Espero, espero para todo. Espero incluso a que la luz renuncie de alumbrar el día. Deseo que la luz campee por las horas diurnas como un reptil palpitante. No sé qué hacer con las idas y venidas de los asteroides malditos. Mi cruz ya está preparada y tengo que portarla hacia los áridos cielos. Pero no puedo ver tanto azul encima de mí. No sé qué contiene la lata de la desilusión pero tampoco puedo abrirla para ver qué asco de menú me toca comer. Renunciaré a meterme en la cocina y ver las sartenes y cazos pegados a mi dolor insomne. La luz se hace y hace. La muerte nos iguala en la última votación a la que votamos todos. El verano ya está aquí. Sé feliz como lo fuiste en navidad. Pasea, lee, escucha, mira y cruza.
Desde el solar de la palabra, yo indico a la estación del sol:
mirar la vida como se mira a un techo olvidado.
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