Corren vientos turbulentos en las plazas, en las calles, en los cines ahora que no hay nadie poblando la ciudad. Los escombros hechos de manos rotas y cabezas doloridas y mezcladas rondan en lúgubre acento por las mercaderías, los bares... Todo está perdido o nada está ganado todavía. Mucha miseria que cruza por estancias desagradables, que dan la mano a los vecinos, que se sientan en bancos a la sombra, bancos ya desvencijados. Perros que se rascan su sarna al lado de viejecitos que un día se caerán y tendrán que hospitalizarse, asilarse. Menuda mierda corre este verano a la luz de las farolas, mierda que se fuma, mierda que se huele a kilómetro.
Mi juventud es música de fondo para este verano
en que existen fulanos y fulanas de incierto signo freudiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario