jueves, 4 de diciembre de 2025

 Te equivocas conmigo, dijo el hombre y amenazó con el dedo índice levantado. La mujer que le había intentado dar un beso estaba bebida, casi se caía y no hizo caso de la advertencia del hombre que pagó y se marchó del bar. Era nochevieja y estaban en un pueblo como otro cualquiera. El vivía en la capital pero para estas fechas navideñas solía desplazarse al pueblo. El hombre se fue a su casa a ver la tele ya que no tenía ya muchos amigos en el pueblo, se encontró solo con tanta juventud que se sintió viejo y cansado de tantas navidades pasadas en el bar de su pueblo. Pero estaba contento de sentirse viejo y cansado. Otros por menos habían muerto. Y al otro día, en el aperitivo, pensaba resarcirse de esa mujer alborotadora y borracha. Y ya le dio un beso a ella. El que me pediste anoche. Me gustas más serena que borracha, querida.

 Solo con mirar por la ventana siento el frío de la mañana. Suena una sirena. La muerte pasa en ambulancias blancas. De la noche no quiero nada pues no me vino el sueño en ella. Además, ya está pasada. Ahora queda la parte que la luna cede al sol, mi amigo el sol. Ojalá el sol fuera una estufa de butano cerquita de mis piernas. El olvido del verano ya ha tenido lugar hace un par de meses atrás. Ya vamos camino de la primavera, pasando primero por la nochebuena. La nochebuena traerá amor entre los hombres de buena voluntad queridos de Dios. Yo no sé si soy querido de Dios. No me lo ha dicho. Ojalá lo fuera. Sería un título importante para mí.

 Si a tu padre o a tu madre le da por pegarte o son alcohólicos uno de ellos o los dos o uno de ellos te abandona de pequeño, ya tienes la infancia truncada. Pero luego pasan los años y ya no eres un niño y quizás seas tú mismo, padre. Y no querrás cometer los errores que cometieron contigo y no los cometes y crías a tus hijos como puedes pero siempre con respeto y amor por ellos pues son tus hijos y heredarán el cacho de tierra que tú dejes tras de ti. Y los hijos llevarán tu apellido cerca o lejos de donde tú has vivido y serán una prolongación de tu ser. Y, si ahora son pequeños, su futuro es un enigma para bien si son bien criados y no los pasa nada hasta que se hagan adultos.

 He cogido la variante K de gripe, que no es muy agresiva pero sí muy contagiosa. Eso lo sabrá una lectora de este blog que trabaja en un hospital. La sensación de frío por todo el cuerpo es grande. Apenas he podido dormir en toda la noche por tener las narices taponadas. He visto por la tele pasillos de hospitales inundados de gente. Debe ser por la gripe. Deben acudir al hospital niños, ancianos, embarazadas y gente con problemas crónicos de salud. Pero no todo el mundo ya que el virus se puede combatir en casa. Hoy tengo que guisar ternera con patatas. A ver qué tal me sale.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

 Me estoy leyendo otro libro llamado "Soy Julia" pero no tiene nada que ver con la mujer de un emperador romano ni nada de eso. Va de una niña lisen cefálica. O sea que tiene el cerebro liso al nacer. Y esta chica va creando un mundo de fantasía que engloba fundamentalmente a sus padres. Cuando nace ni los médicos saben si tendrá poder digestivo. Es una chica que ni ve ni oye y que tiene muchos espasmos y crisis de epilepsia. Está contado en un tono de humor constante, en un inventar situaciones y personajes divertidos que rodean a la niña como Supermao o Elfisio. Está muy bien, es algo densa y difícil de leer pero se agradece ese tono cómico tan sugerente.

