La cosa es que llevamos un junio raro, de lluvias. El que haya sembrado tarde ha hecho bien pues junio se porta como mayo. Uno coge el coche y se va a Almuñécar a pasar unos días. Le va bien porque hace buen tiempo. Después, regresa a su trabajo pero deseando irse en cuanto pueda a Benalmádena a ver qué hay en ese sitio de ortografía difícil. Al cabo del mes se queda la cuenta a cero pero da igual, ya se irá improvisando. Al cabo del tiempo, tiene que pedir dinero al banco o a un familiar o a un amigo porque no le llega para la letra del piso. Y es que ha habido falta de previsión y ninguna gana de ahorrar. Pero esos gastos tan bonitos no los tiene que pagar nadie. Entonces recurre a Cofidis. Y ya la ruina más grande le abruma. Y acaba en un lateral de Príncipe Pío con una manta y un bote.
Vivir como un noble y comer como tal y ser feliz.
El dinero es un bien escaso.
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