Si te encuentras a un empresario en tu vida, este te dirá que en la vida hay que pensar a lo grande. Si te encuentras en tu vida con una monja o un fraile, te dirán que hay que hay que ser humilde y pensar en las cosas pequeñas. Si te encuentras con un sabio, te dirá que hay que pensar ni grande ni pequeño, sino convenientemente a tu modo de vida. Hay gente que se conforma con poco, que come verdura y legumbres muy a menudo. Hay otros que comen muchos entrecots y chuletones. Hay que comer de los dos, según la ocasión. Esos son los que saben, los que en cada momento, piensan pequeño o piensan grande.
No siempre se sabe qué pensar.
Para eso están los demás, para tomar consejo y saber obrar.
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