martes, 22 de julio de 2025

 Los tengo muy escogidos, los mido con vara rasa, son lo mejor de cada casa. Esto decía Serrat de sus amigos. Lo malo es que ya no hay amigos. El concepto de amistad se ha perdido en cuanto el concepto de caridad se ha perdido. Ya nadie hace algo por nadie. El egoísmo cunde. La gente que va a su bola cunde. Lo que pasa es que no sé si hay más bolas que gente o más gente que bolas. Y va bola, decía ese respetable bebedor en el bar que abrimos en el pueblo. Coge el dinero y corre. La vida, sin embargo, no para de pasar, no para de pasar para hacernos a todos iguales (calvitos, calvitos).

La bola va y no para.

Intentemos que ruede con gracia.


 No vuelvo a hablar de la vida loca que llevamos ni de los locos que hay en el mundo (hay psicópatas porque no hay moral que los sujete). Voy a hablar de estos días de preocupación y nervios sentidos en la piel. De la estupidez humana que me rodeaba, de mis libros que han hecho pasar el tiempo divertidamente. De la templanza de mi hermano. De los ratos pasados escribiendo. De los paseos al pueblo de al lado. De mis ratos en Jardinillos mirando a la gente cómo va. De la negativa a ver la televisión. De la dureza moral de mi padre. De todo esto y mucho más hablaré.

Hay que advertir, hay que avisar,

pero también hablar de gente que merece la pena.

 Vela por tu salud mental. Hay tantas cosas que la desafían hoy en día que cualquiera puede sufrir una neurosis. Los móviles en los niños están haciendo estragos y más estragos causarán en su vida adulta. Los jóvenes no tienen mucha salida (vivienda cara, 30% de paro juvenil, drogas, delincuencia...). Esta vida que llevamos provoca y suscita la desestabilización mental. No seas tú uno de ellos. Busca la soledad durante algunos ratos, reflexiona la vida que estás viviendo, piensa si te convienen esos amigos que lo dejan todo perdido en tu vida interior.

Gente tóxica:

por todos los lados.

 Me sudan las manos. Es señal de ansiedad. A ver si a lo largo del día me deshago de la misma. Estoy solo con mi hermano y mi padre. No sé nada de nadie más. La soledad, ya lo dije, es buena compañera para no sufrir a los demás en estos tiempos difíciles en los que la problemática personal es infinita. No hay gente sencilla. No hay gente sana mentalmente. Están todos como cabras. Todos tienen mil problemas y si no ellos, su perrito o su puta madre. Locos todos, como te metas un poco en su vida, sufrirás las consecuencias de disturbios personales que nada te incumben, de estupideces mentales que la gente saca ante ti, de la locura, en resumen.

¿Por qué la gente anda tan loca?

Es el signo de los tiempos.

 En estos tiempos que corren cuanto más busques la soledad, cuanto más te acostumbres a ella, será mejor para ti. No está en los escritos la problemática que da un ser humano hoy en día. Por eso se necesita aislarte un poco de todo el mundo bastante tiempo. Para ordenar las ideas, para reflexionar, para no meterte en la vorágine en la que están metidas muchas personas que te rodean. El aislamiento puede estar en las horas de trabajo o buscadas en algunas horas del día. La soledad, estar contigo mismo un tiempo, te reordenan las neuronas.

Te encuentras a ti mismo

cuando estás solo.

lunes, 21 de julio de 2025

 Ya escribo un poco cansado pues hoy he escrito mucho. Me ha dado un flus terrible. Escribiré este texto y ya no escribiré más. La vida se entremete con la gente y la vida se pone sucia, hay que lavarla en la lavadora del corazón. Y no digo más

 Una cosa que percibo con mayor claridad es que cada vez tengo más amor a la soledad. Los "amigos" que tengo me hacen sentir esa sensación. Los amigos no existen hoy en día, todos son de pacotilla. Prefiero mil veces pasear solo que estar pendiente de los caprichos de verdaderos gilipollas que no desean más que se cumplan sus deseos a costa de todo y de todos. Son penosos, son egoístas, puercos, feos, tristes en su avaricia de avispas asquerosas. Prefiero ejercitar mis piernas, que son mías, que estar ya ni un rato con estos que no molan, ya no molan.

El amigo:

ni con los dedos de una mano ni nada.

 Me estoy pasando mucho de escribir blogs pero es que hoy no sé lo que me pasa que estoy un tanto nervioso y escribiendo, combato tal nerviosismo. Lo de siempre en las calles, la playa lejana, mi sudor corporal me están haciendo escribir más de la cuenta quizás. Me he metido con mi hermana pero es que lo de mi hermana tiene narices. Poco a poco me voy calmando, que ese es todo mi interés. Tranquilizarme, ver las cosas de otro modo si escribo lo adecuado, lo motivador y lo amoroso. Hay que amar la vida aunque la ponga como un trapo el que escribe.

Un dolor como una angustia 

me recorre agriamente.


 La penilla se queda instalada ahí en el ventrículo derecho del corazón y late al compás de él. Y ya es difícil sacarla de ahí, de nuestro órgano sintiente. Y vamos andando o nos quedamos quietos y el latir se hace un tanto dificultoso, triste, desenamorado de la vida. La lejanía ya no nos aturde con su singularidad. Los demás son como cartones viejos que se repiten en un regüeldo asqueroso. Las montañas, los ríos y el mar arden de indiferencia pues tenemos esa penita muy dentro del corazón.

Antonio Machado fue un hombre apenado.

Quizás por eso, serio y sabio.

 Los políticos quieren que estemos enfrentados porque unos somos de una cosa y los otros, de otra. Los políticos, cuando hay un problema, lo ensanchan y le dan mucha voz para perjudicar al contrario, para dividir a la sociedad en vez de calmar los ánimos. La televisión pública, con esto de Torre Pacheco, es lo que ha hecho: kilos y kilos de ultraderecha han salido a relucir en los informativos públicos, asustando y enfrentando a la gente en vez de minimizar los hechos. La izquierda y la derecha son muy dañinas porque solo gobiernan para los suyos y encima, se corrompen. Este gobierno en particular desea el choque, la tensión, la muerte de la razón.

Este gobierno asqueroso

debe acabarse para bien de todos.

 Están cerradas las ventanas. No se oye ni a la urraca ni al gorrioncillo que anda por los jardines de la urbanización. El ambiente es tranquilo, esperando a que todo suceda, esperando a que dé la hora de irnos. Irnos de este mundo, irnos porque ya no se puede hacer otra cosa que mirar los álamos altos, mirar el cielo casi líquido, mirar y mirar las cosas que hay delante. La pena se acurruca en el corazoncito y ya no sale, se queda pegada a un ventrículo, creo que el izquierdo, y ya no sale esa penilla negra que va haciendo el mal en nosotros, que va hurgando la voluntad nuestra, que roe el deseo que tenemos todos alguna vez de reventar como un globo muy grande.

La vida está hecha de penitas feas

para que no nos durmamos en la mañana.

 Total: que teníamos que ir esa mañana al pueblo con mis padres y luego, al día siguiente, madrugar para traerlos otra vez porque mi padre tenía que ir al médico. Tócate los huevos. Y yo le dije a mi hermana: no vamos a ir. Y dijo la asquerosa de mi hermana: tú eres muy listo. Y empecé a leer un tebeo. Y se pasó el tiempo estúpidamente, allí mi asquerosa hermana y asqueroso cuñado y nos fuimos. No sabemos mi hermano y yo todavía por qué teníamos que ir al pueblo y madrugar para volver del pueblo al día siguiente. Cosas que se les metía en la cabeza a estos dos simpáticos sujetos asquerosos.

Simpáticos sujetos asquerosos:

que no te toquen.

 Tú tienes que ser soldado, dijo su hermana como un sargento. Llama ahora mismo al ejército. El hermano se quedó de piedra pues era un científico que estaba estudiando genes humanos para la erradicación de una enfermedad muy mortífera. Pero la asquerosa de su hermana insistió en que llamara al ejército. Era agosto y el ejército estaba de vacaciones, menos mal. Pero la asquerosa de su hermana siguió insistiendo: que llames al ejército. La asquerosa de su hermana le estuvo tocando los cojones una semana, hasta que le pegó un bofetón y la asquerosa de su hermana, con un diente menos, dejó de molestar

Las asquerosas hermanas:

todo un show en la vida que no te puedes perder.

 Por una serie de razones que ahora se me escapan, no voy a salir a la calle, dijo uno que no recordaba bien las cosas que le pasaban pero sí tenía fe en que en casa no le iba a pasar nada malo. Y se preparó la comida de alimentos que compró en el supermercado hace algún tiempo y después de comer, no recordó qué había guisado ni comido pero algún duende o genio le decía que permaneciera en casa. Porque fuera de casa estaban sus amigos (los amigos que hay ahora) decidiendo qué hacer con este tipo: obligarle a ir a una excursión. Y el tipo no quería. Y no salió de casa. Y estuvo seguro en su casa y no a expensas de esos amigos que no eran amigos de verdad.

Los amigos ya no hay.

La política, el enfrentamiento, la maldad los ha eliminado de las calles.

 "La vuelta al mundo en 80 días" tiene un virtud: que te entretiene. Ya va la segunda vez que me lo leo. Los libros serán ahora mis amigos. Es muy tópico decir eso de que los abandonas y siempre te esperan. Y es así. Voy por la aventura de la India, cuando salvan a una mujer de ser quemada viva junto a su marido fallecido. Joder, cómo eran los hindúes. Ya no sabe uno de quién fiarse pero sí que sabe de quién fiarse: de nadie. Esta tarde a ver si puedo ir a pasear y dejar que mi pensamiento vuele libre al compás de mis pasos ligeros sobre el pavimento de las aceras. Hay aceras anchas y estrechas. La gente te hace andar por molestas aceras estrechas. Así es la gente. Quédate al lado de alguien que te quiera y no salgas ni a la calle.

