Ponerse a escribir sin motivo aparente es bastante raro, cansador y por último, difícil. Pero voy a escribir este blog sin ayuda de ninguna inspiración, sea esta poética o política o ambiental. Voy a escribir este texto de blog porque quizás lleve tiempo sin escribir aquí. A mí la política no me suscita ningún texto, ningún pensamiento que no sea pensar que la política lo enguarra todo y al final no sabemos nada porque unos y otros han echado mierda o han tratado de limpiar el honor de un corrupto que estaba en las filas de uno o de otro. Así, no sabemos, por este efecto de limpiar o enguarrar si la mujer del presi es culpable de algo o de nada o de todo. Así con los de los ERES, que ya no sabemos si son unos pobrecitos o unos viciosos del sexo y las drogas y las gambas. Por eso a mí la política no me gusta porque lo enfanga todo, lo llena todo de lodo según pasan los días. O lo llenan de lloriqueos porque la corrupta o el corrupto no tiene culpa de nada. Si mienten los políticos en tiempo de paz, qué no harán en tiempos de guerra. Y sí, los políticos mienten impunemente. No tienen la vergüenza torera de decir la verdad.
Si hay un señor en aquella plaza dormido en un banco
quizás ayer estuvo borracho y no supo llegar a casa.
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