Madrid tiene muchos rincones de los que disfrutar y es versátil para pasar el rato. Yo iba antes a La Casa del Libro y se me pasaba un rato largo leyendo las solapas de los libros. Luego, bajaba por Preciados y Sol a la calle Mayor a por mi bocadillo de calamares. Después del bocadillo, ya merendado, me sentaba en una terraza y veía los guiris. Tomaba solo un café o coca cola, escribía en una libreta algo que se me ocurriera y me iba al metro o volvía andando a Moncloa. Y había matado la tarde. Madrid es ideal para pasar la tarde pero conviene no temer darse la caminata. Vas viendo cosas y gentes curiosas de verdad.
Madrid:
en cada rincón, una sorpresa.
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