El mundo a que asistimos tiene mucho de narcisista. Un egoísmo propio de épocas pasadas en las que el hombre esclavizaba al hombre, ha vuelto. Con formas más sutiles, pero aquí está. Hijos que desangran a sus padres económicamente por satisfacer unos caprichos absurdos, de otra clase social a la que aspiran y nunca llegarán; gente esclavizada por la moda y por ir elegante hasta en el metro, que quizás nunca han usado; gente que se ata a estupideces que vienen en el móvil, caprichos tontos como maquillarse a los 10 años; dar más importancia a la ropa que gastas que a lo que eres; gente que aspira a subir de escala social precisamente gastándose lo que no tiene en apariencias vanas. En fin, las modas siempre han existido pero los narcisistas hans declarado la guerra a sí mismos y no quieren salir a la calle sin el cocodrilo en el jersey. Puro egoísmo, que es Satán y es la muestra más dolorosa de ese narcisismo.
Egoísmo: esa manera de apartar a los demás
para que quepa más ropa en el armario.
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