domingo, 29 de junio de 2025

 En los institutos, hay de todo. Los institutos están formados por profesores, alumnos, jefes de estudio y director y secretarios. Entre los profesores puede haber algún tonto o perezoso, pero son los pocos, quiero pensar. Entre los alumnos, como son más, hay más idiotas e imbéciles de risa floja y de descaro ante la autoridad del profesor. Yo, a esos les daba mucha mierda para comer, no los hacía ni caso, los cortaba en cuanto podía, les ponía un examen solo a ellos y ya tenían más de cinco malas notas en el curso. También solía yo hacer exámenes orales a bote pronto, en medio de la clase y los imbéciles, suspendían de todas todas. Los imbéciles sabían así, antes de medio curso, que iban a suspender pero no dejaba yo de hacerles exámenes orales o de otro tipo mientras transcurría la clase. Así, yo decía: Jonatan, que siempre estaba hablando, ¿qué acabo de decir?  Jonatan, ni idea. Os habéis ganado un examen. Repartía un folio por alumno. Y luego, examen escrito: ¿Quién fue Benito Pérez Galdós? ¿Qué es el realismo en literatura?, etc. Luego, en cinco minutos, corregía y los idiotas y los imbéciles solían dejar el folio en blanco porque no tenían ni puta idea de nada. Los demás, solían sacar unas notas muy buenas.

Los imbéciles y los idiotas:

se multiplican en el aula y más tarde, en la sociedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario