Ya está aquí el calor del verdadero julio. No muchos han oído el canto de sirenas en el mar azul. Muchos han usado el dinero como si fuera suyo y no lo era. El alcázar se alza con fuerza en el centro de la ciudad manteniendo el rigor y los antiguos bríos. Muchedumbres roncas como el mar anuncian el amor de las gentes que los discursos e imposiciones no podrán borrar. Ando por la acera de tantos, ando por el lateral de la vida, ando como una fiera hosca y terrible. El sol se pone y tú te pones como el sol que ya no alumbra y es de rigor decir que estamos en la misma oscuridad ausente. Sea que la vida cruce, como un río, la despeñada ansia de vivir, el miércoles tardío.
Las calles que van rumbo a la alameda del parque inmenso
han torcido en mi paseo las ganas de vivir, de dar aire a mi cuerpo.
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