Que alguien te quiera y te escuche:

fundamental.

 Son las 12:15. Un lunes no como otro cualquiera, sino un lunes de andar para arriba y para abajo. Pero bueno. Todo se andará y anduvo un paralítico. La vida a veces se hace un poco cuesta arriba. No hay huevos ni salchichas para comer. No hay ni ganas de comer. La gente se destruye una a la otra por un quítame esas pajas. Y te pasan por la quilla sin ningún reparo. Los piratas funcionaban como ahora mismo funciona la gente: cruelmente, sin tapujos ni piedad alguna por el prójimo. Ya he dicho en algún blog que venimos al mundo a sentir calor de nuestros padres ni siquiera de nuestros familiares. Venimos al mundo a defendernos de todos los imbéciles y malas personas que hay en él.

Ven al mundo, querida, querido.

Verás y te harán cosas que te estremecerán.

 Este fin de semana he tenido un acceso de rabia, de ira. No diré los motivos porque no son muy importantes. La vida pasa y pone a cada uno en su sitio. Pero esta ira me ha hecho pensar en mi soledad. Mi soledad es viable por fin, la acepto, casi la quiero para no andar a vueltas con voluntades que se imponen, con caprichos de amigos que demuestran que no me quieren a cada paso. Ya no me da miedo estar solo sino que la veo como la mejor opción. Por cierto, hoy me pongo la inyección y  Paco se hace una prueba. A ver qué tal nos va.

La soledad es harto buena 

porque te quita tontos y malos de encima.

 Son marquesas, condesas, bucaneros del mar. Hoy he conocido en el mundo gente maravillosa. Para todos será desde ahora fantasía mi nombre de guerra. Si la ves dile que todavía la quiero. A veces los hilos de las relaciones humanas son muy misteriosos. Se mantienen y no se sabe muy bien por qué. Hace casi frío en la casa este día 21 de julio de 2025. Hay que ir a un sitio especial para conocer gente especial. Los que se aman me da a mí que duran poco. Los que se respetan y ayudan el uno al otro, duran más. Circunstancias comunes, pensamientos comunes que hacen que dure la relación. Los celos son muy malos, también las mentiras. Yo ya no pude más y la mandé lejos, donde no la viera más. Pero el dinosaurio estaba ahí.

 Olvidar puede ser bueno

si lo que se olvida es una mierda.

 Son las 11:20. Ya llevo escritos unos blogs de estos. Hay gente en la vida que se lía la manta a la cabeza, dice adiós a todo lo conocido y se va al desierto de Almería, por ejemplo, y allí hace una nueva vida. Se comerá los lagartos y alacranes de debajo de las piedras, pero es libre y feliz. Si te quedas en la cama viendo pasar el día, el día tan brillante de verano que hace, no pierdes mucho. La verdad es que viene un vientecillo, no sé si me habré vuelto loco, friolento o por lo menos, muy fresco, demasiado fresco. Yo tengo los pies fríos pero eso quizás no tenga que ver con el tiempo atmosférico. Aguantamos lo que venga, como dice la canción y listo.

Aguantamos a Franco, a Fidel y a Maduro.

Aguantamos las ganas de mear porque no hay dónde.

 Me duele la pierna. ¿Cuál? ¿La izquierda o la ultraderecha? Es tanto lo que se ha mentado a la ultraderecha que ya se toma a pitorreo, como vemos en el chiste. Pero no quiero hablar de política, sino de lo bonito que es levantarse por la mañana y escribir blogs. Escribiendo estos textos, me siento ocupado, un tanto feliz. No feliz del todo pero sí un tanto feliz porque a veces me salen frases bonitas, alguna metáfora, alguna idea sensata que tenía yo en mi cabeza. Y solo por esa frase o por esa idea merece haber sido escrito el blog. Los españoles retrasan la paternidad bastante. Se tienen hijos a los cuarenta y tantos. Da un poco de pena, porque, ¿qué has estado haciendo hasta los cuarenta y tantos? Y ya no escribo más.

Escribir es bonito.

Se desempolvan ideas que uno tenía antes o ahora.

 Pseudo quiere decir falso. De ahí que los socialistas quieren vetar a los pseudomedios y a los pseudoperiodistas. Porque a los socialistas solo les gustan los que dicen lo que ellos quieren que digan. No admiten ni la verdad ni la crítica. El psoe es un partido que nace, crece y se reproduce en la ilegalidad. Pero no quería yo hablar de política. Yo quiero hablar de la soledad deseada. La soledad deseada puede ayudar  a que una persona se desarrolle independientemente y sin trabas de gente ruin. La soledad deseada es creativa, libre y fuerte de convicciones. La soledad deseada puede crecer hasta hacerse casi santa.

Uno solo canta, baila y es feliz

sin tener que hacer caso a nadie.

 Es curioso. Me parece que tengo los pies fríos. Será que no me corre bien la sangre con todo lo que me fumo. He bebido mucha agua. La bebo en cantidades grandes por la mañana. Hoy, el día ha empezado con ligero calor, con un calor tan débil que es impropio de julio. No sé qué está pasando con el clima, pero algo raro pasa. Todavía no he contado nada de interés y casi estoy acabando de escribir. Hoy, un lugar como Atocha, estará lleno de gente. No voy a ir allí a comprobarlo, claro, pero me lo imagino así. En Sol y en la Plaza Mayor de Madrid debe de haber también muchos guiris de esos que hacen fotos y fotos y no se cansan.

Yo no soy el que viajo.

Yo soy de los que me quedo.

 En una novela que leí hace tiempo, llega un señor a un hostal y aparece una señora. El señor dice de ella: olía a sábanas, a perfume barato y a excrementos. No sé cómo una persona puede oler a excrementos pero deben de ser cosas de novela. Luego se sabe que ese señor de la novela acaba de salir de la cárcel. No se cuenta por qué delito estuvo en ella. Al final de la novela, el señor este se acuesta con la señora del hostal y huye después de una fiesta. Es una  novela muy rara en la que aparecen también dos científicos que están estudiando el mismo tema, la intromisión de los átomos en el tejido humano. Un científico de estos viola a un criada. En fin. Una novela que no había Dios que la entendiera.

¿Para qué leeré novelas raras?

Se pasa el rato.

domingo, 20 de julio de 2025

Estoy un poco harto de escribir hoy pero diré que, si en España hubiera más ciudadanos con cultura, menos cabestros adormilados, menos tontos, menos chavales que van a liarla a los colegios e institutos, menos petimetres con deseo único de dinero, no habría estos partidos políticos de mierda que hay. En Francia lo hacen mejor. Y en Italia. Porque son países formados. España es un país de borregos. Y borregos hay en el poder también. Así nos va.

España: 

país sin formar.

 Me siento cada vez más aliado de mí mismo y menos amigo de la gente. La gente es muy falsa, muy egoísta y muy arbitraria. Piensa y hace cada vez más su voluntad a pesar de la tuya. Y hace daño. Y sin sentirlo ni un poco. Así que me alío con el camino y con mis piernas y a andar. Todo mi ser se llena de comprensión del mundo cuando ando y voy pensando. Pienso en cosas literarias que se ajustan al mundo con el que me enfrento o me uno a veces. Pienso en mí mismo, en los demás, que cada vez me aportan menos. En fin. Pienso que estar solo es mejor que estar con gente que no merece la pena.

La soledad bien entendida

da muchas alegrías.

No hay que sentirse nunca descorazonado. Hay que buscar algo que nos motiva, que nos guste, que tenga un sentido para nosotros, aunque sea eso simplemente, montar en tren o jugar al ajedrez o andar con un perro amigo. A la vida no hay que demonizarla, cargarla de todo mal. Siempre hay un atisbo de algo que podamos hacer para alejar de nosotros toda señal de depresión. La vida no debe ser un instrumento de tortura siempre. Ya digo en el blog de después que venimos al mundo a defendernos, pero siempre hay que hacer una brecha en la vida y distraernos, amar la vida, quererla aunque sea un poquito.

La vida es dura, sí,

pero ablandarla está en nuestras manos. 

 Esta vida es tan cruel que casi todos, sino, todos, venimos a defendernos del mundo. Las gentes que viven con nosotros no quieren más que su provecho y si su provecho viene porque los demás lo pasen mal, no lo dudan: te lo hacen pasar mal y, a veces, eso es lo peor, de manera absurda. Voy viendo que el mundo actual cada vez es más caótico: niños que tiranizan a sus padres, adictos al alcohol y las drogas que les hacen pasar mala vida a sus hijos; novios o novias que no persiguen más que su interés después de que pasan el rato y se casan. Cuántos casados maldicen el día que conocieron a su pareja. Creo que hay muchísimos. Nada en esta vida es atemperado, justo, razonable.

El mundo actual parece hecho para los gilipollas.

La gente, de hecho, se pasa de gilipollas a la locura.

 El amor está muy sobrevalorado, como se dice ahora y la soledad está demasiado mal vista, como digo yo. Películas, canciones de toda época, teatros y novelas describen el amor como si fuera lo más importante a conseguir en este mundo maldito. Lo que yo pondría como lo más importante a conseguir es la manutención y  la independencia de tus padres o de otras gentes que no te hacen falta o te estorban para vivir tu vida. La soledad yo la veo como una solución buena para no tener que quejarte de gente que cada vez está peor de la cabeza. Ya no te puedes fiar de nadie. La gente está cada vez más loca. La soledad es un antídoto contra la gente que ahora anda por el mundo.

La soledad cultivada y un poco intelectual

está fenomenal.

 Hay gente en este mundo que tiene como una prioridad muy importante en su vida, al dinero. Por dinero harían lo que fuera, lo que estuviera en sus manos hacer y por dinero no hacen nada que les comprometa a gastárselo. Y menos, con los demás. Sufren por el dinero que tienen, por el dinero que tienen riesgo de gastarse, por el dinero que tienen los demás, por el dinero ahorrado, a ver si me invitan y no tengo que pagar, etc. Esta gente sufre un problema que no se percibe muy bien, pero que es tan doloroso para ellos como un dolor de muelas.

