El lunes me cambiaron la cita de ponerme la inyección a hoy, miércoles. Espero que no lo cojan por costumbre. La sanidad está fatal y más fatal está el ambulatorio de Majadahonda en que no hay más que mujeres. Las mujeres, ya se sabe, son volubles, inestables y caprichosas. Y se tocan las tetas con demasiada frecuencia. La gente que hace que trabaja y se tira la mañana paseando por los pasillos y la tarde charla que te charla, debería considerar qué pinta en su trabajo y las molestias que están causando a los pacientes.
Las mujeres trabajadoras:
qué plaga de profesionales de la lengua.
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