Nos creamos a nosotros mismos todos los días. Hay días en que creemos que no somos importantes o que nos da pereza ir al trabajo o que nos arrepentimos de algo malo hecho en el pasado. Pues bien, con estos pensamientos nos vamos haciendo. Cuando ya no existe un recuerdo de nuestra vida pasada algo muere en nosotros porque hemos desistido de ser eso que fuimos en el pasado. Cuando un suceso importante para nosotros como el nacimiento de un hijo o ganar una oposición deja de ganar terreno frente a otros recuerdos más banales, vamos perdiendo nuestra histórica personalidad y damos importancia a otros sucesos menos importantes en nuestra vida. Pero todos esos pensamientos que surgen a lo largo del día nos van haciendo como personas y cuanto más fuertes sean esos recuerdos, mejores personas seremos. Pero es malo vivir del recuerdo. Es mejor hacer grandes cosas en el presente para que el presente nos haga el recuerdo del futuro. Un recuerdo que nos motive para el día de hoy. No siempre todo es lo mismo.
Los recuerdos traen tristeza o alegría a nuestra memoria.
Recordemos todo y el recuerdo nos irá realizando.
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