Los amantes del dinero:

en sus ratos libres, hacen de camareros unas horas para tener más.

 Viejo amigo no te veo en este sucio vagón. En este metro vacío y marrano, también yo transbordo en Sol. Hoy he estado con mis amigos. Nos hemos reído cantidad hablando de cosas como los penaltis del fútbol femenino (que fallan todos), algunos conocidos, la política, el dinero de que se dispone hasta la próxima paga, etc. Los he invitado. Me han hecho olvidar el día, la vida triste y el amor. El amor para el que le guste. El amor es una problemática muy vieja: dos que se quieren y un proyecto común, como decía mi novia. Y luego no saben ni pedir perdón cuando la cagan o no te hacen ni puto caso. Hoy voy a Las Rozas. Me espera una tarde amena, lúcida y sola.

Los enamorados es lo que tienen:

que están los dos gilipollas.

 Había un tipo muy serio que no sabía ninguna muestra de cariño. No sonreía, no decía nada afectuoso, no conseguía modular el rostro para decir que quería a alguien. Uno que lo conocía me dijo que su padre fue alcohólico y que por eso este tipo era así, serio como un palo de fregona. Yo le dije que bueno, pero no veía la relación. Un día, su mujer (la mujer del serio) le dijo: dime que me quieres. Y este tipo dijo: te quiero. Pero con tal seriedad y falto de sentimiento que parecía que lo decía como un trámite absurdo, como así era. Pues él no sabía ni quería a nadie. Le gustaba enormemente el dinero, eso sí.

Los que no saben decir te quiero

a lo mejor tampoco saben decir te odio.

 Había un tipo que no tenía más que este discurso: los ricos, los pobres. Me decía a mí: te despiertas a la hora de los marqueses. A Gandía lo llamaba el charco de los pobres. Criticaba a los ricos porque decía que solo comían jamón york. Era una forma de denigrarlos. De los pobres decía que no se lavaban y que no habían visto el mar, o algo así. Estaba todo el día con eso del dinero, la riqueza y la pobreza. Este señor existe. Yo lo conozco. Un día, pagué yo en un bar y me enseñó la cartera con un montón de billetes grandes y me dijo: ¿qué te creías, que no tenía dinero para pagar? Y así hasta que me hartó y no he vuelto a verle. Pobrecito.

La gente que no habla más que de dinero

aburre a María Santísima.

 El amor. Todo el rato el amor. En la tele, el amor. Me muero por ti, en las canciones. El amor lo cura todo, el amor divino o humano nos libra de nosotros mismos. El ser humano es muy contradictorio. Pone los sentimientos por encima de todas las cosas y luego no sabe ser leal a su pareja, ni siquiera a un amigo. Por eso es mejor estar solo. Estando solo, uno decide qué hacer, disfrutar de los gustos de uno, sin contar con nadie más. Estar con otro ya determina que estés pendiente de ese o de otros que, al final, ni hacen un pequeño esfuerzo de entenderte ni siquiera un poquito a ti.

Estar solo: 

la mejor receta para estos tiempos que corren.

 Este chico se compró un piso, un mercedes, una moto y se fue de vacaciones con una chica. Y, encima, gastaba a manos llenas. Sus padres tuvieron que vender la tienda y los dos, ponerse a trabajar para poder sobrevivir. Ya no quisieron ver nunca más a su hijo. Su hijo acabó endeudado y se vio en la calle. Se puso a trabajar de camarero, pasados ya los festejos de la hipoteca millonaria. La familia se fue al carajo, ya no se veían. La ruina fue para los tres por dar manga ancha al hijo único. Eran tiempos de crisis, claro. Pero gastar y gastar no es cosa de tiempos de crisis. Gastar y gastar es cosa de gente que no asienta la cabeza.

La ruina de un familia

puede venir por diversos sitios.

 Para que se hagan las tres, voy a escribir. Voy cruzando el río, no hay mucho dinero, lo he pasado mal. Tus cabellos dorados parecen el sol. Eres la chica de ayer. La vida es oscura a veces, no debemos ponerla negra con nuestros egoísmos y envidias. La gente mayor se reúne en el centro de mayores y juegan a las cartas y comen y beben. Luego, el domingo por la tarde, bailan. No se debe querer el dinero de una persona. Eso causa muchas insatisfacciones gástricas. Hay que querer o no querer pero no suspirar por lo que tiene. La gente que me quiere es mejor que la gente que no me quiere. El dinero, aparte.

El dinero es tan asqueroso

que crea indigestiones y mala sangre.

Está todo el mundo lleno de dulces niñas Carolinas que tienen medicinas que no se venden en farmacia legal. Los oscuros ojos de esa mujer se clavaron en los míos: no se nada de Belén. Bueno. Seguí caminando hasta casa y leí el periódico. Leer el periódico es bueno. Te enteras de cosas. Por la parte trasera de la casa, hay un parque que se llena de vendedores de medicinas que no se venden en farmacia legal. La vida parece decir: me pongo compleja en cuanto me dejan. Mi padre habrá salido y no se habrá encontrado con ningún amigo. El que más o el que menos, se va de vacaciones. Voy a ir a verle. Me pasaré un rato.

Lo cotidiano se impone.

Los domingos son cosas que se ponen delante de mí como si nada.

 Voy a ver a los de Colón. Voy a comer. Voy a andar a Las Rozas. El ejercicio físico me vendrá bien. El color del día parece entreverarse con la tranquilidad. La vida es eso que pasa mientras pensamos continuamente, sin descanso. La vez que vi a un delfín por primera vez fue en el zoo, hace ya muchísimo tiempo. Me dio alegría. La luna se acerca a lo desconocido mientras mi fe flaquea, mi fe va muy despacio, como una bicicleta cuesta arriba. Parece mentira lo que llegamos a pensar algunas veces, es bastante extraño. Llegamos a pensar en objetos que no existen, en crímenes horrendos, en una playa para nosotros solos, en nuestros seres cercanos.

El pensamiento nos da sorpresas

cuando ese pensamiento va libre como una mariposa.

sábado, 19 de julio de 2025

 Un viento sur, caliente y perezoso llegaba a la heroica ciudad que estaba echando la siesta. En casa se está bien. Ni hay ola ni hay ola. La pena es no estar en ese piso doce donde corre la brisa. Casi puedo verlo y sentirlo. El gusarapo es un gusano que se esconde en un casquillo o canutillo y que sirve para pescar peces. No tengo hoy mi mejor día. Iremos en autobús y vendremos también en él. El sábado me parece viernes y domingo a la vez. Estoy un poco disociado, enfermo, cansado de los días. Ojalá la cosa pase y todo pase para bien.

Ojalá orégano sea 

y no alcaravea.

viernes, 18 de julio de 2025

 Los días de vino y rosas en la Riviera francesa habían acabado. Era un invitado más de aquellos artistas afamados y ricos y se tenía, ay, que largar, acabada la fiesta. A buscar trabajo de secundario a Hollywood. La gente se cree que todo el mundo triunfa en Hollywood. ¡ Esto es Hollywood!, se suele decir. Pero no todo es así. Estamos los actores secundarios y yo diría que terciarios algunas veces, que decimos dos o tres frases al principio de la película y, con suerte, otra frase en medio de la película. Nos pagan una miseria y a buscar otro papelito en otra película. En la última, yo hice de marinero lobo de mar por escuetamente 20 segundos y en otra hice de oso, disfrazado. En fin. Esto es Hollywood sin exclamación alguna.

La vida de los artistas está muy, muy idealizada.

Pero hay muchas más personas alrededor de esos artistas.

Tal día como hoy tuvo lugar el alzamiento de las tropas del general Mola contra el poder establecido; o sea, la II república. Luego se alzaron también Franco y otros generales. Mola era muy cruel y Franco también lo era. Tuvieron apoyo alemán e italiano, quizás por eso ganaron la guerra. La república tuvo que defenderse casi desde el minuto uno, aunque consiguió consolidar sus posiciones en Aragón y Cataluña, Castilla la Mancha (incluido Madrid). Las Brigadas Internacionales se juntaron en Albacete para hacer la instrucción, supongo. Hubo dos carnicerías en la guerra: una, un tanto absurda, en Brunete. Y otra, en el Ebro. Y eso fue a lo que condujo la II república después de un desarrollo errático de la misma, gobiernos que duraban meses, amnistías de los dos bandos, intentos de golpe de estado y muchos tiros por las calles.

II república:

desorden todos los días y gente politizada.

 Son las 4:20. A las 5:15 estaba previsto ir a El Escorial. Pero ha llamado una de las amigas que quiere ir a las 6:20. Y eso que, por culpa de esa amiga, en vez de ir el jueves, vamos hoy viernes. Resulta que esta amiga tiene la costumbre de llamar antes de cada evento para decir que se retrase. Lo hace continuamente. Y yo no voy a transigir. Yo no llevo coche. Yo no conduzco. Hay otra amiga que también va. No sé en qué quedará todo pero yo me niego a ir a las 6:20. No me da la gana. En fin. No he visto cosa más voluble que una mujer. Son asquerosas. Te dicen una hora, la cambian y no avisan o avisan con una hora de antelación.

Las putas mujeres.

Siempre trastocándolo todo a su favor, sin pensar en los demás.


 Se dice eso de que si un maestro pegaba a un alumno y este se quejaba en casa, el padre también le pegaba. Y se dice que antes había un respeto al maestro que hoy no lo hay. Y había un respeto a la policía y al médico. Incluso, en estas fechas, se dice que debe haber un respeto a los jueces, que los quita y los pone como peones de ajedrez el gobierno que hay ahora. Todo merece un respeto, desde el funcionario más básico hasta la judicatura, pasando por los médicos. Todos han estudiado mucho para estar donde están, han aprobado una oposición (menos el hermano y la mujer del presidente) y se merecen nuestro apoyo. A no ser que ese funcionario sea un vago asqueroso que no quiera hacer su labor.

