viernes, 25 de julio de 2025

 Los que están ávidos de vino o de acción o de fresca agua de las fuentes, caminantes por la tierra, dulces seres humanos expertos en los guisos populares y los senderos alegres deben vivir en paz. La paz es condición para que estas gentes sonrían, vivan deseando lluvias y otoños limpios. No gustan estos habitantes del mundo de dictadores de salón, de putos imitadores de la milicia, de psicópatas disfrazados de hijos únicos. Míralos cómo saludan al verano y al invierno. Míralos cómo agitan la mano diciendo adiós a los amigos para volverlos a ver en otra dichosa ocasión. Son ellos, los que merecen la paz y los dulces rayos de sol que son para todos.

Si mereciéramos la paz

no estaríamos zarandeándola todo el rato.

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