Antes, miraba en las antologías de poetas, que son colecciones de poemas por orden temporal, y con eso hacía los blogs. Luego pasé a escribirlos de mi propia cosecha, los blogs. También usé lecturas de libros en prosa (lo contrario de la poesía; o sea, la narración) para hacer un resumen de lo leído y dar mi parecer. También he usado mi propia experiencia para hacer descripciones de personas, de situaciones, de anécdotas más o menos curiosas. Pero todo, en resumen, es vida, vida que pasa. Los poetas escriben sus poemas dándose cuenta de que ellos pasarán y quizás también su gloria y fama, si es que las tuvieron en vida. Los novelistas creen que su novela es el no va más de la novela negra y, al final, negro es el destino del escritor, que, como se descuide, no come. Cuántas veces he oído decir a escritores consagrados que, para dedicarse a la novela, antes hay que tener un sueldo de algún lado. Es tal el número de novelas en las estanterías ( o sea, competencia) de las librerías, que es imposible que una triunfe sobre las demás. Es muy difícil vivir de los escritos y no digo ya de los poemas. Y ya no digo más sobre el oficio de escritor. Ego valeo ut tu valeas.
Tu cuerpo distinto se me antoja más flaco.
Los días que han pasado te han comido la carne.
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