La gallina pone un huevo. El Ibex sube. El perro se rompe un pata y el periquito se escapa de la jaula para no volverlo a ver más. Hacemos fotos sin ton ni son cuando vamos de vacaciones. El calvo es duro de pelar ya que ya está pelado. Los buitres se arremolinan allá, en lo alto, para divisar la carroña, la triste carroña de alguna vaca. Los tiburones andan por el mar oceana, andan avizores al pescado que puedan comer. La vida también es un poco así, nos rodean acechanzas por doquier, nos corroen muchas dudas. No tenemos para pagar los gastos de vivir. Tenemos que pedir a alguien dinero, tenemos que sobrevivir arduamente a veces. La gente no da dinero. "A pedir al metro", nos dicen. "No soy el banco España", nos dicen. El escalón más alto de subir es el que nos prueba y, cuando lo subimos nos llega una tranquilidad que parece que estamos en el cielo. La gente está llena de altibajos, como una carretera secundaria, como la cuenta corriente del banco, como el alacrán, como las nubes.
Los ríos nos enamoran, nos abandonan al placer si nos bañamos en ellos.
Ojalá fuera todo río el vivir y no riadas asesinas.
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