Por mucho que te obstines en creerlo, ni tu padre ni tu madre ni los dos juntos te crearon. Te concibieron y tu madre te parió. Pero eso no es tu creación. Tu creación pertenece a otro ámbito, al ámbito de lo misterioso, de lo no carnal, de lo divino. Y así con cualquier ser humano que pisa esta tierra asquerosa o increíble. Y así con cualquier animalillo que pisa o nada o vuela por esta tierra de dolor o de gozo. Y es cosa de Dios o de un ser superior al que la gente tiende a ignorar o despreciar, pero ahí está, ahí está ese ser superior que todo lo rige y quiere que nazca Manolo o una golondrina. Y ya está. No hay más que decir sino de agradecer o maldecir en su caso que estamos en la Tierra, en esta mágica, misteriosa, inimaginable Tierra de los mil demonios.
Estás en la Tierra. ¿Eres afortunado en general?
Comienza a aprender a dar gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario