martes, 16 de diciembre de 2025

 Cuando me he levantado, el cielo estaba muy oscuro. No me sale la prosa fluida, me sale a borbotones necios. Las palabras hoy no surgen como el otro día, no ahuyentan la vulgaridad con fuerza, no habitan el espacio inteligentes. Es que hay días y días. Últimamente, los lunes y los martes engrosan sus horas con un dilatado aburrimiento. Van muy despacio, muy torpes en su ejecución de días ordinarios. Yo hago lo que puedo para acelerar el sentimiento pero las horas pasan acordándome lentamente de mi padre, acordándome muy despacio de la primavera que vendrá y regocijándome solo un poquito en el dolor de ser un ser pensante. Los humanos sufrimos y gozamos de ser eso, seres humanos.

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