sábado, 26 de octubre de 2024

 Hay en el  periódico una foto de Gloria Fuertes con Mari Trini. Hay en la calle un calvo insomne, un calvo duro de pelar, un calvo asceta. Luis Cernuda dice: Por la costa del sur, al lado del mar, en un cementerio. Dice eso y luego siguen unos versos llamando a la muerte porque el poeta está cansado de vivir. El cansancio de vivir es muy aleatorio: igual visita palacios que chabolas. La dulzura de vivir, sin embargo, no se dice, se oculta para que no se vaya de nuestro lado. Los niños saben mucho de la dulzura de vivir; para ellos, la vida es un almíbar de juegos y de danzas en el patio. La dulzura de vivir empieza en la cabeza, baja al alma y luego rodea todo el cuerpo y el cerebro y nos hace felices. La blanca juventud miramos desarmados todos los que ya peinamos canas.

Hay gente con la elocuencia de decir la vida.

Y hay gente que muestra la muerte a quien habla.

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