lunes, 7 de octubre de 2024

 Los que estudiamos la gramática, nos damos cuenta de la elasticidad del lenguaje, de su poderosa extensión en la expresión del discurso. Pondré un ejemplo. Podemos decir: cené ayer, cené bien, etc. Esos elementos que acotan el verbo (bien, ayer), se llaman adverbios. Van acompañando al verbo para eso, para acotarlo, para significarlo, para extender el significado del verbo. Pero cuando queremos manifestar algo que un adverbio no puede expresar por sí solo, recurrimos a una oración que acota, significa al verbo. Por ejemplo: cené cuando dejó de llover o cené como un señor. Las frases, unidas unas a otras expresan más que las palabras escuetas. Y cuando y como son llamados nexos. No tienen significado por sí mismos, sino que lo adquieren cuando se unen a otra oración. Cuando indica tiempo y como, modo. Son dos oraciones subordinadas; una de tiempo y otra de modo. Y así superamos el triste adverbio bien por un efusivo como un señor.

El que conoce la lengua puede ir por el mundo mejor que otro que no.

Ya, pero yo me quedo aquí, en este lugar aburrido del mundo.


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