lunes, 21 de octubre de 2024

 Fuertes, ínclitas razas ubérrimas lucharán contra sus políticos de mierda. Las copas de los árboles dicen mucho y muchísimas veces sobre el ser humano que pasa por debajo de ellas. Dicen mentiroso, ladrón, tirano, hijo de puta, sanguinario, triste recuerdo de las fieras. Y los árboles se agitan un poco con el viento, con la brisa auspiciadora de bienes comunales. Y los árboles luchan todos ellos por resistir los embates de los humanos, tristes sombras de carne maltrecha. Y las hojas de hierba y los gusanos y las lombrices y los caracoles que sufren la sequía, la melodramática sequía de años torcidos saldrán a decirnos: no me pises. Pero los pisarán porque no hay otra cosa mejor para hacer humanos-gusanos que la política y la ideología a la que cada uno está adscrito tontamente, absurdamente, imbécilmente. Y luego, que qué ricas están las gambas a base de dinero público que no es de nadie.

Solo hay una única palabra para los poderosos:

tiranos de los pueblos que gobiernan.

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