Ayer logré leerme unas 70 páginas de una novela de Pío Baroja. Vi antes una peli de un psicópata que hace la vida imposible a una mujer. Hoy me he levantado relativamente pronto y me he leído el periódico por encima. Yo persigo un no sé qué por el bosque, como decía Cernuda. La mar ya no suspira, ya no vierte al cielo su otro azul. Hoy estoy como cansado de mí mismo, como que no sé estar, como que no sé dónde meterme. La roca originaria que marca la partida de un alma atormentada no cría flores, no saca los colores a la vida.
Desde el fondo en penumbra de las habitaciones
surge un inesperado toque de perla perdida en el mar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario