Miro un paisaje urbano que me da internet en el ordenador, antes de empezar a hacer cualquier cosa en internet, y me quedo anonadado: unas casas fuertes y bellas, todas de piedra, por donde pasa un canal de aguas limpísimas que reflejan esas casas. Uno piensa en el norte, en tierras de Holanda o de Alemania, donde todas las cosas tienen una rotundidad apabullante. Uno piensa en tierras donde había dragones y princesas, castillos y alcázares inmensos, caballeros muy bien ataviados para ir a la guerra o a la paz, adonde les mandaran los reyes de aquella época. Y luego, está el sur, donde nada perdura, donde la cal hace las casas, donde los hombres parecen de alfeñique, donde el Cid se vendía a los árabes, donde Juana la loca y donde el descubrimiento de América. ¿Y quién sale ganando? Siempre, siempre, el que sabe hacer dinero pues es el caballero más poderoso de la Tierra.
Somos creaciones conclusas que salimos a la vida
para volvernos locos una vez en ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario