Esta mañana ha sido pesaroso salir a la calle a por el periódico. Poca gente y esa gente con cara de negarse a la vida, de dolor del despertar tras la noche durmiente. He visto a un amiga y un montón de recuerdos me ha transmitido esa ligera conversación con ella. Un grupo de gente a la que estaba yo unido ha resurgido de repente. La luz era escasa esta mañana, estaba todo nublado. He leído el diario por encima, muy por encima, y he vuelto a casa. Paco no estaba. Habrá ido de paseo. Nadie quería ser el río, nadie quería ser la muralla, nadie es la ciudad. Por las aceras limpias de odio queman sus días los impedidos, los locos y los que ya han perdido la ocasión de vivir.
Se arruga el animal que lo simbolizaba todo,
ese león oscuro contra el viento.
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