Funcionarios, médicos, profesores, barrenderos.

Haya un respeto con ellos.

Se oye mucho que vengan con papeles y a trabajar como hacían los españoles cuando iban a Francia. Se oye mucho que los marroquíes traen problemas, que andan con la droga. Se oye mucho que vienen a delinquir a España muchos inmigrantes. Yo creo que España, con sus lazos hispanoamericanos no dejará de recibir inmigrantes de América del sur. Por su cercanía a Marruecos y a África no dejará de recibir inmigrantes de esas zonas. Y rumanos. Y búlgaros. Somos una nación que está en medio de todo. La gran mayoría de españoles convivimos con la inmigración. Por ejemplo, si no hubiera inmigración, no habría habido mujeres que han cuidado de mi madre. Pasa con todo, todo tiene sus dos caras. La vida está así. De la pobreza y de las guerras huye todo el mundo.

La inmigración es buena y es mala.

Pero los oriundos nos tenemos que acostumbrar porque no parará.

 Me da miedo mentar la ola de calor por si sucede pero hasta la fecha, no ha habido ola de calor por estos lares y esperemos que siga así todo el verano. Otra cosa es el sur, Córdoba y Sevilla. Pero me pillan muy lejos. Ayer hizo bastante calor pero no el suficiente para teñir de amarillo el cielo de la tarde en el crepúsculo. El cielo se mantiene azul y eso es bueno. Hoy voy a El Escorial y espero pasarlo bien. La bola da vueltas continuamente y no para ni un maldito segundo para poderme bajar. Habrá que tirar para adelante, siempre para adelante, así lo dicta el que montó este sistema de vida. Y que no nos pase nada, rezamos inconscientemente todos, estemos sanos o no.

Yo me quisiera bajar de este carrusel maldito

para saber lo que hay más allá de este circuito.

 La ministra de Hacienda estaba en el Congreso para dar unas explicaciones a la oposición. Se limitó a decir lo bueno que era el gobierno, lo bien que se gestionaban los impuestos y lo mala que era la derecha. La derecha, caca. Y, al acabar este discurso normal en ella desde que fue ministra, se puso a levitar. Tanto levitó que se dio con el techo del Congreso en la cabeza. Después del golpe empezó a bajar de los aires muy despacito hasta que se instaló de nuevo en su escaño. Y ya no pensaba lo mismo sino que se quería ir a cuidar cabras como su abuelo, allá en el sur. Y lo hizo. Y ya no hubo más ministra de Hacienda por un tiempo en que eligieron a otro ministro menos vaporoso.

Hacienda somos todos.

Ojalá el reparto de los impuestos fuera equitativo.


jueves, 17 de julio de 2025

 Hay 50.000 gilipolleces como las galletas dinosaurio. Hay gente maja en cualquier lugar. Llegará el lunes y todo acabará de la forma que sea. No hemos hecho ni un puto chiste con la cuestión que nos atañe. Deberíamos, porque la cuestión es digna de chiste. Pero somos así, serios como un palo, como el precio del aceite, como las horas que pasan aburridas. La vida no deja que nos riamos, no deja que la jocosa alusión cobre vida. Pero todo cambiará a partir de ahora. Nos descojonaremos vivos, nos tiraremos de los pelos literal y figuradamente. Y pronto, como si se tratara de un viento siroco, montaremos en el autobús y se habrá pasado todo.

Todos los días tienen un secreto.

Desvelarlo es cosa nuestra.

 Siempre me han gustado los cuentos, supongo que cada cultura tendrá los suyos. Leí hace tiempo que los cuentos son parte del inconsciente colectivo y una manera sencilla de educar a las generaciones salientes. Con ellos se pretende insuflar de unos valores universales, tradicionales y necesarios para que los niños vayan entrenándose en los roles adecuados para ir integrándose en la sociedad. En estos tiempos en que los adultos vamos del cuento de la lechera con vanos sueños en la cabeza, al cuento de la soberbia liebre que por su presunción llega más tarde que la tortuga a la meta, pasando por lo pinochos que estamos hechos(cuentos y mentiras a todo trapo), hasta las princesas que fueron y ya su ajado rostro las señala como destronadas, podemos ser dormilones como Blancanieves, mirando la hora preocupados con una agenda que no existe como la cenicienta, acabar como Caperucita por despistados, cuántos cuentos, cuánta fantasía, elogio a los infantes por poner oído a todo lo que les pasa a los adultos, de esa manera nunca se sentirán desinformados.

 Se llamaba Inma y trabajaba como yo en un instituto de Alcalá de Henares hace ya bastante tiempo. Nos bajábamos en Atocha no recuerdo ya que día de la semana que salíamos a la misma hora. Y veníamos hablando en el vagón de la religión. Así, sin concretar en la iglesia ni en los curas. En el andén de Atocha, le dije: yo creo que el cielo es una conversación eterna. Ella dijo que no, que no era así si no que era muchísimo más bonito. Quedó la cosa ahí. Yo quería decir con lo de la eterna conversación la comunión de las almas y ella creía que el cielo estaba para saciar placeres sensoriales. Esta chica, Inma, una mañana, montó un circo en la sala de profesores del instituto, se dio de baja a los pocos días y se echó un novio gallego. No la vi más que un día en Villalba, donde vivía.

Los sentidos nos abandonan al morir.

Quizás otros sentidos nos asistan en la vida eterna.

 Llevaba yo toda la mañana de exámenes de oposición y nos dieron unas horas hasta el examen de la tarde. No me acuerdo del barrio donde nos examinamos pero recuerdo ir a un supermercado para hacerme un bocadillo y me senté en un banco. Entonces vino una señora con un perro. Y me miró. Y, cuando acabé el bocadillo, me dijo de sopetón: ¿tú eres católico? Y yo, como quería hablar, dije que sí. A lo mejor ser católico era la premisa para ponerse a hablar conmigo, como así fue. Y me dijo después: esta vida es muy triste, ¿verdad? Hay que aguantar a gente indeseable, comer todos los días, vestirse, hacer el paripé de que vivimos bien, etc. ¿Usted-me dijo-no ha pensado en lo bien que se está en el cielo? No - contesté-. No lo he pensado. Y ella replicó: allí se está en la gloria. ¿Y qué es la gloria?, pregunté. Y dijo ella: estar al lado de Dios.

La gloria divina.

¿No será a lo que aspiramos todos sin darnos cuenta?

 La mujer iba al pub y bebía mucho vino y chupitos de whisky. Tom la había dejado y se fue con Ana, con la que tuvo una niña. La mujer no podía soportar que Tom viviera con otra. De ahí el alcoholismo en el que se había emboscado su vida. A esta mujer alcohólica y resentida, que se llamaba Florence, todo le iba mal. Hasta que vomitó en el pasillo de la casa de Cathy, su amiga. Entonces, le fue peor. Porque ya no tenía dónde ir. Y pasó a dormir en la calle. Florence tuvo que disputarse los portales con otros mendigos, estaba borracha prácticamente todo el día. Hasta que un proyecto del ayuntamiento le buscó un albergue, le asignó un psicólogo, dejó la bebida y ahora trabaja de repartidora con un camión de la coca cola.

Florence:

qué historia de superación más bonita.

Me gusta el tema de la resurrección como a otro le puede gustar el tema de los coches marca Jaguar. La cosa es que en el credo, en esa oración, se cita a "la resurrección de la carne". Yo no soy teólogo así que lo que diga sobre la resurrección lo diré del modo que yo lo entiendo, nada más. A mí esta vida no me parece suficiente para un ser humano. El ser humano es, en la Creación, lo que más quiso Dios, es el ser que más se parece a Dios de todo lo creado. Esta vida es demasiado corta e incluso puede parecer más corta de lo deseada para aquellos que viven una vida de lujo, viajes y comidas opulentas y muy ricas y sin ninguna preocupación (las preocupaciones las solventan con dinero, claro está). Pero digo que la vida es demasiado corta, que el ser humano, tengo la sensación, debe vivir más. Y para que sea así, debe de ser (no debe ser) después de la muerte. Eso creo. Porque Dios nos quiere más que dejarnos vivir solo esta vida que la mitad se va en llantos y quebraderos de cabeza. Y eso es lo que opino de la resurrección.

Esta vida es un teatro para nosotros

creado por Dios.

 Llegará el día 21, lunes. Y no pasará nada. Y luego llegará el martes. Las semanas se suceden de tal manera que hoy es jueves y es domingo a la vez. Se amontonan los días cuando hay inacción. Cuando hay sorpresa y aventura, las cosas se quedan grabadas en la mente y parece que el mundo se detiene. En ese bar había dos hombres charlando. Uno, encima, era el dueño del bar, que se tuvo que levantar del taburete y hacer una manzanilla a mi hermano y a mí, servirme una coca cola. Leyendo "La vuelta al mundo en 80 días" no creas que no lo pasé bien. Me gustó todo lo que pasaba y eso. Pero ya acabé su lectura hace mucho tiempo. Qué deprimente es el día que se sucede en otro y así.

Los días. la sucesión de los días.

Algo muy deprimente.

miércoles, 16 de julio de 2025

 Estoy haciendo tiempo y mientras, escribo estos blogs. En democracia se puede robar por parte de las instituciones y no pasa nada. Robar a lo grande. Y no pasa nada. Eso parece decir sz con eso de que el psoe está limpio. Pero la democracia está sucia ensuciada por ministros y amiguitos del presidente. Y no pasa nada. Pero sí pasa. La gente debería salir a la calle y decir que su presidente y su gobierno es una cueva de Alí Babá como pasó en otro maldito gobierno de socialistas con Felipe González. Creo que a este presidente, sz, le va a pasar como a González, que tuvo que irse.

