domingo, 1 de junio de 2025

 Quizás no debamos abandonarnos al sentimiento de creernos frágiles y efímeros y transitorios. Quizás debamos agrandar nuestra persona hasta que se desborde con los demás. Los demás son la coartada del vivir. Los demás nos ayudan a ver el objetivo de nuestras vidas. Los demás nos necesitan vivos, no dolientes de los días que nos arrebatan el rostro y las carnes. Vamos en un rebaño, cada madre conoce a sus corderos por la forma de balar. Vamos en un montón cada uno, un montón de dos o cinco o diez humanos. Cada uno ha de hacer valer su valía, válgame la redundancia. Y ser generoso. El tiempo no solo es tuyo. Tu tiempo también es de los demás.

Cuando desaparece el egoísmo,

se empieza a ver los claros de la bondad.

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