He oído a Sánchez Dragó en YouTube. Es un hombre con un discurso ilimitado tangente con la verborrea. Habla de todo, el tío. Me hace pasar el rato, que es, como decía Baroja, de lo que se trata. A mí, todo el mundo que me hace pasar el rato, me cae genial. Otros temas que encuentro en YouTube me fascinan. Sobre todo los testimonios de gente que se ha drogado o pasado una enfermedad o se ha ganado la vida. En la solapa de los libros suele haber una pequeña biografía del escritor en cuestión. Cuando leo que ese escritor ha tenido muchos oficios y al final, se metió escritor, como Bukowsky, me llaman poderosísimamente la atención y la imaginación. Los que solo viven de escribir me suelen aburrir. A mí me hubiera gustado viajar y trabajar al mismo tiempo, en trabajos que me surgieran y luego podría tener algo interesante que contar. Yo no he estado en Tokio y se nota. No he hecho otra cosa más interesante en mi vida que leer libros. Y eso es interesante solo hasta cierto punto.
La fruta escarnecida colgaba del balcón de los locos, para siempre,
para que un oso se acercara y se comiera las sienes de los dos.
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