domingo, 14 de diciembre de 2025

 Bebo agua, mucha agua. Quizás bebo agua porque fumo. Ya voy fumando menos, menos mal. Había un libro, hace mucho tiempo, en tiempos de mi niñez, que decía que por las mañanas había que inspirar fuertemente, hondamente, asomado a la ventana, para que el cerebro se oxigenara y despertara de la somnolienta mañana. Las pastillas que tomo para dormir me dejan por la mañana como tonto, ando por los pasillos y tardo en espabilar hasta que tomo café y fumo. Luego, salgo a la calle sin tabaco y ando una hora haciendo el flaneur (ya he explicado qué es un flaneur) pero hay poco que flanuear por la calle. La calle dice poco, la calle está llena de indocumentados (ya lo decía el gran Larra), la calle en sí misma son suelas de zapato que pisan las aceras, la calle es más mostrenca que las vacas, que las ovejas, que los seres humanos mismos.

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