martes, 8 de octubre de 2024

 Lo oí de labios de un tipo en un bar de Majadahonda: nunca pasa nada, dijo. Y me sorprendió ese aplomo con que manifestó que en la vida nada tiene interés. Hace un rato, he oído de boca de Sánchez Dragó, que lo toma asimismo de un presocrático, esta gran verdad: nada importa nada. Es una gran verdad. Yo estoy bloqueado frente a mis posibles novelas: no pasa nada, nada importa. La vida no da lo suficiente para mí. No importa. Mi madre se ha muerto. No importa nada. Mi madre estará feliz si vive inmortalmente porque se entregó en vida. El tiempo está nublado, el gobierno es corrupto, los políticos son unos asnos, la mentira y la envidia campan en este mundo. No importa nada. Vivamos sin perder la sonrisa y nos irá bien.

Escuchábamos trenes y éramos felices en las sombras.

Pasó el último tren y aclaró el día.














No hay comentarios:

Publicar un comentario