Ha muerto un amigo mío con el que me encontraba en la Gran Vía o paseando el perro. Era un tipo muy fuerte de ánimo y muy legal. Vaya con Dios. Las gentes que no veo es como si no existieran. Mi marco de referencia social no está, claro, entre esas gentes que no veo. En la butaca del cine, frente a la pantalla, se ve de todo. La pena es que la pantalla ha fundido a negro hace ya mucho tiempo. Y eso es todo lo que no se ve. Lo que oculta la pantalla. No quiero lanzar la lengua más allá de cuatro letras indómitas que aún se rebelan con el estado de cosas tan sucias y perras que vivimos.
La hermosura de esa anciana que ha sido de leyenda
ya no llega más que a una delicada piel de mujer buena.
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