La noche debilita los corazones, noches de funeral, de vino y rosas. A veces podemos elegir nuestra derrota. Estos versos los canta Ismael Serrano, cantante muy imaginativo. Las gentes que van y vienen y no se ciñen a nuestros corazones, las damos al olvido. Y quizás las veamos algún día, pero no suscitan nuestro interés porque no hay señal alguna de acercamiento moral y físico entre ellos y nosotros. Estos grupos de gente parecen decir: estos son un estorbo, no merecen nuestra dedicación. Y, poco a poco, nosotros vamos descartando a estos grupos como interlocutor válido y no les damos nada.
Los que no te hacen caso
no merecen nada de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario