Te casaste, la cagaste. Y se casa uno normalmente para perpetuarse en unos hijos. Y los hijos, hoy en día, exigen dedicación plena. Papá, mamá, que mi hermano me quiere hacer rabiar. Papá, que no sé hacer lo de Miró. Que la culebra recorría el cuadro de Miró. Y el otro hermano, papá, papá, tengo hambre. Quiero agua. Quiero dar un paseo. Quiero lapiceros para pintar. Quiero caca y pis. ¿Dónde está mi osito, papá? Y acabas no con la cabeza como un bombo, sino lo siguiente. Vaya berenjenal este de las familias de ahora. Salen a la calle como si fuera a venir la guerra mundial: toallitas, pañuelos, toallas, más toallitas, etc. Y luego tiene la vertiente cómica, pero yo no se la veo.
Unión de hembra y macho:
niños que lloran, niños que piden, niños que no saben lo quieren, en fin.
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