Suenan sirenas de ambulancia. Es como las campanadas. No preguntes por quién repican las campanas porque repican por ti. Todos somos uno en este mundo asqueroso. Todos vamos a pasar por lo mismo más pronto que tarde. Todos moriremos al cabo, como si hubiera una hoguera constantemente ardiendo a tu lado y al lado de tu vecino. Así que todo hace pensar que las sirenas de la ambulancia te llevan a ti corriendo, corriendo y corriendo hasta que te falte el aire, maldito ser creado para morir. Y ya no hay nada que decir más allá de esta certeza que nos hace a todos iguales. Igual de tristes, igual de malos, igual de seres agonizantes y esquizofrénicos.
¿No te afecta la locura?
De un modo u otro estás loco, no riges bien, tienes manías, odios absurdos, envidias insuperadas, torpezas mentales...
No hay comentarios:
Publicar un comentario