El amor. Todo el rato el amor. En la tele, el amor. Me muero por ti, en las canciones. El amor lo cura todo, el amor divino o humano nos libra de nosotros mismos. El ser humano es muy contradictorio. Pone los sentimientos por encima de todas las cosas y luego no sabe ser leal a su pareja, ni siquiera a un amigo. Por eso es mejor estar solo. Estando solo, uno decide qué hacer, disfrutar de los gustos de uno, sin contar con nadie más. Estar con otro ya determina que estés pendiente de ese o de otros que, al final, ni hacen un pequeño esfuerzo de entenderte ni siquiera un poquito a ti.
Estar solo:
la mejor receta para estos tiempos que corren.
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