No pasa nada.

Pero huele a ladrones.

 Julio tiene casi agotada la legislatura y se va a ir rápido. No ha hecho mucho calor a pesar de los del tiempo del telediario de la uno a los que hubiera gustado que pasásemos de los 40 grados todos los días para decir al final de verano eso de que "son temperaturas máximas desde que hay registro". Pues meteos el registro por el culo. Y sz que no se va. Qué tío más duro. El daño que está haciendo a la democracia no es para decir, él, que es el más demócrata. Menudo demócrata. Un jeta autócrata con todas las letras. Yo y yo y yo. A ver si al acabar este verano, vuelve el cara dura este a ver si es capaz de resistir con todos los audios que están por salir.

La democracia se merecería un respeto.

Pero este gobierno no respeta nada.

 Otra vez me iré esta tarde de paseo. Ejercitar las piernas viene bien porque se mueve también el corazón. El corazón es una masa fuerte que, latido a latido, reparte el oxígeno por el cuerpo y limpia las inmundicias de la sangre. Que el corazón palpite con fuerza hace que estemos sanos. El corazón tiene también una pequeña carga eléctrica y se relaciona este órgano con el cerebro. "Mens sana in corpore sano" decían los romanos. El cuerpo y la mente forman un solo golpe de vitalidad. La vida va acercándonos los placeres si sabemos identificar esos placeres en la misma vida. No hace falta sibaritismo alguno en la vida. Viviendo estoicamente también se disfruta. No hay que sufrir por desear bienes, sino agotar de los que disponemos.

Los estoicos:

muchos romanos lo fueron y disfrutaron de sus vidas con poco.

 Yo pienso mucho que, después de muerto, me voy a encontrar con mis seres queridos. Con mis padres, mis hermanos, etc. Y le doy muchas vueltas a eso. En la iglesia católica, eso se llama la comunión de los santos. A lo mejor, en vida, hay una comunión entre los muertos y los vivos. Quizás mi abuela Severina me esté esperando allí, en los cielos y aquí, de alguna manera, me esté cuidando. Como mi madre, que cuidaba de mi hermano y de mí como nadie. Nadie tiene ganas de morir en este mundo porque no sabemos qué es morir, irse de aquí. Es parecido a dormir. Pero nos iremos sin soñar quizás.

Morirse:

quizás todo polvo, humo. Pero también quizás, algo bonito.

 No se me ocurren grandes cosas hoy. Ni tampoco pequeñas. El caso es ir rellenando líneas hasta el final. Todos querríamos ser ricos, pero siendo ricos, desperdiciaríamos muchos talentos que tenemos y nos daríamos a la holganza más absoluta. No nos haríamos el desayuno ni la comida, dejaríamos de tener habilidad para la cocina. No leeríamos ni un solo libro, ya que estaríamos todo el rato de espectáculo en espectáculo y así, la facultad lectora se desvanecería. Daríamos muchas vueltas en aviones al extranjero, despreocupándonos de los demás, que son también nuestros amigos y necesitan nuestra atención y así, perderíamos a todos nuestros amigos.

Hazte rico.

Dejarás de ser el que eras.

 Con un libro o siguiendo las series de la televisión, se puede pasar un buen verano. La gente se ha marchado a la playa, así que no estorba. Hay uno que está en el jardín de su chalet en el pueblecillo costero tomando el desayuno. A lo mejor, por la tarde, sale con sus familiares a ver algún espectáculo jazzístico tan de moda en verano y luego, cenan en algún restaurante de moda que cuesta un riñón. Pero este tren de vida de desayunar un desayuno preparado por una camarera de casa, cenar fuera a todo trapo, solo está dado a unos pocos ricos que hay en la Tierra. Los demás debemos conformarnos con lo que tenemos. No es cuestión de hacer otra revolución como la soviética. Estamos en un mundo capitalista, a la riqueza se la respeta.

Capitalismo:

hacer dinero y disfrutarlo con tranquilidad.

 Tengo unos amigos en lo que se llama plaza de Colón. Pero estos días la conversación languidece, hay muchos ratos de silencio. Será el aburrimiento del verano, todos los días lo mismo. Así que hoy no iré. Me quedaré en casa. Paco ha encendido el aire para estar fresquitos.  Voy a estrenar una novela, "Suave es la noche", de Fitzgerald, un escritor norteamericano. Creo que va de la alta sociedad norteamericana, a ver qué tal. La vida ofrece cosas que hay que amoldar a nuestra voluntad. La vida no da cosas gratis. La vida cuenta con nuestro deseo de pasarlo bien pero no da parques de atracciones. Da novelas, da periódicos a bajo precio. Hay que aprovechar estas ofertas de la vida.

Las ofertas de la vida:

baratas, quizás pobres de emoción. La emoción la ponemos nosotros.

martes, 15 de julio de 2025

 En la vida se aprecian los placeres y se desprecian los malos humos, las imposiciones y la violencia. Al que le gusta la violencia, tiene un problema y al que le gusta imponer, también. Las cosas no han de hacerse a la fuerza. Las cosas de la vida pasan por la razón humana. La razón moldea las cosas para juzgarlas malas o buenas. Todo el mundo tiene raciocinio para decidir qué está mal y qué está bien. La tranquilidad también es algo de la vida que merece ser apreciado, al igual que la amabilidad, el buen gusto, la generosidad y la bondad. El que no aprecie estas cosas es que es gilipollas y no sabe vivir, lleva una vida solitaria y sombría como la de un burro en una cuadra.

Vive bien, apura placeres.

Pero no hagas a los demás lo que no quieras para ti.

 Es bonito gozar de lo que se desea en el momento oportuno. Y no leerlo en las novelas sino practicarlo a base de bien. Lo mismo digo del sexo como de las riquezas como de montar en globo. Pero no sucede siempre así. Hay deseos que no se pueden cumplir por una serie de impedimentos morales o personales. Entonces, te has de conformar con lo que dice la novela de ese deseo que has tenido y quieres cumplir. Así se fabrica un ser libresco, imaginativo y quizás, lúdico. A través de las páginas. Como esa canción que dice: vuela con tu fotonovela. Muchos vuelan con fotonovelas de mala manera, se han de echar la manta a la cabeza y quizás, acercarse a Madrid a vivir sus sueños. Porque en la gran ciudad hay más gente y así, más sueños.

Vete a Madrid y búscate la vida.

A lo mejor, hay un sueño tuyo en esa vida.

Si uno lee las poesías de un tal Luis Cernuda, se ve que esta poesía y el poeta vivieron mucho en soledad. Su biografía lo dice: se fue a EEUU huyendo de la guerra civil. Los poemas que escribe este hombre están llenas de muros, de alusiones a la infancia, de soledad, en suma. Algunos títulos de sus poesías así también lo atestiguan: "La desolación de la quimera". La quimera era un dios pequeño que alude a los deseos, a la imaginación que quiere hacerse realidad. Quizás, los sueños de Cernuda nunca se hicieron realidad. Como los de tantos. Hay gente que ha venido al mundo y le hubiera gustado ser millonario, exitoso, nombrado en cien carteles. Y no es más que Manolo García, de tantos Garcías que hay en el mundo. Y es mejor ser García ilusionado que Cernuda desengañado.

Poetas tristes que sueñan con colegios.

Atrapados en sus versos melancólicos.

 Si te sobran sueños y te dan realidades, apura esas realidades hasta hacerlas sueños en que tu generosidad haga que sea bonito vivir para los demás esas realidades. La realidad es fea, es obligada, es impuesta. Pero la realidad pertenece no solo a ti, sino a otros que te rodean y por ello, has de hacerla atractiva, sincera de vivir para ti y para todos. La realidad es ir a la compra, es hacer la comida, es fregar los suelos. Hazlo todo con ganas, como si fuera divertido, como si fuera algo que un dios muy pequeño te ha mandado vivir. La realidad la mandan vivir esos dioses pequeños que bajan a verte y a decirte: los sueños están apagados por ahora. Sueña con la realidad.

Vivir realmente te asemeja a otras personas.

Las personas viven más bien en la realidad, no en los sueños.

 Calculo que ayer leí en dos horas unas 200 páginas que me quedaban de un libro y empecé otro. Este nuevo se llama "La chica del tren" y sé que tuvo mucho éxito. Va de eso, de una chica que se pasa mucho tiempo en el tren e imagina a una pareja viviendo en una casa al lado de los raíles. Esta chica ha caído bajo en la vida. Ha perdido a su novio y le da al alcohol. Vive en la casa de una amiga. Y ya no he leído más. Las historias empujan a la razón a pensar en el personaje que tenemos ante nosotros y nos identificamos con él en algunas cosas. Si el personaje sale en la novela atravesando un mal momento, nosotros, como lectores, nos iremos a rememorar algún tiempo malo de nuestras vidas. Si lo que se plantea es un dilema entre varios personajes, aprenderemos de ellos y la solución final que da el novelista a esos personajes.

Las novelas siempre plantean un problema.

La solución inteligente de ese problema es el quid de la novela.

 En toda mi vida, he estudiado y he leído mucho. Ya no estudio pero no me canso de leer. Leer te da alas, como diría el anuncio. Te lleva lejos. Los personajes de las novelas seguro están basados en una realidad y así, se aprende. Un asunto que parece que no tiene nada que ver contigo, el argumento de una novela, después de darle vueltas en la cabeza, sí que parece que sacas algo interesante para aplicar en tu vida. También las películas son buenas para eso, para pensar. Al final, las historias están hechas para que pensemos. Una historia bien contada merece la pena leerla, merece la pena imaginársela, merece la pena oírla con palabras leídas. Es bonito leer, qué duda cabe.

Leer una historia, una novela inventada, un cuento...

