranquila. Empezó a andar y pronto estuvo lejos de la ciudad. Pero era un enfermo crónico, necesitaba pastillas para su enfermedad y tuvo que regresar después de haber andado unos cinco kilómetros al sur. Y comió con su hermano un pollo asado y por la tarde, volvió a andar esos cinco kilómetros más cinco más que le llevaron al lado de una granja de cerdos que olía mal. Y paró en seco su huida por los medicamentos de su mente. Estaba atado de pies y manos para la huida y no huyó. Volvió a casa, cenó con su hermano y pensó que era esclavo de sus medicamentos. El sur aguardaba de alguna manera en su mente y sus pies.

Si no puedes huir,

huye con algún libro entre las manos.


 Ha desaparecido en las farmacias el medicamento Zyprexa. Ahora solo dan el genérico, olanzapina, que me sienta mal. Paco y yo fuimos ayer a una farmacia gigantesca de Villalba y no lo pudimos conseguir pues se nos había pasado la fecha de pedir medicamentos. El día 26, iremos otra vez a por la Zyprexa a ver si lo tienen. El 25 cumple mi padre años e iremos a verle a casa a felicitarle. Cae en domingo. A ver si le compramos un regalo. No sabemos qué regalo hacerle así que le compraremos un perfume y listos. Hoy es un día muy bueno para ir a setas de primavera al bosque. Vete al bosque y piérdete un rato.

Medicamentos.

Ese rollo que se lleva cada vez más.

jueves, 15 de mayo de 2025

 Dice el libro de Historia Contemporánea que antes de la II Guerra Mundial, los países se hicieron insolidarios. Y de ahí, nacieron los nacionalismos alemán e italiano y japonés. Los nacionalismos tienden a hacer imperios. Mussolini fue el primero, en los años 20, de emprender esa aventura de ser más que nadie. Aquí, en España, tenemos los nacionalismos vasco y  catalán, que son asquerosos los dos, reprochables a tope. Quieren más derechos, y los tienen, más que el resto de España a base de presionar presidentes débiles. Los catalanes hablan de paisos catalans, o sea, el pequeño imperio que quieren esas dos autonomías, que incluye Valencia, Mallorca, Navarra en el caso vasco, etc. Da verdadero asco el nacionalismo: es el egoísmo político que trae violencia. En el caso vasco, terrorismo y muertes ha traído. El imperio vasco se llama euskalerría y es asqueroso.

Puigdemont defraudó todas las expectativas nacionalistas catalanas.

En Cataluña ya no hay masas en las calles haciendo el idiota