Hoy me voy a entretener haciendo un pollo a la cerveza. Tengo el pollo, tengo la cerveza y tengo ajos y cebolla. Pero hoy estoy desconsolado. Temo que este barrio donde vivo se convierta en un deambular de zombis drogadictos y camellos vendiendo droga. Los vemos los fines de semana solamente pero se puede extender al resto de la semana. En Majadahonda hay el 3% de paro, así que trabajo hay, pero estos desgraciados que se drogan pasan por mitad de la calzada expuestos a que les pille un coche y dan una imagen pésima. Habría que atajar esto de la droga antes de que cunda demasiado.
Unos que venden, otros consumen.
El barrio se estropea.
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