 Decía una señora del pueblo: no hay mejor lotería que el trabajo y la economía. Yo me impongo por las tardes un trabajo: estoy escribiendo una novela muy bonita. Me tiro una hora escribiendo y otra, corrigiendo. Tan importante es escribir como pulir lo escrito. Cuando acabe esta novela de la que llevo ya unas cien páginas, pero aún me quedan unas cien más para desarrollarla al completo, no sé si la publicaré porque creo que esta sí que es buena, de calidad. La mandaré a una editorial o contrataré a un agente literario. La novela va de unos viajes y un libro mágico. Y un personaje excepcional. Seguro que hay por hay libros mucho más malos que este que estoy escribiendo. Por ejemplo, ese que leí de unas chicas que se escapan de un psiquiátrico y pasan el fin de semana en un chalet: no he leído cosa más aburrida y absurda en mi vida.

 Yo creo que a todos nos gustaría que la vida fuera dejarnos llevar, sin hacer nosotros nada, sin emplear nuestra voluntad en la existencia. A lo mejor, algunos llevan este tipo de vida. Me imagino a aquel que le hayan tocado 100 millones en la lotería y se da al lujo y a la incontinencia de todo placer: comer, beber, fiestas báquicas y dionisiacas. El ganador de lotería no engordaría porque no comería alimentos procesados sino de los más frescos y caros. Tendría, de hecho, un cocinero contratado a tal fin, comer bien. No se sabe si este hombre tocado por la fortuna fumaría o no. Yo creo que no. Los ricos no fuman. Y viajaría muchísimo pues tendría a un chófer contratado para tal fin. Y así me imagino yo una vida en la que no hay que aplicar empeño en vivirla, solo que amanezca y hacer lo que a uno le diera un poco la gana.

 A esta hora, llevaría fumados 3 o 4 cigarrillos pero hoy me he levantado y no he fumado. Ojalá dure la abstinencia. La adicción a la nicotina es fuerte pero también se han dado mucha gente de baja del cigarrillo y no les ha pasado nada. Bueno. Sin embargo yo creo que hubo gente que yo conozco que dejó el tabaco y poco más tarde, murió. Recuerdo a Félix. Recuerdo a Epifanio. Otros hubo. No sé si tuvo que ver la abstinencia del tabaco o que ya llevaban mucho castigo los cuerpos. El caso es que empezaron a llevar una vida sin tabaco y sin alcohol y les pilló el maldito mal que mató a tantos. Esto sucedió en mi pueblo. En mi pueblo, a este mal lo llamaban peste. Como si fuera algo contagioso. Y es que murieron muchos en poco tiempo. Un rezo por sus almas y a pensar en otra cosa.



martes, 2 de diciembre de 2025

 El marroquí que me ha cortado el pelo, lo ha hecho con paciencia. Luego, nada más llegar a casa, me he duchado con paciencia pues casi todo hay que hacerlo con paciencia en este mundo que nos dio Dios o quien fuera. La vida es a modo de compartimentos llamémoslos horarios: un momento para querer a los demás; otro momento para cocinar; otro momento para cualquier otra cosa. Y así es cómo se va distribuyendo la vida. Hay momentos en que no hay que hacer nada quizás. Y esos momentos pueden aburrir o hacernos pensar, recordar cosas del pasado, ensimismarnos en el propio paso del tiempo. Todo en la vida está hecho de tiempo. Un tiempo que para unos es precioso y otros lo dejan pasar.

 Dice internet que la nueva Filomena ya está aquí. Abrazaremos su capa blanca con amor. La vida en el mundo peligra más que nunca. Muere gente a punta de pala de enfermedades, guerras y conflictos. Nunca hubo tanto cáncer, tanto ataque al corazón, tanto berrinche por la política. Nunca hubo tanta esperanza de vida, por el contrario. La gente dura y dura, no se hace vieja del todo nunca. La luna se equivoca al salir y luce como una mascarilla embozada en las nubes. El sol, sin el cual no viviríamos, nos pone la cabeza tibia si nos dejamos acariciar por él. Y luego está la Tierra, donde vivimos y respiramos un montón. Y nunca estamos conformes. Es el sino del ser humano: nunca estar a gusto con lo que tenemos.