Vendrán días que contengan un aburrimiento en sus horas. No creo que venga un verano demasiado caluroso, como tiempo atrás. Mientras pueda escribir aquí cómo me siento, creo que tendré un apoyo moral porque con estas líneas me desahogaré. El verano pasado no fue demasiado caluroso. Recuerdo que hasta mediados de julio no hizo un calor anormal. No tuvimos que poner el aire condicionado. Me acuerdo ahora de un cuento de Cesare Pavese en que los protagonistas se emborrachan matando así el tedio de sus vidas. Yo no puedo emborracharme. Escribiré cuando me llegue la fealdad de la vida, la estupidez de la existencia.
Tristes momentos de no hacer nada.
Escritura sacada de la raíz de las cosas.
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