Ayer llovió e hizo frío. Hoy no llueve pero el sol no calienta muy fuerte. Dice el calendario zaragozano que junio será inestable. Así llegan los resfriados o las gripes. Manolo es conductor de camión y lleva en la ventana del camión a un Cristo resucitado, con llagas y todo. Manolo cree en la resurrección. Otros creen en el dinero y el lujo y las vacaciones. Manolo vio la muerte cerca en un accidente. De ahí le viene la creencia en la resurrección. Manolo, a partir del accidente, en el que casi pierde la vida, le vino un miedo grande, muy grande, que le impidió conducir una buena temporada. Manolo no sabía hacer otra cosa que conducir pero estuvo trabajando en la construcción mientras se le quitaba el miedo. Manolo aborrecía cobrar el paro así que le preguntó a la funcionaria del desempleo dónde había una obra. La funcionaria no le supo decir porque todos los funcionarios de España son bastante inútiles. Manolo buscó la obra y la encontró en Móstoles. Estaban construyendo un edificio con intenciones culturales. Estuvo tres meses dado de alta hasta que un día su hijo le pidió ir a la sierra. Manolo cogió el coche y se vio seguro. Cuando acabó la obra se volvió a subir al camión con el resucitado pegado a la ventana. Y oía radio María por las noches. Y aquí se acaba el cuento de María Sarmiento. Tonto el que lo lea. Tócame los huevos. Mañana hay churros, hoy no.
Huyendo de las conversaciones, dando todo al cielo
donde se habla el lenguaje nuevo. La bondad, la belleza.
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