Llevo unas seis historias escritas en una extensión media de siete folios cada una en el sistema Word. Alguna historia puede que cuaje si pongo empeño en ello. Pero el otro día me puse a continuar una de ellas y me ofusqué. Y no he vuelto a mis historias. He esperado a un día de lluvia como hoy porque es el mejor escenario para ponerme a ello y no salir a pasear. Pero no las tengo todas conmigo, me da recelo cargarme la historia que debo continuar con repeticiones o frases que no digan nada o salidas de pata de banco que no tengan ningún sentido. Otra cuestión es que yo no me documento cuando escribo una historia. Me sale todo de mí, de lo que yo crea que debe o puede hacer un personaje o de cómo debe ser una situación, etc. Espero ponerme hoy a escribir y que me salga algo bueno. Y dejar de ofuscarme porque si no, no podré seguir.
Mira un personaje que habla como un pueblerino.
Déjale, ya se pulirá cuando llegue a la gran ciudad.
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