Primero te evade y luego, piensas.

lunes, 14 de julio de 2025

 Para que haya resurrección, Dios tiene que abrir las puertas en el último adiós a esta vida. Y, si no, todo se pudrirá y no habrá nada. Pero no nos quejemos. No digamos que lo hemos pasado mal en esta vida en la que hemos disfrutado placeres y hemos hecho un poco lo que hemos querido. Nuestro paso por el mundo ha dejado alguna huella en los que se quedan si no hemos sido egoístas del todo. Hemos dejado algo para los que siguen en esta vida caprichosa y voluble. La carne es densa y opaca, diferente al espíritu. Si ha habido algo de espíritu en esa carne oscura, no moriremos del todo cuando muramos.

Morir quizás no sea acabar.

Acabar no acaba uno del todo. Algo habrá más que el débil recuerdo.

 Lo que se atiene a razón es justo y necesario. Lo que va en contra de la razón no trae más que problemas. No puede uno mandar a los demás que hagan lo que no quieres hacer tú porque te manchas. No puedes mandar en personas ya hechas y derechas y que no están en tu órbita de influencia. No puedes venir con cuentos y mentiras a personas que ya han demostrado que no te necesitan y que tú no has hecho ni caso cuando estas personas estaban necesitadas. No puedes mandar nada en definitiva a personas que no quieren saber nada de ti y hace mucho tiempo que no sabes nada de ellas.

Mandar por mandar.

Menudo negocio.

 Ayer paseamos Paco y yo por Madrid. Fuimos al final de línea del autobús 61. Nos metimos en el Retiro y dimos unas vueltas y nos tomamos algo, muy caro, por cierto. El Retiro estaba precioso con su arboleda y sus gentes paseando y sus anchas ¿calles?, ¿avenidas?, ¿paseos? Luego, al salir del pulmón de Madrid, fuimos andando hasta Atocha. Cogimos el metro. En un momento, estuvimos en Moncloa pero salimos una estación antes y buscamos un sitio para merendar. Comimos una focaccia. Yo, de salsa napolitana y burrata. Cogimos el autobús a casa y nos encontramos con una vecina con la que charlamos de 10 a 11 de la noche. Nos duchamos, nos acostamos. Al despertar, he ido a leer el periódico y a comprar para la semana que ya ha empezado.

Las semanas empiezan.

¿Cómo acabarán?

 Hoy he tenido que improvisar porque no había espinacas en el supermercado. Quería hacer espinacas con bechamel. He tenido que comprar hamburguesas de pollo para hoy y trozos de pollo para guisarlos mañana a la cerveza. También he comprado oreja y garbanzos cocidos en bote para juntarlo todo y así hacer la comida de jueves y sábado. No me gusta mucho improvisar pero, la verdad, he improvisado lo mejor que he podido. A Paco le han dicho que no coma grasa, que coma pavo, pollo y conejo, cosa que no está haciendo. Además, mañana he de ir a comprar pescado: lubinas y doradas de ración y pescadilla y salmón y sepia.

Comprar comida:

un cálculo que hay que hacer cada vez que vas al súper.

domingo, 13 de julio de 2025

 El pino señero da a los pájaros cobijo. Si así fuera una nación, que diera cobijo a los necesitados, a los que no tienen nada, como los pájaros, a los que sufren una enfermedad, a los que son ancianos, a los que son niños desangelados, a los que necesitan cuidados, a los locos que no saben ya el camino de su casa que tuvieron. En fin. Una nación, sin embargo, que se dedica a matar niños y a mayores indefensos, que tienen que ir de un lado a otro esquivando la muerte, que han perdido a sus hijos, a sus maridos y esposas sin poder defenderse. Esa nación es asquerosa, es digna de que Dios la señale para siempre como cruel y asesina.

Las naciones tienen más de lo que necesitan los habitantes.

Que lo repartan ya.

 La tierra que bordea el agua es tu lugar. Allí, las gentes se sientan, se respetan unas a otras, seducen a la tibia arena, mueren de placer entre el líquido y el sólido entrecruzamiento de la naturaleza. La vida va así, se diluye en placeres cortos y problemas largos. Placeres cortos porque pasan muy rápidos, no los podemos coger con las manos y hacerlos eternos. Y problemas largos porque parece que nunca se van y van encima en contra de la razón. Es como ese al que la brisa le va despeinando el flequillo en un piso 12 mientras bebe su coca cola helada. No durará mucho el instante mágico. Vendrá su mujer y la suegra y el sueño idílico desaparecerá. Así los problemas y gente que te fastidia casi verla; más, soportarla.

Hay personas que tienen el vicio de romper el ensueño de la tranquilidad.

Hay que evitarlas.

 "Están abriendo bares junto a tu corazón" es un verso de Cristina Rosenvinge que sale en la canción "Ya no me das pena, señorita". Es una grandísima canción llena de versos surrealistas como el citado. Imagínate que tu corazón se llena de bares, bares llenos de niños y adultos que toman refrescos y licores. Bares que cierran en verano muy tarde, muy tarde. No sé si lo resistiría tu corazón. Tu corazón está hecho ya para instalarse en una plaza tranquila, sin mucha algarabía. Y, si hay fiesta en la plaza, coger el coche y una manta y largarte al río, al frescor del río. Corre un río al lado de tu corazón sería el verso perfecto si se cumpliera. Un río, un amor. Un río, el placer de vivir tranquilo y el latido lento de tu corazón al ritmo del caudal pequeño de las aguas por la tierra.

El río que asoma sus aguas por el borde de la tierra

puede hacerte mucho bien.

 Más triste que un autobús vacío con destino Alcorcón. Así me quedé yo el verano pasado después de ver "Barbie" en el cine de verano. La peli estuvo bien pero el camino de casa fue deprimente. Me sentí solo y triste, ya digo, como un transporte público sin viajeros. Al día siguiente me recuperé. La soledad es como un imán al que se pega la tristeza. Y la tristeza es el hierro que hace que mires al suelo, a tu vacío, a tu desconsuelo. La vida te da eso y mucho más si no usas la razón para medir las cosas de tu existencia, para ver qué hay más allá de ti mismo. Porque siempre que luches por algo, la soledad no cabe. Ni la tristeza. Es mejor darte a los demás que quedarte en un puto egoísmo que no vas a saber llenar de cosas y experiencias propias. La mejor experiencia es la que te ata a otro y le ayudas.

El mejor remedio para la soledad y el egoísmo:

los demás.

 El presidente del gobierno es un equilibrista, un surfista de la gran ola, anda por la cuerda floja, tiene riesgo de ser arrollado por el imperio del mar que se tiende al caer en la playa. Le veo muy desmejorado. Ha adelgazado mucho. Ya no sabe muy bien qué decir, le echan las culpas de todo. No en vano sus secretarios de partido son ladrones y machistas. En el congreso, a lo mejor, encuentra en la ultraderecha su excusa pero ya es más difícil. Por su salud, yo le recomendaría que dimitiera. No se puede ir por la política con esa imagen un tanto demacrada dispuesta a recibir golpes. Y faltan de salir muchos audios y firmas e imputaciones. Los boxeadores, cuando les han dado mucho, se tienden en la lona y se hacen el dolorido o el muerto para no recibir más. Tiéndete en la lona un rato, sz, y oye el k. o. de boca del árbitro. No sea que vayas a enfermar de tanto defender tu puesto en la Moncloa.

El presidente lucha por su cargo sin razón.

Lo que no es razonable afecta a la salud.

 Antes, cuando Paco trabajaba el taxi y venía a las dos a comer, me preocupaba mucho por la comida, miraba recetas en internet y me atrevía con una berenjenas al horno, un conejo asado, una lasaña o algún pescado también asado con patatas. Esta forma de cocinar imponía comprar productos y estar más tiempo en la cocina. Dedicaba mucho tiempo a ir al supermercado y seleccionar los alimentos. Ahora ya toda esa dedicación pertenece al pasado. El horno ni lo uso. Bien está que ahora Paco me pica la cebolla y el ajo, que es un avance bueno. Pero las viejas y buenas costumbres ya no vuelven. Es una pena.

La cocina, su preocupación.

Ya no tan elaborada y dedicada.

sábado, 12 de julio de 2025

 La farola infructuosa por la mañana, bien es de agradecer de noche que te muestra el camino de la calle. Hay que esperar para ver la utilidad de las cosas, de las instalaciones, de los aparatos. La calle es un peligro hoy en día a determinadas horas, en determinados barrios. La gente rehúye de los anuncios, de las promesas que nunca llegan al sur que siempre ha existido. Getafe y Leganés y Villaverde son reductos de vecinos quizá alegres, más alegres y menos señoritos que los del norte de Madrid. En esos barrios, de noche, es difícil la convivencia en las aceras perdidas y tristes de la pobreza. A vecinos pobres, vecinos aún más pobres. Pero todo avanza. Y los avances llegan a todos los sitios. Y la educación. Y la modernidad. Y la seguridad de la vida.

Esos barrios del sur en el que estuve trabajando.

No son tan malos como los pintan, yo creo.

 Un número titánico de piedras en el lecho del río fundamentaban toda mi alegría. Las rocas de la montaña, allá lejos, en difuso contorno azul, me indicaban lejanía. Era todo muy confuso porque me embargaba la angustia de vivir estos tiempos tan raros. Pero había que soportar un día tras otro hasta el desastre final. Porque la debacle es lo que anunciaban estas políticas radicales, estas guerras, estos familiares que no veía yo nunca. Poco a poco, un día tras otro de agotar telediarios y de saludar a la hermana, al padre y a los sobrinos. Era así. Familiares como gente, gente como familiares, todo muy confuso. Y se repetía todos los veranos, esa angustia de no saber quiénes eran ellos, los que habían crecido junto a ti por años y años.

La familia se rompe y nacen otras familias.

Es la ley de la vida.

