Los sistemas sensoriales o sentidos están como incrustados en el cerebro. Ojos, boca y nariz van derechos al cerebro cuando algo les excita. El tacto, sin embargo, se distribuye por las manos principalmente. La Transducción se llama a que uno de esos sentidos lleve información al cerebro de eso que ha sentido. El gusto, evolutivamente, nos ha protegido de morir envenenados al tener las plantas venenosas un sabor peculiar. La vista nos protege de no chocar con un camión o con una baldosa levantada, de esas que hay tantas y el ayuntamiento no arregla. Y los oídos nos resguardan de algún accidente al ser los sonidos asociados con peligros. Por ejemplo, el pitido de un coche.
Cuando te quedas sin sentidos, te quedas muerto.
No te quedes sin sentidos.
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