La farola infructuosa por la mañana, bien es de agradecer de noche que te muestra el camino de la calle. Hay que esperar para ver la utilidad de las cosas, de las instalaciones, de los aparatos. La calle es un peligro hoy en día a determinadas horas, en determinados barrios. La gente rehúye de los anuncios, de las promesas que nunca llegan al sur que siempre ha existido. Getafe y Leganés y Villaverde son reductos de vecinos quizá alegres, más alegres y menos señoritos que los del norte de Madrid. En esos barrios, de noche, es difícil la convivencia en las aceras perdidas y tristes de la pobreza. A vecinos pobres, vecinos aún más pobres. Pero todo avanza. Y los avances llegan a todos los sitios. Y la educación. Y la modernidad. Y la seguridad de la vida.
Esos barrios del sur en el que estuve trabajando.
No son tan malos como los pintan, yo creo.
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