 Búscate una que coma un poco de todo, decía el vecino. Ahí está la clave en estos días de confusión en que las mujeres no comen para no engordar, se hacen kilómetros andando para perder peso, hacen dietas absurdas que han visto en internet. Es una tiranía esto de las grasas, de las objeciones a comer tal cosa o tal otra, a hacer un ejercicio extenuante para mantenerse en el peso o perder unos kilos. Y luego, no tienen dinero para ir a la playa a lucir ese tipo que tantos sacrificios ha costado conseguir. Es la abominación de las normas sociales que dicen que hay que estar flaco, que no hay que ganar cuerpo, que hay que morir antes de estar obeso.

¿Dónde hay una mujer que no haga ascos a la comida?

En ningún lado.

 Paco ha dejado encargado un libro en el Gran Plaza II. En ese centro hay tres tiendas de libros a cada cual más grande. Yo alucino con estas superficies de ejemplares de novelas tan inmensos. Los libros son como un escaparate grandioso de lo que hay que leer para estar al día literariamente hablando. Y todos los días hay una novedad. Ayer mismo salió una señora que ha escrito una novela de no sé qué rollos políticos del siglo pasado, no acierto a recordar de qué por lo misterioso del caso. ¿Quién leerá esa historia tan complicada? Ahora salen libros como setas, salen libros de la temática más alambicada, salen libros que yo creo que nadie lee o solo unos pocos fans del escritor. Todo está en venta. Hasta la imaginación.

Corre airecillo.

No todo está quieto porque el aire no lo está.

 Otra vez por aquí. Siempre digo lo mismo. No sé de qué escribir. A ver qué sale. ¿Hablo de la mañana y de la farola inútil que trae ella? ¿Hablo de alguna noticia que he leído? ¿Hablo del tiempo? Voy a hablar del tiempo. No ha hecho excesivo calor estos días. Julio se está portando muy bien. Dicen que es el mes más caluroso de año y este año no lo está siendo. Me fastidiaría que por hablar de julio todo diera un vuelco y nos achicharremos vivos. Es una especie de superstición. No hablar de algo para que no cambie. Ya he hablado. Es que hay que hablar de algo. La vida se enciende o se apaga en nuestro corazoncito como si fuera un farolillo chino, un farolillo ruso, un farolillo sin más. Hay que vivir que a eso hemos venido a este pozo, a este páramo, a esta sinrazón.

El cuello sirve 

para mirar hacia atrás.

martes, 8 de julio de 2025

 La grabación de un Tesla ha esclarecido cómo ha tenido lugar un accidente. ¿Qué pasará cuando todos los coches tengan cámara para grabar? Los asuntos de los seguros serán más claros y se sabrá qué coche ha errado o se ha equivocado en su conducción. Los seguros actuarán más rápidos si se ha conservado la cámara en el coche. Los atestados en carretera serán mucho más ágiles. Solo cabe esperar que los coches lleven de serie la cámara de grabar. Bueno. La vida pasa y pasa y poco a poco nos va poniendo en nuestro lugar. Que el hombre no tema al hombre porque eso denigra. No hay que temer al semejante sino llegar a una comprensión de las cosas, ya sea por medios técnicos o por vías humanas, de un humanitarismo que siempre hace falta entre las cosas de los humanos.

Seamos muy humanos, muy comprensivos del otro.

Así, haremos grandes cosas en vez de batallar y discutir.

 Un fruto, en su fondo, es donde está más sabroso, más a la sazón, más pringoso y acuoso. Se concentra en el centro de él, todo el agua que ha recogido la raíz durante su maduración. Pensemos en el centro de una sandía cortada en tacos. Qué delicia para el verano. Pensemos en un hombre que ha ido a la biblioteca de no sé qué ciudad antigua a desvelar un enigma histórico del siglo XVIII. Mirará libros y legajos y documentos muy antiguos y quizás firmados por algún rey influyente de la época. Pasará todo el verano sentado en una silla mirando letras de gente que rondaba el poder de aquel tiempo, quizás por el año de 1768. Cuando dé con el documento adecuado o varios de ellos, podrá decir al mundo que la batalla de no sé qué ejército a tal día de tal año, fue decisiva para que el reino de Hungría, por ejemplo, se hundiera en una crisis económica sistémica hasta principios del siglo XX. ¿Y para qué? Pues no se sabe, pero ese hombre ha disfrutado horrores desvelando el secreto de una crisis en un territorio. Ha estado como en el corazón de una fruta. Y habrá un artículo en una revista de Historia. Y el historiador será alabado y también será olvidado.

Hay gente a la que le gustan mucho los papeles.

A mí me gustan las novelas no muy densas.

 En julio es tabarra el canto de la chicharra. Me parece que son dos términos sinónimos la parva que la era, donde hacía falta bien de calor en julio para que se separara bien el cereal de las espigas; o sea, de la mies. Y se hacía con fuerza animal y humana. No como ahora, que es fuerza maquinal, de una cosechadora. Había otra actividad subsidiaria de la siega que se llamaba espigar. Y era ir recogiendo espigas que habían quedado por el suelo. También se cosechaban creo que por estas fechas, los garbanzos, las lentejas. Otra legumbre, la judía blanca o pinta, no sé, me parece que se cultivan en el norte de la península.

No va a hacer calor porque tú, hombre del tiempo, lo digas en la tele.

Ojalá continúe julio como ahora.

 La Biblia quiere decir libros de libros. En ella hay miles de batallas en las que Dios apoya a los israelitas o no los apoya porque se han puesto a adorar ídolos de barro. La Ilíada cuenta la batalla de Troya, archisabida. La Odisea cuenta la historia de Odiseo: o sea, Ulises. Y la Eneida cuenta la historia de Eneas, que llega a ser rey de Roma. Y La sancheida cuenta cómo un ser llamado Sánchez lleva al Partido Socialista de España a ganar unas elecciones en el trágico año de 2027 y ya ponerse de dictador de una España rendida al jefe. Y ya se acaba la legislatura en 2031 y España está en quiebra otra vez gracias al partido socialista español. Porque Sánchez es el resistente, el de las pilas duracell, el más listo del gallinero político, el que aguanta marea como Ulises o como Eneas.

No creas que una persona es como dicen los medios.

Una persona es cómo actúa, cómo habla, cómo miente, etc.

 Julio nos está respetando en cuanto a lo atmosférico. No está haciendo mucho calor. El año pasado, pasó lo mismo. Lo que no hubo fue un fin de mes de junio tan loco. Vayamos despacio y acabaremos con julio de la mejor manera. En agosto, ya resfría pero no hay que confiarse. Calor hubo a partir de mediados de julio, el año pasado. A ver cómo sigue este mes de julio sin hacer caso a previsiones que no previenen nada, a gente que está ahí diciendo todo el rato eso de las noches tropicales. Esos señores se pueden ir a prever a su casa, a ver si su mujer o si su marido se acuesta con otro o con otra. Si es previsible esto, serán cornudos manifiestos y ya no hablarán de las noches de veintitantos grados si no de lo bien que hacía su mujer el gazpacho ahora que se ha ido con un negro dominicano. ¿Tiene gazpacho, jefe?

No mientas por la tele, no mientas a tanta gente.

No preveas algo que no sabes. Tu mujer se prevé que no se acuesta sola mientras tú das el tiempo.


 El trabajo bien hecho crea otros trabajos bien hechos. Que el taxista llegue a las 10:00 antes que a las 10:15, es un trabajo bien hecho porque el avión despegaba a y cinco. Y es trabajo bien hecho porque ese hombre del maletín llega bien a una reunión en la que están en juego millones de euros. A lo mejor es así. Lo he inventado pero quizás haya un caso parecido. El profesor en el aula debe pedir redacciones a ver cómo se expresan sus alumnos por escrito. Y debe enseñar la gramática y explicar de dónde vienen históricamente hablando, las palabras. En español, el 90% de las mismas, vienen del latín. Porcus da puerco. Coctus da cocido. Bizcoctus da bizcocho y así.

Haz las cosas bien y da ejemplo en la vida.

Otros, muchos, te lo agradecerán.

 Como un libro, la mañana se abre, el cielo se abre y se abren los animales a vivir en amistad. También los seres humanos que veo por la ventana. No hay rencilla que rompa esa amistad de los hombres y mujeres. El pan se cuece en los hornos, en los benditos hornos de los supermercados. La luz ya ha llegado a tantos sitios que parece un dios muy grande, muy útil al mundo, muy democrático. El deseo de vivir se manifiesta en las bolsas que llevan unos y otros cargadas de viandas. Los hay con dolor de corazón pero se aligera esa pena con el mediodía refulgente. Hay que vivir, parece decir la luz del día, hay que seguir acarreando vida, visitando placeres, desafiando el tiempo. Todo lo que se dice es poco para expresar la aventura de vivir, el desafío que nos tiende la mañana, el amor que vivimos en amistad.

Es lindo ver de cerca lo que se deseaba mucho.

Es bonito el mundo cuando hay paz y amistad en él.



lunes, 7 de julio de 2025

 No sé muy bien qué me dijo. Que cómo era que ya no íbamos por allí. ¿Y dónde era allí? ¿Y qué era eso de que íbamos? ¿No sería que veníamos? No sé. No le entendí, como tantas cosas de este tipo. Le dije que es que ha estado lloviendo muchos días pero yo seguía sin entender qué era eso de que íbamos y adónde íbamos. Siempre tan oscuro este hombre. Y entonces me quedé como si no me hubiera preguntado nada, ni siquiera si quería él que nosotros (¿y quiénes éramos nosotros?) fuésemos allí (¿y dónde era allí?). Total, que no entendí nada. En San Fermín los borrachos beben y beben y no se hartan. En Majadahonda, las rotondas distribuyen el tráfico de allá para acá y sin saber muchas veces muy bien dónde uno va.

Los abalorios de izquierdas son el rojo y la hoz y el martillo.

Rojo se habrá puesto alguno si tiene algo de vergüenza.

