miércoles, 25 de junio de 2025

 Un día de verano, a la puerta del bar de mi pueblo, un forastero de tantos que hay ya en él, me dijo: "tú y yo no hacemos uno". Lo que no sabe este forastero es que existe en mi pueblo una norma de cortesía no escrita que se llama "dar el atendido" y consiste en preguntar al que tienes delante por su persona. Otra vez me quedé en una conversación con gentes del pueblo pero me sentí extraño, me sentí alejado de estos que hablaban y además, no preguntaron por mí en ningún momento, no me dieron el atendido. No es que vaya yo de importante sino que yo, siempre que puedo, doy el atendido, pregunto por el que está hablando conmigo, por sus padres, hijos, salud, etc. Porque yo me he criado mucho tiempo en mi pueblo y sé a qué atenerme en él. Como en el bar yo ya no encuentro esa fórmula de educación básica, pues llevo ya tres años sin ir al bar porque ya no entiendo quién va allí ni me entienden a mí.

Los bares de los pueblos cambian.

Ya no sé quiénes son los que van ni los que no van.

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