Hoy me está costando escribir y no me salen las palabras como yo quiero. En la cama se estaba bien, era como un útero materno en donde se estaba inconsciente, calentito y descuidado. Al mirar por la ventana, he visto el día. Y el día no traía más que desafección de vivir las horas. Lo dejaré todo para la tarde. A lo mejor, esta noche ha habido luna, una luna luciente y extraña que ha tomado venganza del día de ayer. Lo bueno es que ya dejamos atrás este año, se renuevan los tiempos, se revuelven los días, todo avanza. Para navidad, no he preparado nada. Ni tampoco para nochevieja. Total, será comer algo de poca gravedad e irse a acostar. No hay uva que no recuerde lo viejo y lo nuevo.
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