 A mi derecha están los libros de versos y detrás del ordenador descansa el libro en prosa. Acabo de venir del paseo. No he pasado excesivo calor. La vida se desparrama un poco en mi mesa. Quizás, en junio del año que viene tendrá lugar el vuelo de la golondrina. Dentro de, aproximadamente, 60 días, vendrá el otoño y todo se pondrá en posición inicial previa al verano. Y luego, un poco más tarde, comeremos todos turrón. No hay vuelta de hoja. Pero coño, qué jodienda, siempre la misma gente, la misma mierda. Y para de contar, Te lo digo o te lo cuento. ¿Cueces o enriqueces? El caso más evidente del mundo entero es el paso de los días: inexorable, sentencioso y testarudo como él solo.

En casa está puesto el aire.

Casi todo en esta vida es aire o ceniza o humo.

 Tumbarse, dormitar, darse la vuelta en la cama. Fuera, demasiada claridad. Las sombras ayudan a estar tranquilos. Un poco más tarde, vamos al paseo. Las máquinas están cargándose. Las ventanas abren la tarde y la meten en casa. Hay las hojas de los álamos que parece que duermen. Hay el césped que ha retenido la lluvia de hace una semana. Hay una temperatura dulzona. Hay una respuesta a tanto darle vueltas al tema. Y hablando se entiende la gente. Callando, todo es misterio y gilipollez. Las palomas del pueblo yacen muertas y pronto serán pasto de las ratas.

Las palomas escaparon y las que no,

se quedaron tibias, adormecidas y muertas.

 Andan cielos muy altos, andan las estrellas persiguiéndose. No sé quién dijo que la luz es para todos, para que todos veamos las cosas si nadie nos las oculta. La claridad del día no es para todos. Algunos prefieren estar en la nocturnidad, en dar miedo y desconocimiento. Gentes turbias que pasan como dioses de sus padres, como altares familiares hechos con los años de idolatría. Y ven bien estos satélites de noche, de día no tanto. Las estrellas se suceden en el cielo, las lunas y los soles pero los soles no son para todos, solo para los que encienden la lengua con los demás. Y la sinceridad los abrirá paso al otro mundo. Y la luz prestada de la luna no dará nada cuando mueran de silencio.

Los hay que pisan la tripa de los demás.

Pero no todas las tripas son iguales.

 Hablar las cosas para mí es muy importante. A mí me ha dicho esta que si hacemos esto. A mí también me lo ha dicho y no he hecho ni caso. Es como decir, sin venir a cuento: tú eres lo que yo quiera. No hay mayor tiranía que en el seno familiar. Lo tuyo es mío. Joder qué simple y qué arbitrario y dictatorial. Ahí se ve a la gente que no dice nada y cuando dice algo se nota qué es. En familia se pasan las cosas más horrorosas, como esa mujer violada cien veces por los amigos del marido. Y luego están esos que orbitan como la luna y  quieren ser el primero en todo. Hijos adorados por sus padres tienen esos problemas. Se creen hijos de algún dios. Y luego dicen que no creen. Creen en ellos como si fueran los dioses de un cielo creado para ellos.

De los que solo creen en ellos

no espere nadie nada.

 Excrementos y cadáveres de paloma es lo que dan estos. Dan la hora de casualidad. Al fin y al cabo no dan las gracias porque se sienten mejores que nadie, idolatrados hijos de sus padres. Andan en troupe como los del circo. Se les ve de vez en cuando para que no te cuenten nada que no sepas. Saludan y sus hijos no saben ni decir hola, son así de simpáticos sus hijos, todo el rato jugando, comiendo y jugando. Y así se los ve que avanzan un año tras otro, los niños van creciendo. Van a la calle y se comen un flash de limón y un bocadillo de cosas increíbles, como ese que piden de pechuga de paloma callejera. Y así andan y llegará un día que no sepamos de ellos porque se han mudado y ya no viven por aquí sino por ahí, como los peces de ciudad.

Esos que andan como los hijos del dinero

no llegarán muy lejos en cuidar su alma.

 Dormir al aire y negar el aire a los demás. Un punto bueno de estos que gritan a la noche es que saben bien lo que quieren. Pero no convencen a nadie. Me los encuentro en un encuentro tonto. Voy a pasear y me los encuentro. Son gentes medio animales, medio callados y torpes a la dicción de las palabras. Son gentes que no sé bien si existen. Son gentes que, cuando mueran, morirán para siempre. Cultivan un doloroso silencio, una callada por respuesta, un no decir. Y así se van a ir al otro mundo: en el silencio de los encariñados con la materia. Y ya van muchos años que no saben que la luz del día es para todos.

Es una sinrazón creer que solo tú existes.

Existen otros y su libertad.

 Las aceras están cansadas de los pies que las habitan y las farolas lucen su inutilidad por las mañanas. La vida pide paso en unos días casi primaverales de julio. No quiero encontronazos con nadie pero diré que no a imposiciones. La vida, ya digo, se abre al viviente como una dama, como una chica amable y educada. No seas tan bueno, me decía aquella japonesa llamada árbol en el bosque. La gente atina a ser feliz cuando lo intenta y yo deseo atinar en este mundo lleno de fieras. Fieras porque rugen en vez de hablar. Fieras auténticas que creen que su fuerza es fuerza por hablar alto y fuerte.

Se me está pasando la mañana

que es lo que cuenta.

 Tristeza sin guarida. Eso es lo que cultivan con furor algunos que nunca dijeron nada al prójimo. Van como fantasmas por la tarde y la noche. La mañana les asusta por su claridad. Miran a los lados con susto, no se les vaya a aparecer alguien que les haga hablar, ese ejercicio que nunca han practicado. Son gentes extrañas que quizás han tenido algún padre extraño que provoca en ellos estar a la defensiva, a la evitación del coloquio. No sea que se enteren de lo que piensan. Pero creen también con fervor que todo lo que tenemos los demás es suyo. Un coche, dinero, casas... Todo es suyo. Es lo que quieren de ti: no decirte hola sino lo tuyo. Son personajes muy egoístas. No dan ni la hora, ni un saludo, ni nada.

Se me está pasando el rato

hablando de otros, seres raros y cerrados.


 Tu pequeña figura, sola en algún camino perdido, mirando a los lados y no de frente, temiendo un encuentro que te haga proferir algunas frases de un cariño del que careces. Y avanzado el camino, volver dormida la pasión y el habla a tu cueva. Y allí, comer en silencio con el casco de la moto casi puesto, solo decir hola y adiós. No hablas, no dices lo que quieres y eres frágil extraviado en un camino que andas casi solo, con tu mujer y tus hijos. Y todo se desarrolla en silencio: en silencio el dinero que ganas tú y tu mujer. En silencio las sábanas. En silencio los trajecitos de los niños. En silencio, un silencio de sepulcro, tú.

No se sabe nada de ellos, de sus andanzas.

Quizás la niña ha cogido un resfriado por la noche.

 ¿Y no es una fórmula un tanto estúpida de vida? Estar allí los cuatro o los cinco de la familia como enclaustrados, como monjes contemplativos que no pueden ver lo que hay afuera y que cuando alguien hace algo que corresponde a su libertad, estar molesto con esa persona porque se creen que tienen derecho sobre los demás y lo que tengan los demás. Lo de los demás es suyo. Y la libertad de los demás depende de ellos también, de lo que quieran ellos. Pero digo que es estúpido por su parte reducir su familia al número de tres o cuatro y no contar con los demás. Y verlos y no verlos en un saludo un tanto idiota cuando coincides con ellos de casualidad.

Esta gente va a todos los sitios solos.

Y nunca han hablado de nada importante.

 ¿No les pasará lo mismo a los demás? Que andan como náufragos en la ciudad, sin atención de nadie, resolviendo solos sus problemas, al margen de la familia y los amigos. Creo que sí. Que hay muchos que aterrizan en una isla desierta y en esa isla van formando su carácter individual e incomunicativo. Trae alguna ventaja este modo de conducirse: nadie se mete en los asuntos de nadie. Es una especie de libertad. Una libertad sin un ápice de cariño de los demás. Suele ser gente cerrada de mente, suele ser gente que no quiere ni podrá querer ya a nadie que no sea de su núcleo más acérrimo familiar. No se sabe si esta gente quiere a alguien o actúan como robots al mandado de la familia que tiene alrededor. Nunca han sido claros ni lo serán ya nunca.

Estos que digo han ocultado todo de todos.

Y encima se han cabreado con los demás porque los demás ejercían su libertad. Ellos solo conciben su libertad, no la de los demás.

 Este modo de pasar el rato que es escribiendo tiene la ventaja de que expreso mis dudas, mis desamores, mis quejas. No todo lo escrito tiene un sentido meramente lúdico, de exponer palabras o frases bonitas. Hay en la vida gente que no es querida, no es apreciada, está en el límite de la querencia de los demás. Hay gente en la vida a la que le da igual tener familiares, amigos y demás. Porque no la quieren. Quieren solo lo que tienen estas personas. Además, esas personas tienen unas limitaciones que las hacen todavía más olvidadas, más indiferentes, más desenamoradas. Y esto es lo que hay.

No hay comunicación, ni cariño sincero.

Solo hay un encuentro casual y breve.

 Llevo bien este mes de julio. No hace excesivo calor aunque haya algunos que persisten en eso de las noches tropicales. Ayer vi unos dibujos animados que me gustaron. Iban de unas sirenas. He salido descalzo a pisar el firme. No es dolor lo que recibo sino indiferencia. La indiferencia de los otros. Con la indiferencia de los pies desnudos es como he de vivir. He renunciado a los zapatos para salir a la calle, a la puta calle, como se suele decir. Mis pies han percibido un calor tibio, torpe y sin amor. Así es como he de vivir: descalzo, sin saber de los otros, los pies al aire. Y así vivo. Se embroman los calcetines que recubren el pie y son los que reciben el calor de la tierra, que no de los otros.

No sé de nadie.

Los parques donde los críos juegan tienen un no sé qué de niño olvidado.