Llueve. Por fin, llueve. Unas gotas finas caen. Decido quedarme en casa y solo salir a por pan. Ayer estuvimos a El Escorial. Allí, un tipo me pidió tabaco mientras merendábamos en el bar "Los mariscos". Nos comimos un pincho de tortilla y un bacalao rebozado. Vinimos ya de noche parlando de seres que conocemos quizás para mal. Dedujimos que se está mejor solo que mal acompañado o acompañados. Parlamos de la asociación, de la gente que hay allí metida. Llegamos a casa y oí la radio una media hora. Luego, las horas se me hicieron eternas para ir a la cama. Encima, hasta las 2 no me dormí. Es el puto cambio de hora.
Las andaduras que llevo son de andar por casa.
No me vaya yo a perder en algún sitio malo.
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