viernes, 27 de junio de 2025

 Por lo que veo en la televisión, a mí no me gustaría ir a la playa. No como está montado el tinglado ese. Llena la playa de gente, pierde su sentido. El agua llena de niños chillones y abuelos que se tocan los cojones al lado de la arena. La vida es dura cuando se va de vacaciones: madrugar para coger puesto, aguantar niños gritones, aguantar el calor, aguantar las horas de estancia en la misma playa con tu suegra, tu yerno y tus nietos. Se ha convertido la playa en un reducto de las familias, en una especie de reserva como las de los indios. Allí están bien  las familias, se desahogan meando en el mar y tirándose de la colchoneta.

La playa, las playas, la mierda de las playas:

un gentío atronador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario