La vida dura poco y está bien que dure poco, para que no pensemos nunca que todo el campo es orégano y es todo para nosotros. La vida dura poco y hay que aprovechar y es sabio el que aprovecha y disfruta de ella a más no poder. Todo se va en un suspiro. La calavera que se pintaba en una esquina del cuadro era para eso, para recordarnos que es breve la vida, como el que entra a un bar, se toma algo y ya sale del bar, pues así es la vida. Entras, sales y se acabó. Esto no lo saben los niños, los niños no saben nada, solo se limitan a jugar inconscientemente y hacen bien. Quién fuera niño todos los días, todos los años. La vida también es como un globo que sube, sube y sube y, por aquello de la presión, explota y se acabó.
Tengo una barba que es una angustia
y un bigote que es una tristeza.
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