Como no tengo que hacer gran cosa en todo el día y, en verano, la desocupación es todavía más grande, me levanto a eso de las 11:00. No pretendo dar envidia a los que madrugan. Los que madrugan no tendrían envidia de mí si tuvieran mi cerebro en vez de el suyo. El caso es que estoy trabajando en una historia que hace que esté yo ocupado y no esté mi mente dando vueltas como una noria. Se trata de crear un personaje que quiere dar la vuelta al mundo como lo hizo Phileas Fogg. Nada más. Y quería explicar esto porque si yo no tuviera la mente ocupada, estoy seguro que me daría una depresión o una manía (este término pocos lo conocen o saben en que consiste).
La enfermedad bipolar es grave.
El que la tiene, sabe más que el que no la tiene.
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